4 may 2019
El antídoto para los reformados deformados
Hay un fenómeno extraño y
lamentable dentro del movimiento reformado. Algunos les llaman “los calvinistas
enojados” o “los reformados deformados”. Estos se caracterizan por una actitud
negativa hacia otros cristianos con quienes no están de acuerdo
(particularmente en asuntos de soteriología y la soberanía de Dios). También se
caracterizan por una postura excesivamente entusiasta en cuanto al calvinismo, una
disposición sarcástica con los demás, y una sensibilidad de elitismo teológico.
Tal vez te has topado con uno. Alguna persona testaruda que siempre encuentra
una forma de convertir cualquier conversación en un debate sobre el libre
albedrío y la soberanía de Dios. Alguien que pasa mucho tiempo burlándose de
los falsos maestros y de sus seguidores en los foros de Facebook o en la
sección de comentarios en YouTube. O incluso aquel que no se asocia con ninguna
persona que no tenga la misma postura teológica que él.
Ahora bien, ¡las doctrinas
de la gracia son hermosas! Personalmente, ser un calvinista me ha dado una
visión más grande de Dios, una apreciación más profunda del evangelio, y me ha
ayudado a experimentar la gracia de Dios como nunca antes. Estas doctrinas son
lentes que me han ayudado a entender verdaderamente el significado de la
centralidad del evangelio.
Pero si esto es cierto, ¿por
qué se vuelven algunos reformados en personas de tan poca gracia?
¿Por qué se deforman algunos
de los reformados?
Antes que nada, debemos
reconocer que estamos hablando de un estereotipo generalizado, no una verdad
absoluta. Sí, hay calvinistas desagradables, pero no todos son así. Y de la
misma manera en que se encuentran personas sarcásticas, enojadas, y obstinadas
entre los reformados, puedes encontrar a personas de esta descripción en cada
tribu de la Iglesia. Sin embargo, ¿por alguna razón existe el estereotipo, no?
John Piper opina que hay tres razones por las que algunos que encuentran las
doctrinas de la gracia se pueden convertir en personas de poca gracia.
El rigor intelectual. La
primera razón es que las doctrinas de la gracia tienden a atraer a personas por
su rigor intelectual. Después de todo, son unas doctrinas muy coherentes y
fuertes. Eso tiende a atraer a personas argumentativas. Entonces, algunos
reformados actúan de esta manera porque aunque se adhirieren a una teología
sana, sus corazones no están sanos. Las doctrinas de la gracia han llegado a
sus mentes, pero no a sus corazones. Por esta razón, es muy importante no solo
enfocarnos en la doctrina de un creyente, sino también en su carácter. De
hecho, es totalmente posible que una persona tenga toda la información y
teología correcta pero siga confiando en sí mismo para su salvación.
El enojo por el engaño. La
segunda razón que ofrece Piper es que algunos reformados pueden parecer
enojados… ¡porque lo están! Están enojados porque pasaron tanto tiempo en
iglesias donde nunca hablaron sobre la gracia de Dios o bajo el liderazgo de
pastores abusivos que les robaron el tiempo, el dinero, y un entendimiento
verdadero del evangelio. Están enojados por haber sido engañados por tanto
tiempo. Si esta es tu historia, no estás solo(a). Hay muchos cristianos que han
vivido engañados en sus iglesias por años antes de realmente conocer a Dios.
Esto es trágico, pero cada uno debe ser cauteloso en no dejar que su enojo se
convierta en pecado.
Entusiasmo por evangelizar.
La última razón por la cual los reformados a veces pueden parecer ser muy
deformados es por su entusiasmo por compartir el calvinismo con los demás.
Claro, no hay nada malo con tener entusiasmo por evangelizar! Más bien al
contrario, a muchos de nosotros nos hace falta ese entusiasmo. Pero lo que
caracteriza al deformado no es su entusiasmo por las personas que evangeliza,
ni por el evangelio, sino por el calvinismo. No tanto quiere ver a personas
llegar a Cristo, sino a una postura teológica sobre Cristo.
¿Cuál es el antídoto?
Interesantemente, el
antídoto a la deformación del reformado es la misma que la fuente de su
formación, o reformación. Si las doctrinas de la gracia han convertido a
alguien en una persona que menosprecia a personas de otras posturas teológicas,
que piensa que no puedes ser salvo al menos de que seas calvinista, que está
enojada con la Iglesia por el dolor que te han causado, debe examinarlas un
poco más cerca.
Al hacer eso, el que vea la
depravación total, verá que enseña que es un terrible y absoluto pecador e
inmerecedor, y que sin embargo, recibe la salvación de Dios (Ef. 2:1). Y esto
lo comparte con todas las demás personas, incluyendo aquellos con quienes está
en desacuerdo. Así se dará cuenta que ¡tienen algo en común después de todo!
El que vea la elección
incondicional verá que significa que Dios le escogió no sobre la base de sus
obras o conocimiento, sino sobre la base de Su conocimiento y buena voluntad
(Ef. 1:3-6). Y no importa si comparten la misma postura que él, él debe
mostrarles la misma gracia que le ha sido mostrada en Cristo.
El que vea la redención
particular verá que enseña que Cristo cumplió toda la obra de salvación en
nuestro lugar (1 Pe. 2:24), haciendo de ella una obra no simplemente posible,
sino segura (Ro. 8:38-39). Y al proclamar el evangelio, lo hará sabiendo que es
Cristo quien salva, no sus argumentos, estrategias, o habilidad.
El que vea la gracia
irresistible de Dios verá que es la razón por la que cree en Él (1 Co. 4:17). Y
nunca se felicitará por ser “mejor” o “más cristiano” que los demás, sino que
reconocerá que es un recipiente de gracia que mucho ha recibido y mucho tiene
para dar a los demás.
Finalmente, el que vea la
perseverancia de los santos verá que es gracias a Dios, no a él. El terminará
lo que inició en nosotros: nuestra redención, desde el principio hasta el fin
(Fil. 1:6). Y Él preservará a todos quienes ha salvado, a pesar de que sean
calvinistas o no.
Claro, se podría decir mucho
más sobre las doctrinas de la gracia, pero el punto es que estas humillan al
hombre, no lo enorgullecen. Nos hacen pequeño y a Dios grande. Creer en las
doctrinas de la gracia significa creer que Su gracia es para todos los creyentes,
incluso aquellos que no comparten la misma postura sobre las mismas. Entonces,
no dejemos que las doctrinas de la gracia se vuelvan un punto de contención
entre nosotros y otros cristianos, y no seamos evangelizadores de una postura
cristiana. Dejemos que nos impulsen a amar al cuerpo de Cristo, y ser
evangelizadores de Cristo.
Autor: Steven Morales
Fuente. "Coalición por el evangelio"
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WUAOOO,GRAN LECCION VOY A TENER QUE RELEERLO VARIAS VECES PARA QUE ME PENETRE BIEN,YO SOY UNA PERSONA QUE TENGO MUCHO ENOJO CON LOS CRISTIANOS,SOY CRISTIANA PERO ME DANARON MUCHO,Y NO TUBE LA MADUREZ PARA ENTENDER,PERO HOY HE ESTADO APRENDIENDO MUCHO CON ESTA PAGINA,SOLO QUIERO QUE ESE ENOJO SE ME QUITE,ORO AL SENOR Y TRATO PERO VUELVO A SENTIR EL ENOJO,Y NO ME RELACIONO YA CON HERMANOS CRISTIANOS,TENGO TEMOR QUE ME VUELVAN A DANAR,Y POCO A POCO HE DESCUBIERTO QUE MUCHAS IGLESIAS ACOMODAN EL EVANGELIO Y ESO ME MOLESTA MUUUCHOO,HAY MOMENTOS EN QUE PIENSO QUE YA ESTOY PERDIDA,PERO HE ESTADO LEYENDO LO QUE COMPARTEN Y ME INFUNDE ALGO DE ESPERANZA..SOLO DIOS SABE QUE PASA CONMIGO!!....GRACIAS POR TODAS ESAS ENSENANZAS,SOBRE TODO ESTA DE LA GRACIA APRENDI MUCHO!!
ResponderBorrarNos da gusto que la publicación y en general la pagina, sean de edificación para usted. Por supuesto la gloria es para el Señor. Dios es quien permite que tengamos este ministerio en las redes. Gracia y Paz
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