5 may 2019
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10 cargos contra la iglesia moderna
Cargo No. 1 contra la iglesia moderna
Paul Washer
Suficiencia de las Escrituras
Negación de la suficiencia de las Escrituras. Cargo No. 1. Paul Washer
Negación de la suficiencia de las Escrituras. Cargo No. 1. Paul Washer
Diez cargos contra la iglesia moderna es un sermón predicado el 22 de
octubre de 2008 en la Conferencia sobre Avivamiento en Atlanta, Georgia, EE.UU.
Paul Washer trabajó como misionero en Perú durante diez años, donde
fundó la Sociedad Misionera HeartCry con el fin de sostener sembradores de
iglesias peruanos. Esta Sociedad Misionera (a diciembre de 2014), sostiene
aproximadamente 180 misioneros en 29 países de Europa, América del Sur, África,
Asia y el Medio Oriente. Siendo predicador itinerante, el autor también predica
a menudo en su propia iglesia en Radford, Virginia. Es también autor de The One
True God: A Biblical Study of the Doctrine of God (El único Dios verdadero: Un
estudio bíblico de la doctrina de Dios) y The Truth about Man: A Biblical Study
of the Doctrine of Man (La verdad acerca del hombre: Un estudio bíblico acerca
de la doctrina del hombre). En la actualidad, Paul Washer trabaja con la
Sociedad Misionera HeartCry (www.heartcrymissionary.com). Él y su esposa Charo
tienen tres hijos: Ian, Evan y Rowan.
© Copyright 2015 Chapel Library. Impreso en los EE.UU. Se otorga
permiso expreso para reproducir este material por cualquier medio, siempre que
1) no se cobre más que un monto nominal por el costo de la duplicación, 2) se
incluya esta nota de copyright y todo el texto que aparece en esta página.
A menos que se indique de otra manera, las citas bíblicas fueron
tomadas de la Santa Biblia, Reina-Valera 1960.
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DIEZ
CARGOS CONTRA LA IGLESIA MODERNA
“Pero el Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus
engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4:1).
ORACIÓN
Vayamos al Señor en oración.
Padre, me presento ante ti en el nombre de tu Hijo Jesucristo. Señor,
tú conoces todas las cosas. Todas están ante ti como un libro abierto. ¿Quién
puede esconder su corazón de tu presencia y de tu vista? Las acciones de los
más inteligentes están expuestas ante ti. Tu omnisciencia no tiene límites; y
si no fuera por tu gracia, sería yo el más aterrado de los hombres. Pero hay
gracia, abundante y gloriosa, derramada sobre los más débiles de los hombres, y
abundando para tu gloria. Padre, te alabo y te adoro; te doy gracias por todo
lo que eres y todo lo que has hecho. No hay nadie como tú en los cielos ni en
la tierra ni debajo de la tierra. Tú eres Rey y no hay otro. Tú eres Salvador y
no compartes tu gloria con nadie.
Padre, tú me conoces este día y mi gran necesidad de gracia. ¿Por qué
estoy aquí si no porque tu llamaste al más débil de entre los hombres, al más
innoble de entre los hermanos, y que por tu gracia, a menudo el menor enseña al
mayor? Ese es siempre mi caso y te alabo. Te adoro.
Padre, ayúdanos hoy. A la elocuencia que se la lleve el viento, al
diablo con el brillante intelecto, Padre. Haz que sea anunciada la verdad. Haz
que yo cambie para que el estado de tu iglesia sea más glorioso. Te pido gracia
sobre gracia y misericordia sobre misericordia para mí mismo y para los que me
escuchan. Ayúdanos, oh Dios, y seremos ayudados; y nos gloriaremos en esa ayuda
en nombre de Jesús. Amén.
INTRODUCCIÓN
Es un gran privilegio para mí estar hoy aquí, un privilegio
maravilloso estar delante de ustedes y hablarles de temas como avivamiento,
reforma y las obras de Dios entre su pueblo y entre los hombres. Hoy voy a
compartir con ustedes una acusación; pero es una acusación de esperanza.
Mientras oraba acerca de lo que debía decirles, llegué a una gran conclusión,
una carga que fue puesta en mi corazón: Necesitamos un avivamiento. Necesitamos
un despertar, pero no podemos sencillamente esperar que descienda el Espíritu
Santo y limpie todo el revoltijo que nosotros hemos hecho. Tenemos una
dirección clara de la Palabra de Dios con respecto a lo que él ha hecho a
través de Cristo, cómo espera que vivamos y cómo espera que llevemos adelante
su iglesia. Y de poco vale que los hombres clamen pidiendo manifestaciones
adicionales cuando se violan por doquier los principios bíblicos.
Quiero que sepan esto: No hay necesidad de que el diablo y los impíos
se opongan al hombre orando por un avivamiento, a menos que él esté también
trabajando para que haya una reforma. Dios nos ha dado la verdad, y no podemos
hacer meramente lo que nos parece bien a nosotros y luego esperar que descienda
el Espíritu Santo y bendiga nuestras obras.
Cuando consultamos el Antiguo Testamento vemos que Moisés recibió una
explicación muy, muy detallada de cómo construir el Tabernáculo. Ahora bien,
¿esto fue para bien de Moisés o para bien de la iglesia? Pienso que lo que se
explica allí es que Dios es específico en cuanto a su voluntad, y que no
podemos pretender que tenemos derecho a tomar el detalle aún más pequeño e
ignorarlo.
Sé que soy un hombre frágil, lleno de debilidades, pero tengo una
acusación que hacer. No puedo llamarlo mi cargo o acusación, porque ¿quién soy
yo para acusar a nadie? Y no me atrevo a llamarlo el cargo emitido por Dios,
porque ¿cómo podría pretender hacerlo? Pero diré esto: Cuando observo a la
iglesia y la comparo con las Escrituras, veo que hay ciertas cosas que tienen
que cambiar.
No soy Martín Lutero (1) . Estas no son las 95 declaraciones clavadas
en la puerta en Wittenberg (2) , en cambio este es un peso sobre mi corazón y
¡tengo que compartirlo! Lo que voy a decir indignará a algunos de ustedes, pero
déjenme advertirles. Quizá puedan acusarme de arrogancia. Quizá puedan decir
que no les gusta cómo digo las cosas. He sido arrogante muchas veces, y muchas
veces he dicho la verdad de un modo equivocado; pero no dejen que esto les sea
una excusa. La cuestión es esta: ¿Lo que digo es cierto, lo diga un mensajero
defectuoso o no?
Otros entre ustedes se regocijarán por lo que oyen y querrán decir:
“Amén”, llenándose de orgullo. Pero por favor no lo hagan porque todos somos
culpables en cierta medida. Y si ustedes han alcanzado algún estado espiritual,
entonces les diré lo que dijo mi hermano. “¿Qué te distingue? ¿O qué tienes que
no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo
hubieras recibido?” (1 Cor. 4:7). ¿No es mejor adorar a Dios con humildad?
A los pastores jóvenes les pido que no tomen estas verdades y las usen
para atacar a su iglesia sin amor. Asegúrense de que sus rodillas estén sangrando
antes de iniciar ningún tipo de reforma. A los pastores mayores que están
sirviendo al Señor desde hace muchos años, les ruego que no sean arrogantes. Un
rey viejo y necio puede aprender algo del más débil de sus siervos.
También les voy a pedir esto: Tengan la valentía de cambiar todo, aun
si es el último día de sus vidas. Por lo menos podrán ir a la gloria sabiendo
que han intentado una reforma que era bíblica.
Y les diré esto a los ancianos como una advertencia. Por favor,
escúchenme con atención. Conozco la admonición de 1 Timoteo capítulo 5 acerca
de la manera como debo dirigirme a ustedes3 , y así lo haré. Pero, ¡está
sucediendo un gran despertar en este país! Y no solo en este país, sino también
en Europa, Sudamérica y muchos lugares más. Veo a muchos jóvenes volviendo a la
Roca de la cual fueron formados. Están leyendo a Spurgeon (4) y Whitefield (5)
, todavía están escuchando a Ravenhill (6), Martyn Lloyd-Jones (7) , Tozer (8)
y Wesley (9) , ¡y es un movimiento increíble y grande! Aunque los medios
populares y Christianity Today (10) no se han dado cuenta de lo que está
pasando, quiero que sepan que 15 años atrás yo tampoco hubiera soñado que
veríamos el despertar que estamos viendo, no a través de mi ministerio, sino a
través de lo que Dios está haciendo sin ninguno de nuestros ministerios.
Ya sea en Holanda, con mil jóvenes declarando: “Las cosas tienen que
cambiar”, clamando a Dios la noche entera pidiendo el poder de Dios y la verdad
de las Escrituras; o en Sudamérica, reconociendo que han sido influenciados por
la psicología y toda especie de técnicas superficiales procedentes de
Norteamérica con respecto a la evangelización; y ahora, llorando y
quebrantados, están volviendo y evangelizando a sus iglesias. En los sectores
deprimidos en los Estados Unidos, donde a veces me he quedado hasta las dos y
tres de la mañana dialogando acerca de teología con jóvenes afroamericanos, a
quienes Dios va a levantar para predicar mucho más de lo que nadie jamás será
capaz de imaginar. ¡Hay un despertar!
Ahora voy a decir esto con cariño: La mayoría de los que tienen más de
cuarenta años no tienen idea de este despertar. Muchos de los jóvenes están
recurriendo a los grandes maestros de siglos pasados, a las prácticas de antaño
y a las verdades que han producido un despertar una y otra vez en este mundo.
La mayoría de esta juventud es muy joven; y se acercarán a sus líderes y dirán:
“¡Vean lo que hemos descubierto! Vean lo que ha sucedido en Gales (11). Vean lo
que ha sucedido en África (12). ¡Vean esto! ¡Vean aquello! ¡Y vean esta
enseñanza! ¡Es absolutamente prodigioso!” Y la mayoría de los hombres mayores
no harán caso o dirán: “No es nada diferente a lo que he estado predicando
durante 25 años”. Pero la realidad es que es completamente diferente a lo que han
estado predicando los últimos 25 años. Y por lo tanto, debemos tener mucho,
mucho cuidado para comprender que Dios está haciendo una gran obra. ¡Y “el que
comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”
(Fil. 1:6)!
Muchos tienen la idea de que van a producir un avivamiento con sus
oraciones. Otros dicen: “El avivamiento vendrá aunque oremos o no”. No comparto
ninguna de estas dos opiniones. Porque sé esto: Cuando veo a hombres, mujeres y
jóvenes en todo el mundo orando por un despertar, ¡eso para mí son los primeros
frutos de un avivamiento! Y puedo estar seguro que Aquel que da estos primeros
frutos, dará también la cosecha en abundancia.
(1) Martín Lutero
(1483-1546) – monje católico romano alemán, teólogo, profesor universitario y
reformador de la iglesia cuyos escritos y sermones inspiraron la Reforma
Protestante y cambió el curso de la civilización occidental.
(2) 95 declaraciones clavadas en la puerta… – El
31 de octubre de 1517, Lutero clavó en la puerta de la iglesia en Wittenberg,
Alemania, 95 objeciones contra las doctrinas y prácticas de la Iglesia Católica
Romana, lo cual dio comienzo a la Reforma Protestante.
(3) “No reprendas al anciano, sino exhórtale
como a padre” (1 Tim. 5:1).
(4) Charles
H. Spurgeon (1834-1892) – influyente pastor bautista británico que
predicaba semanalmente a 6.000 personas en la Tabernáculo Metropolitano de
Londres; la colección de sus sermones abarcan 63 tomos.
(5) George
Whitefield (1714-1770) – el evangelista más reconocido del siglo XVIII y predicador
itinerante que Dios usó grandemente en Inglaterra y en las colonias
norteamericanas durante el “Gran Despertar”.
(6) Leonard
Ravenhill (1907-1994) – predicador británico cristiano y autor que enfocó
los temas de la oración y el avivamiento; retó a la iglesia moderna a seguir el
ejemplo de la iglesia del primer siglo en el libro de los Hechos.
(7) David
Martyn Lloyd-Jones (1899-1901) – reconocido predicador expositivo galés;
después de exitosos estudios de medicina, estaba próximo a obtener su título de
doctor cuando Dios lo llamó a predicar el evangelio; conocido por sus sermones
expositivos centrados en Cristo.
(8) Aiden
Wilson Tozer (1897-1963) – cristiano estadounidense, pastor, predicador y
autor perteneciente a la Alianza Misionera; conocido por la profundidad de su
piedad y vida de oración; a menudo retaba a la iglesia moderna a arrepentirse
de su superficialidad y contemporización con el mundo.
(9) John
Wesley (1703-1791) – pastor y teólogo anglicano; se le adjudica mayormente,
junto con su hermano Charles, la fundación del movimiento metodista inglés, que
se inició cuando empezó a predicar al aire libre, de un modo parecido al de
George Whitefield.
(10) Christianity Today – revista mensual que enfoca variados temas
evangélicos de la actualidad.
Ahora quiero que consideremos los diez cargos, las cosas que yo creo
que tenemos que cambiar en la iglesia moderna.
CARGO NO. 1. UNA NEGACIÓN DE LA SUFICIENCIA DE
LAS ESCRITURAS
“Y que desde la niñez has sabido las Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es
en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:15-17).
Para empezar, el primer cargo es: una negación de la suficiencia de
las Escrituras en la práctica, especialmente en mi denominación. Desde hace
varias décadas, se ha librado una batalla tremenda con respecto a la
inspiración de las Escrituras. Sé que algunos de ustedes no han sido parte de
esa batalla, pero muchos en denominaciones más liberales sí han vivido esta
batalla relacionada con la Biblia.
Pero existe un problema. Cuando creemos como un pueblo que la Biblia
es inspirada, hemos librado apenas mitad de la batalla, porque la pregunta no
es meramente: “¿Es la Biblia inspirada?” O sea: ¿es inerrante? La pregunta más
importante que hay que
(11) lo que ha sucedido en Gales – el Gran Avivamiento Galés de
1904-1905, que comenzó en el otoño de 1904 bajo el liderazgo de Evan Roberts
(1878-1951), ex minero carbonero de 26 años que se estaba preparando para ser
pastor; el avivamiento duró menos de un año, pero en ese lapso se convirtieron
100.000 personas y muchas iglesias volvieron a una fe bíblica.
(12) lo que ha sucedido en África – la evangelización de la región de
sub-Sahara en África, que comenzó en la época de la colonización en el siglo
XIX y continúa hoy por medio de la obra misionera e iglesias autóctonas.
Contestar después de esa es: ¿Es la Biblia suficiente, o tenemos que
valernos de cada supuesta ciencia social y estudio cultural para saber cómo
llevar adelante una iglesia? ¡Es la pregunta más importante! Las ciencias
sociales, en mi opinión, han adquirido más prioridad que la Palabra de Dios y
de una manera que la mayoría ni siquiera lo notamos. Se ha ido introduciendo
tanto en nuestra iglesia, nuestra evangelización y nuestra obra misionera que
casi ni podemos llamar “cristiano” a lo que hacemos. La psicología,
antropología y sociología han llegado a ser las influencias más poderosas en
las iglesias.
Cuando estudiaba en el seminario hace algunos años, un profesor entró
y empezó a dibujar pisadas en el pizarrón. Y cuando terminó de dibujarlas de un
costado al otro del pizarrón, se volvió hacia nosotros y dijo solamente:
“Aristóteles está caminando por los pasillos de esta institución. Cuidado,
porque oigo sus pisadas con más claridad que las del Apóstol Pablo, del grupo
de hombres inspirados que lo acompañaban y aun del Señor Jesucristo mismo”.
Hemos llegado a creer que el hombre de Dios puede resolver cuestiones
intrascendentes en la vida de la iglesia; pero que cuando las cosas se ponen
complicadas tenemos que recurrir a los expertos sociales. ¡Esta es pura
mentira! Dice aquí que las Escrituras fueron dadas “a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:17).
¿Qué tiene que ver Jerusalén con Roma? ¿Y qué tenemos que ver nosotros
con todas estas ciencias sociales modernas que en realidad fueron creadas como
una protesta contra la Palabra de Dios? ¿Y por qué es que la evangelización,
las misiones y el supuesto “crecimiento de la iglesia” han tomado su forma más
por las opiniones del antropólogo, el sociólogo y el estudiante de Wall Street
que están al día con cada tendencia cultural? Toda actividad en nuestras
iglesias tiene que basarse en la Palabra de Dios. Toda actividad misionera
tiene que basarse en la Palabra de Dios.
Nuestra actividad misionera, nuestra actividad en la iglesia y todo lo
que hacemos debiera surgir del teólogo y el exégeta ––del hombre que abre su Biblia
y tiene una sola pregunta: ¿Cuál es tu voluntad, oh Dios? ¡No tenemos que
enviar cuestionarios a gente carnal para descubrir a qué clase de iglesia
debemos asistir! La iglesia debe ser cordial con el que busca la verdad, pero
tiene que reconocer que hay solo uno que tiene toda la verdad. ¡Su nombre es
Dios!— y si queremos ser cordiales con alguien, si queremos complacer a
alguien, complazcamos a Dios y su gloria, aun si es rechazado por todos los
demás. No somos llamados a construir imperios. No somos llamados a ser
grandiosos. Somos llamados a glorificar a Dios. Y si queremos que la iglesia
sea algo más que un pueblo propio, adquirido (13) (Tito 2:14; 1 Ped. 2:9),
estamos queriendo algo que Dios no quiere.
Quiero que presten atención a lo que dice Isaías en el capítulo ocho:
“Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran
hablando” (Isa. 8:19a). Esta es una descripción perfecta de los gurús del
crecimiento de la iglesia, porque cada dos o tres años cambian todas sus teorías
principales, no solo de lo que es el hombre y cómo componerlo, sino de lo que
es una iglesia y cómo hacerla crecer. Cada dos o tres años aparece otra
“novedad” sobre cómo lograr que una iglesia llegue a ser extraordinaria a los
ojos del mundo. Hace poco uno de los expertos en el crecimiento de la iglesia
más reconocidos manifestó que había descubierto que todas sus teorías estaban
equivocadas. Pero en lugar de procurar, de rodillas, quebrantado y llorando,
que la gente se volviera a la Escrituras, ¡se fue a buscar otra teoría!
¡No dan un mensaje claro! Dice aquí en Isaías: “¿No consultará el
pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?” (Isa. 8:19b-20).
¿Debiéramos como clérigos, como predicadores, como pastores, como cristianos,
salir y consultar a los muertos espiritualmente en nombre de aquellos a quienes
el Espíritu Santo ha dado vida? ¡Por supuesto que no!
(13) pueblo propio – un pueblo que es exclusivamente suyo.
Si desea leer o estudiar los 10 cargos completos vaya al siguiente enlace:
Transcripción y edición para Blogger de Cesar Ángel. Evangelio
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