10 jul 2015
Biografía de Juan Calvino
Juan Calvino, -cuyo nombre original era
Jean Cauvin, latinizado según la costumbre de la época como Calvinus- nació en
Noyon, Francia, el 10 de Julio de 1509. Sus padres fueron Jeanne Le Franc y el
abogado Gerard Cavin.
Inicios
Sus primeros estudios estuvieron
destinados a la carrera eclesiástica. Así es que recibió formación inicial en
el College de la Marche y en el College de Montaigne. A instancias de su padre
que pretendía que Juan Calvino siguiera el camino de las leyes, se enroló en
las universidades de Orleáns y Bourgues (1).
Durante su paso por los claustros
universitarios tomó contacto con las ideas humanistas y reformadas. En abril de
1532, cuando Calvino contaba con 22 años de edad, publicó un comentario sobre
el “De Clementia” de Séneca, trabajo que puso en evidencia sus dotes como
pensador.
En 1535 tuvo una experiencia personal que
marcaría su destino.
Había comprendido el Plan de Salvación y
se acogió a él. Para ese tiempo, había entablado amistad con Nicolás Cop, quien
acababa de ser elegido rector de la Universidad de París. Cuando Cop hizo
pública su adhesión a las ideas de Martín Lutero, ambos, Cop y Calvino, se
vieron obligados a huir de la ciudad.
Juan Calvino ya dominaba el latín y el
griego, y estaba avanzado en el aprendizaje del idioma hebreo. Centró sus
estudios de acuerdo a un enfoque bibliocéntrico, tomando a las Escrituras como
principio rector de todas las actividades del hombre. Partiendo de esta
concepción profundizó en el análisis bíblico y de cuestiones sociales.
Inició su tarea evangelizadora a través de
varias ciudades de Europa, en parte motivado por sus ideas misioneras, pero
también debido a la implacable persecución por parte del clero católico que no
le permitía afincarse en un lugar. Mientras tanto iba escribiendo sus pensamientos
y descubrimientos teológicos.
Christianae
Religious Institutio
En 1536 publicó la primera edición de
Christianae Religious Institutio (Institución de la Religión Cristiana) en
donde plasmó los aspectos fundamentales de su visión. Este trabajo, corregido y
ampliado por el mismo Calvino, se distribuyó a lo largo y a lo ancho de todo el
continente europeo, llegando incluso a España en una versión traducida por
Casiodoro de Reina (ver)Con respecto a este trabajo, el teólogo y comentarista
John Mackay señala: “Es un sistema de teología cristiana, tomando en cuenta
solo las Escrituras como suprema autoridad, y al Espíritu Santo como guía en la
interpretación de la verdad cristiana, en vez de la autoridad de la Iglesia de
su tiempo; sin dejar de respetar por esto, las opiniones de los grandes padres
de la Iglesia.”
Ginebra y
Estrasburgo
Ese mismo año, Calvino visitó Ginebra, de
camino a la ciudad de Estrasburgo. Guillermo Farel, líder de la Reforma local
lo invitó a participar en el movimiento protestante de la ciudad. Durante este
tiempo trabajó incansablemente contribuyendo a la expansión de la Reforma en la
región. En 1538, la derrota de Farel obligó a ambos a mudarse de Ginebra.
Calvino partió rumbo a Estrasburgo donde
continuaría su labor evangelizadora y se casaría con Idelette de Bure, una dama
viuda con la que tendría un hijo.
Fue en Estrasburgo que Calvino habría de
publicar el primero de sus numerosos libros de comentarios sobre la Biblia.
Consolidación en GinebraEn 1542 regresó a
Ginebra por pedido de los cristianos reformados de la ciudad. Fue aquí donde se
establecería definitivamente y desarrollaría la plenitud de su pensamiento.
Aunque recibió casa y un sueldo estatal, llevó una vida austera y no tuvo
ningún nombramiento oficial.
En 1559, luego de diecisiete años de
residencia, se hizo ciudadano de Ginebra.
Mientras vivió allí tuvo importante
injerencia en la vida comunitaria de la ciudad, no solo en cuestiones
estrictamente religiosas, sino en todo asunto secular que tuviera que ver con
las ideas de Calvino sobre un mejor estilo de vida, tal cual se desprendía de
su propia perspectiva teológica. Aportó el borrador para diversas ordenanzas de
orden público e incluso muchas de sus ideas se incorporaron a la Constitución ginebrina.
Mostró interés particular por la educación popular apoyando el acceso gratuito
para todos los niños. Impulsó la creación de niveles secundarios e incluso
llegó a inaugurar una academia de nivel superior de la que Theodore Beza fue su
primer rector, y que más tarde se transformaría en una universidad.
Promovió la creación de hospitales,
orfanatos, refugios para pobres y enfermos, además de diversas obras públicas
para mejorar las condiciones de vida del ciudadano de Ginebra, como
alcantarillados y otras. Participó en el diseño de medidas de gobierno que
favorecían el desarrollo de actividades industriales y promovió la difusión de
la lengua francesa y la alfabetización masiva. A través de su influencia sobre
los consistorios favoreció medidas moralizadoras.
En lo que respecta a su actividad
religiosa, promovió con pasión y firmeza las ideas de la Reforma. Publicó gran
cantidad de trabajos sobre Teología, compuso himnos e impulsó a otros laicos a
hacer lo mismo. Entre otros himnólogos impulsados por Calvino se destacó Luis
Bourgeois.
Sus problemas de salud Juan Calvino nunca
gozó de buena salud. Sufría de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica que
le provocaba frecuentes recaídas con catarros severos y crisis de disnea.
El célebre teólogo y comentarista bíblico
Samuel Vila dijo al respecto: “En su caso, como en el de infinidad de fieles
hijos de Dios, las cadenas y las llamas fueron sustituidos por enfermedades,
disgustos, contrariedades y penalidades diversas; pero eran y son parte de la
misma prueba de fe. La fe de Calvino era muy fuerte; por consiguiente quiso el
Señor hacerle un ejemplo a millares que tendrían que honrar a Dios sufriendo
pruebas y ser espectáculo aleccionador a los hombres y a los ángeles, de su
entera confianza, amor y sumisión al Padre celestial. “En cuanto a algunos
aspectos que tienen que ver con su carácter, la figura de Calvino ha sido
objeto de infinidad de descalificativos que lo hacen ver como intolerante y
despiadado.
Sin embargo, estas apreciaciones que
surgen de la opinión de sus enemigos y detractores, no son congruentes con la
documentación existente. Además de las pruebas testimoniales, Calvino dejó
cerca de cuatro mil cartas a través de las cuales es posible acceder a su
pensamiento más íntimo. En ellas se ve a un hombre sensible y compasivo,
comprometido con el necesitado, físico o espiritual, presto a la palabra de
ánimo y la exhortación (Richard Stauffer “The Humannes of John Calvin”). (2)
El caso Servet
La mayoría de las alusiones bibliográficas
sobre el caso, presentan a Juan Calvino como el responsable de instigar e
incluso ordenar la ejecución en la hoguera del médico español Miguel Servet, en
1553. Este hecho ha sido levantado por los detractores del calvinismo como un
símbolo de su intolerancia. Al respecto, el historiador Daniel Pisoni, realizó
una profunda investigación que concluye en una versión de los hechos
absolutamente diferente (ver Anotaciones sobre la hoguera de Champel). Si bien
Miguel Servet sostenía, desde el punto de vista de Calvino, una doctrina de
herética y definitivamente anticristiana, no fue él quien ordenó la muerte de
Servet, antes bien abogó por cierta clemencia (2).
Visión teológica
Su concepción teológica es absolutamente
bibliocéntrica. Para Calvino, todo asunto, ya sea de naturaleza teológica o
social, puede ser analizado y explicado a partir de las Escrituras. En
Christianae Religious Institutio, la obra maestra de Calvino y que por lo menos
revisó cinco veces entre 1536 y 1559, se propuso la articulación de la teología
bíblica de una manera razonable, siguiendo los artículos del credo apostólico.
Los cuatro libros de la edición definitiva (1559) se centran en los artículos
"Padre", "Hijo", "Espíritu Santo", e
"Iglesia". (4)
Sobre el Padre
El conocimiento de Dios está relacionado
con la conciencia de uno mismo. En el mundo y en la conciencia humana se
manifiestan las demandas espirituales. Dios creó el mundo y lo hizo bueno. Pero
desde la caída original la humanidad, por sus propios poderes sólo ha podido comprender
a Dios de modo excepcional e imperfecto. Por sí solos, los seres humanos nunca
pueden alcanzar una auténtica vida religiosa basada en el conocimiento de Dios.
Sin embargo, por la gracia de Dios, transmitida por Jesucristo, como se dice en
la Biblia, el Creador resolvió este destructivo dilema y permitió a la
humanidad obtener una clara visión de la revelación. Estas personas que
aprenden la verdad sobre la depravación humana —que incluso las mejores
acciones están corrompidas y ninguna es pura— pueden arrepentirse y confiar su
salvación en Dios Padre.
Sobre el Hijo
El pecado humano, heredado desde Adán y
Eva, produce en cada persona una "fábrica de ídolos". Todos los
individuos merecen destrucción, pero Jesucristo ejerció como profeta, sacerdote
y rey para llamar a los elegidos a la vida eterna con Dios. Cristo convoca a
los elegidos a una nueva vida, intercediendo por ellos en su expiación, y se
halla a la diestra de Dios. Calvino hizo grandes esfuerzos para poner de
manifiesto la continuidad de sus doctrinas con la ortodoxia cristiana como
aparece expresada en los credos de Nicea y Caledonia.
Sobre el
Espíritu
El Espíritu Santo de Dios, la tercera
persona de la Trinidad, concede poder a los escritos y a la lectura de la
Escritura, a la vida devocional de los creyentes, y al desarrollo cristiano en
Cristo (santificación). También permite la confianza en que la resurrección de
Dios de los muertos traerá a los salvados a la perfección a la presencia de
Dios. Toda seguridad de elección a la gracia es dada por el Espíritu, e incluso
la condenación de los réprobos según la justicia de Dios se rige por el poder
del Espíritu.
Sobre la
Iglesia
La Iglesia de Dios y los sacramentos son
también otorgados por la gracia divina para edificación moral de los elegidos y
el bien del mundo. La Iglesia, una a través del tiempo, puede ser conocida por
la oración, por escuchar la Palabra de Dios y por la administración de los
sacramentos. Aunque la verdadera Iglesia sea conocida sólo por Dios, la Iglesia
visible está por completo relacionada con Él en la Tierra. Dignatarios y jefes
de la Iglesia serían aquellos individuos que intentan con rigor mantenerse en
la disciplina cristiana, aunque su autoridad no puede depender de su rectitud.
Los cargos deben ser aquellos designados en el Nuevo Testamento.
Doctrina de la
Predestinación
Una de los aspectos fundamentales de su
visión teológica fue su propuesta de la doctrina de la predestinación. Al igual
que Lutero, Calvino sostenía que el hombre podía acceder a la Gracia a través
de la Fe, pero que Dios ya había elegido a quienes habían de ser salvos desde
ates de la fundación del mundo. Lutero y Bucer habían debilitado la creencia en
la predestinación fundándola en la presciencia divina: Dios conoce el porvenir
y sabe lo que ocurrirá a cada individuo; en consecuencia, presciencia y
predestinación coinciden. Pero así parece que se establece un vínculo de causa
a efecto entre presciencia y predestinación. Parece que Dios esté obligado a
hacer lo que ha previsto; en consecuencia, no es exactamente Todopoderoso. Ello
es intolerable para un amor ardiente y delicado. “Para Calvino, Dios es libre y
lo que él prevé no se confunde con lo que desea de toda eternidad” (Roland
Mousnier). La gracia es irresistible y el hombre no la puede repeler; se manifiesta
en la vida del elegido por el gusto hacia la doctrina y las obras de fe. (2)
Calvino redujo los sacramentos a solo dos: el bautismo y la comunión (santa
Cena), la cual solo aceptó en un sentido conmemorativo, y suprimió todos los
ritos del culto, el crucifijo, el altar y las jerarquías sacerdotales. Los
lugares destinados al culto fueron desprovistos de adornos y todo tipo de imágenes.
Instituyó un clero laico y democrático. Los líderes constituidos se denominaron
ministros y pastores, ancianos y diáconos. Los primeros tenían incumbencia en
asuntos estrictamente profesionales mientras que los segundo se encargaban de
los asuntos materiales y costumbristas.
Legado
Su legado llega hasta nuestros días en
forma directa a través de sus sermones, libros y cartas; e indirectamente a
través de los miles de reformadores y cultores del cristianismo reformado que
asimilaron sus ideas a lo largo de casi cinco siglos.
Sus herederos espirituales directos han
constituido la Iglesia Presbiteriana, pero no existe denominación protestante
que no haya recibido la influencia del pensamiento y obra del gran reformador
francés.
Su legado ha trascendido lo religioso y su
aporte, sumado al de otros padres de la Reforma, ha contribuido de manera
decisiva a la idiosincrasia de gran parte de la civilización occidental,
consolidándose en los países protestantes de Europa y luego extendiéndose hacia
Estados Unidos, Australia y por todo lugar adonde haya prendido la semilla del
Evangelio.
Juan Calvino, uno de los héroes de la
Reforma y quizás el mayor exponente de la Teología protestante de la historia,
entregó su alma al Señor el 27 de mayo de 1564 en la ciudad de Ginebra, donde
fue sepultado.
Daniel E. Dañeiluk.
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