Doctrinas de la Gracia

29 abr 2019

Características de un genuino líder cristiano



  1. Se siente y actúa siempre como siervo y no como líder.
  2. Le sirve a Dios y no a los hombres.
  3. Con su servicio, desea el gozo que produce servirle a Dios y no busca la aceptación de Pastores o superiores.
  4. Se siente a gusto con los últimos puestos y que su servicio pase desapercibido.
  5. Su liderazgo se basa en el amor por sus hermanos a quienes guía hacia la sana doctrina.
  6. Su misión es la expansión del evangelio de Cristo y no las estrategias para el igle-crecimiento.
  7. Busca permanentemente y se ocupa con diligencia de que su Pastor vele y cuide de sus ovejas, en lugar de ser un obstáculo para que las ovejas vayan al Pastor.
  8. Ocupa su tiempo de Enseñanza en instruir correctamente las Escrituras y no en transmitir engañosos, innecesarios y anti-bíblicos manuales de liderazgo.
  9. Su evangelismo es compartir las buenas nuevas a neófitos y a todos en general y no en convencer a personas para llenar sillas en los cultos o inscribirse para "encuentros" y "retiros".
  10. Ve su liderazgo como un llamado al servicio desinteresado hacia sus hermanos y no como una exaltación a sus capacidades.
  11. No se presta para manipulaciones u solicitudes de superiores, que vayan en contra de la Palabra de Dios.
  12. Ejerce su ministerio sin envidias y egoísmos, sin compararlo con las funciones de otros hermanos de la congregación a quienes, más bien, apoya y ayuda.
  13. Es persona de buen testimonio. Es luz para que sus hermanos lo sigan.
  14. Ora y encomienda su labor a Dios y exhorta a sus guiados, en todas las situaciones, a la oración.

1º Pedro 5:

RUEGO a los ancianos...APACENTAD la grey DE Dios que está ENTRE vosotros, CUIDANDO de ella, NO por fuerza, SINO voluntariamente; no POR ganancia DESHONESTA, sino CON ánimo pronto; no COMO teniendo señorío SOBRE los que están a vuestro cuidado, SINO siendo EJEMPLOS de la grey.

Lucas 17:10

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”

Este es el veredicto del reconocimiento de la propia condición humana, salido del corazón de los siervos que han cumplido laboriosamente el trabajo completo del día. Esta es una parte de una parábola que se propone censurar todas las ideas de la importancia de la persona y del mérito humano. Cuando un siervo ha estado arando o alimentando al ganado, su señor no le dice: “Siéntate, y yo te serviré, pues estoy profundamente endeudado contigo.” No, su señor le ordena que prepare la cena y que le sirva. Sus servicios son obligatorios y, por tanto, su señor no le alaba como si fuera un portento y un héroe. Si persevera desde el amanecer hasta el ocaso, no hace sino cumplir con su deber, y no espera de ninguna manera que su trabajo sea altamente admirado o recompensado con una paga extra y con humildes gracias. Nosotros tampoco hemos de jactarnos por nuestros servicios, sino que hemos de tener una baja opinión de ellos, confesando que somos siervos inútiles.


Cesar Ángel


Puede hacer uso de este articulo, sin fines de lucro y citando al autor y a la pagina "evangelio primitivo"


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