Doctrinas de la Gracia

25 jul 2015

La Biblia: inspirada por Dios. Lewis Sperry Chafer

Lewis Sperry Chafer (1871-1952)
La Biblia es el único libro escrito por inspiración de Dios, en el sentido de que Dios ha guiado personalmente a sus escritores. La inspiración de la Biblia se define como una enseñanza que Dios ha impartido directamente a sus autores y que, sin destruir ni anular su propia individualidad, su estilo literario o intereses personales, Dios ha transmitido en la misma Su completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado registrado por sus autores humanos. Al formar las Escrituras, es cierto que Dios empleó a escritores humanos; pero esos hombres, aunque no pudieran haber comprendido todo lo que estaban escribiendo, sin embargo, bajo la guía de Dios y su mano directriz, produjeron los 66 libros que forman la Biblia, en la cual se halla una fascinante continuidad y una constante evidencia de la obra del Espíritu Santo dirigiendo sus plumas.
Por tanto, aunque escrita por medios humanos, la Biblia es el mensaje de Dios al hombre, más bien que un mensaje del hombre para su prójimo. Sin importar si las palabras registradas son las que Dios dictó literalmente, las copias halladas de antiguos códices y los resultados de la investigación acerca de los autores humanos, o de sus pensamientos, aspiraciones y temores, demuestran que en cada detalle Dios guio a esos hombres de tal forma que lo que ellos escribieron fue precisamente lo que Dios intentó que escribieran, con el resultado, pues, de que la Biblia es, ciertamente, la Palabra de Dios. Aunque ciertos pasajes de la Biblia puedan diferir notablemente en su carácter, todas y cada una de las palabras de la Escritura son igualmente inspiradas por Dios.
La doctrina de la inspiración, precisamente por ser sobrenatural, presenta algunos problemas para la comprensión humana. ¿Cómo puede un autor humano, registrando sus propios pensamientos y sus conocimientos, ser guiado para escribir exactamente lo que Dios desea que escriba? Precisamente por existir preguntas como ésta, se han aventurado algunas opiniones, como la de la extensión del control divino sobre los autores humanos. Existen diversas «teorías de la inspiración», y todos los intérpretes de la Biblia siguen alguna de tales teorías. La perspectiva de la inspiración aceptada por el comentarista es el fundamento sobre el cual están construidas todas las interpretaciones de la Biblia, y por tal motivo es preciso prestar una cuidadosa atención a la verdadera perspectiva de la inspiración.
A. TEORIAS DE LA INSPIRACION.
1. Inspiración verbal y plenaria. En la historia de la iglesia, la visión ortodoxa de la inspiración ha sido descrita como verbal y plenaria. Por inspiración verbal se quiere significar que el Espíritu de Dios fue quien guio la elección de las palabras usadas en los escritos originales. Sin embargo, la Escritura indica la factura humana. Varios libros de la Biblia reflejan las características personales del escritor, en estilo y vocabulario, y con frecuencia sus personalidades están expresadas en sus pensamientos, opiniones, plegarias o temores. No obstante, aunque son evidentes los elementos humanos en la Biblia, la doctrina de la inspiración plenaria sostiene y afirma que Dios lo dirigió, de tal forma que todas las palabras que fueron usadas, lo fueron igualmente por Dios, e inspiradas por El. Esto se pone de relieve por el uso de la palabra «plenaria», que significa «completa inspiración», como término opuesto a los puntos de vista que afirman que sólo hay una parcial inspiración en la Biblia.
Otras palabras descriptivas adicionales se añaden con frecuencia para aclarar lo que es la doctrina ortodoxa. Se declara que la Escritura es infalible en el sentido de ser precisa e inmune a todo error. También se declara que la Escritura es inerrable, significando con ello que la Biblia no contiene ningún error, como declaración de hecho. Aunque la Biblia puede registrar en ocasiones declaraciones de los hombres que no son ciertas, o incluso palabras de Satanás, como en Génesis 3:4, (Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;) en todos esos casos, aunque la declaración atribuida a Satanás o a los hombres está fielmente registrada, está claro que Dios no afirma la verdad de tales declaraciones. Al afirmar que la Biblia está verbal y totalmente inspirada, además de ser inerrable e infalible en sus declaraciones de la verdad, se sostiene que la guía perfecta y sobrenatural de Dios es suministrada a toda palabra de la Escritura, de tal forma que la Biblia pueda ser considerada como una precisa y exacta declaración de la verdad divina.
La seguridad de la inspiración se aplica, por supuesto, a los escritos originales solamente y no a las copias, traducciones o anotaciones. Como no existe ningún manuscrito original, los eruditos se han extendido en gran medida para determinar la precisión del texto de la Biblia de que ahora disponemos. Para el propósito de enseñar la verdad, puede presumirse y tenerse por cierto de que nuestras presentes copias de la Biblia son exactas reproducciones de los escritos originales. Si bien existen pequeñas variantes en el texto, tales variaciones apenas afectan cualquier enseñanza de la Biblia y los hallazgos posteriores de manuscritos tienden a confirmar esta conclusión.  
Para todos los propósitos prácticos, el Antiguo Testamento, escrito en hebreo, y el Nuevo, redactado en griego, pueden ser aceptados como la verdadera Palabra de Dios y una auténtica declaración de lo que Dios intentó comunicar al hombre.
2. Teoría mecánica o del dictado. En contraste con la verdadera doctrina de la inspiración, que permitió a los autores humanos, con su personalidad, redactar los escritos bajo la dirección de Dios, algunos han sostenido que Dios realmente dictó la Escritura y que los escritores de la Biblia actuaron sólo como taquígrafos. Pero si Dios hubiese dictado la Biblia, el estilo de la redacción y el vocabulario de la Biblia sería el mismo en toda su extensión. En muchos casos los autores de la Escritura expresaron sus propios temores y sentimientos, o sus plegarias para la salvación divina, y de diversas maneras dejaron la impronta de su personalidad en el registro divino. La oración surgida del corazón de Pablo por Israel, en Romanos 9:1-3, por ejemplo, habría perdido su significado de haber sido dictada por Dios.
Ro. 9:1-3 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, 2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
De acuerdo, pues, con lo anteriormente expresado, mientras que la inspiración se extiende a toda palabra de la Escritura, no se desestima la personalidad humana, el estilo literario o el interés personal. La Biblia afirma la realización humana, al igual que lo hace con la autoridad divina del Libro. Dios cumplió con exactitud lo que Él quiso al dirigir a los autores humanos que la escribieron, pero sin el proceso mecánico del dictado. Algunas porciones de la Biblia fueron dictadas por Dios y así está indicado en el mismo texto sagrado, pero la mayor parte de la Biblia fue escrita por autores humanos sin evidencia de un dictado directo.
3. La teoría del concepto. Algunos han intentado debilitar la completa inspiración de la Biblia y hacen concesiones a la autoridad humana, diciendo que Dios inspiró el concepto, pero no las palabras precisas. Esta opinión, no obstante, presenta graves problemas si se piensa en que los autores humanos sólo entendieron parcialmente lo que Dios les hubo revelado y, al hacerlo con sus propias palabras, pudieron muy bien haber introducido errores de consideración en sus escritos.
La Biblia contradice expresamente la idea de que sólo les fue suministrado el concepto a sus autores humanos. Una y otra vez se pone énfasis en el sentido de que las palabras de la Sagrada Escritura han sido inspiradas. La importancia de las palabras se menciona frecuentemente.
Ex. 20:1 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
Jn. 6:63 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Jn. 17:8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
1Co. 2:13 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
En anotaciones del Antiguo Testamento se afirma repetidamente también que las palabras, en sí mismas, están inspiradas por Dios.
Jn. 10:34-35 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: ¿Yo dije, dioses sois? 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada),
Ga. 3:16 16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
Y la frecuente mención de la Biblia como la Palabra de Dios.
Ef. 6:17 17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
Stg. 1:21-23 21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. 22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.  
1P. 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación,
Se pronuncia una solemne condenación sobre cualquiera que suprima la Palabra de Dios.
Ap. 22:18-19 18 Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.
La teoría del concepto, pues, no tiene consistencia respecto a que la Escritura haya sido redactada así; falla enteramente a la luz de lo que la misma Biblia afirma acerca de la verdadera doctrina de la inspiración.
4. Inspiración parcial. Se han aventurado también otras teorías en el sentido de que sólo parte de la Biblia es inspirada. Por ejemplo, algunos han afirmado que las porciones reveladas de la Biblia que se refieren a la verdad divina son precisas y ciertas, pero que no pueden aceptarse las declaraciones de tipo histórico, geográfico o científico. Emparejada con la inspiración parcial está la idea de que algunos fragmentos de la Escritura están más inspirados que otros, y así la verdad y el error se convierten en cuestión de grado. Esto se aplica, a veces, a lo que es conocido como la «inspiración mística» o la idea de que Dios ayudó en diversos grados a los autores en lo que ellos escribieron, pero no dándoles por completo la capacidad de escribir la Escritura sin error. Todas las formas de inspiración parcial dejan la inspiración a juicio del lector y, en consecuencia, la autoridad de la Escritura se convierte en la autoridad de la persona que lee la Escritura, no existiendo de tal forma dos lectores que estén de acuerdo con exactitud respecto a lo que hay de verdad y lo que no lo es.
5. La opinión neo-ortodoxa de la inspiración. En el siglo XX se ha aventurado una nueva opinión o punto de vista sobre la inspiración divina, que comienza con Karl Barth, y que se denomina neo-ortodoxa. Aunque sin negar necesariamente que existan elementos sobrenaturales en los escritos de la Escritura, esta opinión reconoce que hay errores en la Biblia, y de esta forma la Biblia no puede ser tomada literalmente como verdadera. La neo-ortodoxia sostiene que Dios habla mediante las Escrituras y las utiliza como un medio para comunicarse con nosotros. De acuerdo con este punto de vista, la Biblia se convierte en un canal de la revelación divina, de forma muy parecida al concepto de que una bella flor o un encantador crepúsculo suministran el concepto de que Dios es el Creador. La Biblia, considerada bajo semejante teoría, se hace verdadera sólo cuando es comprendida, y la evidencia de verdad queda igualmente a juicio del lector individual. La historia de este punto de vista demuestra que no hay dos personas que estén exactamente de acuerdo respecto a lo que la Biblia enseña realmente y, al igual que la inspiración parcial, deja al individuo como autoridad final por lo que concierne a lo que es verdad y lo que es falso.
6. Inspiración naturalista. Esta es la opinión más extrema de incredulidad y sostiene que la Biblia es igual que otro libro cualquiera. Aunque Dios haya podido otorgar a sus autores una capacidad fuera de lo común para expresar conceptos, es, después de todo, una producción humana sin ninguna guía divina y sobrenatural. La Biblia, sujeta a este concepto, se convierte simplemente en cualquier otro libro de religión, que expresa antiguos conceptos y opiniones de experiencia espiritual que han tenido los hombres en el pasado. Esta opinión destruye cualquier distintiva afirmación respecto a la autoridad divina de la Biblia y deja sin explicación la maravillosa y real precisión de la Biblia.
En última instancia el lector de la Escritura tiene que tomar una postura y hacer una elección. O bien la Biblia es lo que afirma ser - la Palabra inspirada de Dios- y un libro en que confiar, como si Dios lo hubiese escrito por sí mismo, sin autores humanos, o tiene que ser considerada como un libro que no sustancia sus afirmaciones y no es, ciertamente, la Palabra de Dios. Mientras que pueden sumarse muchas pruebas en apoyo de la inspiración de la Biblia, la mejor evidencia se encuentra en el hecho de que la acción del Libro en la Historia apoya sus propias afirmaciones. Su poder se ha manifestado en las vidas transformadas de millones de personas que han puesto su confianza en las palabras y las promesas de la Escritura.
B. EL TESTIMONIO DE CRISTO.
El hecho de que la Biblia está inspirada por el Espíritu Santo está apoyado por muchas evidencias internas de que es, ciertamente, la Palabra de Dios, y está confirmado por el poder de la Palabra de Dios para influenciar y transformar a los hombres. De todas las evidencias, sin embargo, una de las más importantes es el testimonio de nuestro Señor Jesucristo mismo de que, efectivamente, la Biblia está inspirada por Dios. Dondequiera que Jesucristo cita la Escritura -y Él lo hizo con frecuencia- lo hizo como teniendo la autoridad y el completo reconocimiento de que había llegado a manos de los hombres por la inspiración del Espíritu Santo.
De acuerdo con Mateo 5:18, Cristo afirma que ni una jota ni una tilde de la Ley quedará sin cumplimiento. Con esto El expresaba que ni una jota (la letra más pequeña del alfabeto hebreo) o una tilde (la parte más pequeña de una letra que pudiese cambiar su significado) habrían de quedar incumplidas. Si la precisión y la inspiración se extienden a cada una de sus letras, Cristo estaba obviamente afirmando la inspiración de la totalidad del Antiguo Testamento.
En Juan 10:35 Cristo afirmó que «la Escritura no puede ser quebrantada», no puede fallar. Una y otra vez el Nuevo Testamento afirma un exacto cumplimiento del Antiguo Testamento.
Mt. 1:22-23 22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:  23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.
Mt. 4:14 -16 14 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: 15 Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16 El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció.
Mt. 8:17 17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Mt. 12:17-21 17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: 18 He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio. 19 No contenderá, ni voceará, Ni nadie oirá en las calles su voz. 20 La caña cascada no quebrará, Y el pabilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio. 21 Y en su nombre esperarán los gentiles.
Mt. 15:7-8 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:  8 Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.
Mt. 21:4-5 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: 5 Decid a la hija de Sion: He aquí, tu Rey viene a ti, Manso, y sentado sobre una asna, Sobre un pollino, hijo de animal de carga.
Mt. 21:42 42 Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: ¿La piedra que desecharon los edificadores, Ha venido a ser cabeza del ángulo? El Señor ha hecho esto, ¿Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?
Mt. 22:29 29 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios.
Mt. 26:31, 56 31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas. 56 Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
Mt. 27:9-10, 35 Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; 10 y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor. 35 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Estas referencias procedentes del Evangelio de Mateo son típicas de lo que se difunde por todo el Nuevo Testamento en su totalidad. Incluso cuando afirma un cambio dispensaciones o una modificación de una regla de vida, la autoridad y la inspiración de las declaraciones originales de la Escritura no se discuten en absoluto.
Mt. 19:7-12 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8 Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. 9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. 10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. 11Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. 12 Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.
Las anotaciones procedentes del Antiguo Testamento se extienden a cualquier sección importante y con frecuencia son de libros que son los más discutidos por los críticos liberales, tales como el Deuteronomio, Jonás, y Daniel.
Dt. 6:16 16 No tentaréis a Jehová vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah.
Mt. 12:40 40 Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.
Dn. 9:27 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
Dn. 12:11 11 Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.
Mt. 24:15 15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)
Es imposible poner en tela de juicio la inspiración del Antiguo Testamento sin dudar del carácter y veracidad de Jesucristo. Es por esta razón que la negación de la inspirada Palabra de Dios conduce a la negación del Verbo encarnado de Dios.
Jesucristo no sólo afirmó la inspiración y la infalible exactitud del Antiguo Testamento, sino que El predijo la escritura del Nuevo. De acuerdo con Juan 16:12-13, los discípulos iban a recibir la verdad procedente del Espíritu Santo después que Cristo hubiese ascendido a los cielos. Cristo estableció que los discípulos serían los testigos de la verdad.
Jn. 16:12-13 12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Mt. 28:19 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo
Lc. 10:22-23 22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. 23 Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; 24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Jn. 15:27 27 Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.
Hch. 1:8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Jesús otorgó a los discípulos autoridad en su pronunciamiento y difusión de la verdad.
Lc. 10:16 16 El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.
Jn. 13:19 19 Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy.
Jn. 17:14-18 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
He. 2:3-4 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, 4 testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.
Conforme fue escribiéndose el Nuevo Testamento, sus autores se hallaban conscientes de que eran guiados por el Espíritu de Dios y libremente afirmaron que el Nuevo Testamento estaba inspirado al igual que el Antiguo. De la misma forma que David escribió por el Espíritu.
Mt. 22:43-45 43 Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:  44 Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tu pie 45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?
Y como el salmista fue inspirado el Nuevo Testamento, en igual forma, afirma su inspiración.
He. 3:7-11 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. 10 A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos. 11 Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.
Sal. 95:7-11 7 Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto, 9 Donde me tentaron vuestros padres, Me probaron, y vieron mis obras. 10 Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos. 11 Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.
En 1 Timoteo 5:18; Deuteronomio 25:4 y Lucas 10:7 se cita la Escritura como igualmente inspirada. En 2 Pedro 3:15-16 las Epístolas de Pablo están clasificadas como Escritura que tiene que ser recibida como Palabra de Dios, al igual que toda la demás Escritura. El Nuevo Testamento obviamente afirma tener la misma inspiración que el Antiguo.
1Ti. 5:18 18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.
Dt. 25:4 No pondrás bozal al buey cuando trillare.
Lc. 10:7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa.
2P. 3:15-16 15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, 16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
C. PASAJES IMPORTANTES SOBRE LA INSPIRACION.
Uno de los pasajes fundamentales sobre la inspiración de la Biblia se encuentra en 2Ti. 3:16, donde se afirma: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reargüir, para corregir, para instruir en justicia.» Por «Escritura» el apóstol se refiere a las «Sagradas Escrituras» mencionadas en 2Ti. 3:15, incluyendo tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. La expresión «inspirada por Dios» es una palabra que se halla en el Nuevo Testamento griego, theopneustos, que significa «el aliento de Dios». Con esto se quiere significar definitivamente que la Escritura procede de Dios y por este hecho tiene la misma perfección que caracteriza al propio Dios. Sería absolutamente imposible para Dios el ser el autor del error. La inspiración se extiende no tanto a los autores como a la Palabra de Dios en sí misma. En tanto que los autores eran falibles y sujetos a error, el aliento de Dios insufló a tales autores Su infalible Palabra, dirigiéndoles con Su divino poder, y lo que está escrito por ellos fue ciertamente la infalible Palabra de Dios. Y porque es la Palabra de Dios, es provechosa para la doctrina o la enseñanza, y para reprobación, corrección e instrucción en la justicia.
Una de las importantes cuestiones que surge con frecuencia es: ¿Cómo pudo Dios inspirar la Escritura siendo así que, de una parte, permite su factura humana y, de otra, se produce la inspirada Palabra de Dios sin error? La cuestión de cómo Dios lleva a cabo un acto sobrenatural es siempre inescrutable; sin embargo, se puede captar alguna luz sobre el particular en 2P. 1:21, donde, en relación con una profecía de la Escritura, se declara: «Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.» Tanto si se trataba de profetas verbales o de profetas que lo pusieron por escrito, la explicación es que ellos fueron «movidos e impulsados por el Espíritu Santo». La traducción de la palabra «movido» es la que corresponde a llevar un peso, un cometido. En esta declaración, pues, los autores humanos son llevados hacia un destino y un objetivo deseado por Dios, de la misma forma que un barco lleva a sus pasajeros hacia su destino final. Aunque los pasajeros que viajan en un barco tienen una cierta libertad humana y pueden moverse libremente dentro de la nave, no pueden evitar que, de una forma segura y decidida, la nave vaya a su destino marcado de antemano.
Si bien esta explicación no es completa para ilustrar la inspiración, pues su clarificación está más allá de la comprensión humana, se hace patente que los autores humanos no quedaron en libertad de cumplir sus propios designios, ni ejercieron, por tanto, su personal propósito. Dios actuaba dentro de ellos, insuflándolos Sus pensamientos y utilizándoles como canales adecuados para la consecución de tal obra. Es indudable que alguna parte de la Escritura estuvo dictada expresamente por Dios, como, por ejemplo, la entrega de la Ley en Éxodo 20:1-17.
Ex. 20:1-17 Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
Acuérdate del día de reposo* para santificarlo. 9 Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo* para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo* y lo santificó.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No hurtarás.
16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Una y otra vez el Antiguo Testamento declara que «Dios dijo»
Gn. 1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Otra expresión frecuente es que «llegó la palabra del Señor» a uno de los profetas.
Jer. 1:2 Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado.
Os. 1:1 Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel.
Jon. 1:1-2 Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo: 2 Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.
Mi. 1:1 Palabra de Jehová que vino a Miqueas de Moreset en días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá; lo que vio sobre Samaria y Jerusalén.
Sof. 1:1 Palabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá.
Hag. 1:1 En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo:
Zac. 1:1 En el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo:
En otras situaciones Dios habló mediante visiones o sueños.
Dn. 2:1 En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño.
O apareció en forma de visión.
Dn. 7:1 En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relató lo principal del asunto.
Aunque pudieran variar las formas y las circunstancias de la divina revelación, en todas ellas Dios habla con una perfecta autoridad, una absoluta precisión y de forma inerrable. Por todo esto, la Palabra de Dios participa de la misma cualidad de verdad absoluta, propia de la persona y el carácter del propio Dios.
D. CONSIDERACIONES CUALIFICATIVAS.
Al declarar que la totalidad de la Biblia es la verdad y que está inspirada por Dios, es preciso señalar que a veces la Biblia registra una mentira como tal mentira; tal es el caso de la mentira de Satanás en Génesis 3:4. La Biblia también registra las experiencias y razonamientos de los hombres, conforme queda ilustrado en el Libro de Job y en Eclesiastés. En ellos, lo que la Escritura transcribe como palabras de sus personajes tiene que ser comprobado por las claras afirmaciones de la verdad que se hallan extendidas por toda la Biblia. De acuerdo con esto, algunas de las declaraciones de los amigos de Job no son ciertas, y algunos de los pensamientos filosóficos del Eclesiastés no van más allá de la sabiduría humana. Siempre que la Biblia establece un hecho como cierto, es, desde luego, cierto, tanto sí procede del propio Dios como de revelación, sean principios morales o un programa profético, o bien cuestiones de historia, geografía o hechos que tienen relación con la ciencia. Es un fascinante testimonio de la exactitud de la Palabra de Dios el que, aunque los autores no pudiesen anticipar los descubrimientos científicos modernos ni utilizaron un lenguaje técnico, no contradicen, sin embargo, cualquier descubrimiento que el hombre haya hecho y que sea auténticamente cierto.
Existen problemas en la Biblia que hacen surgir ciertas cuestiones. A veces, por falta de información, la Biblia parece contradecirse a sí misma, como, por ejemplo, en el relato de la curación de los ciegos de Jericó, donde diversos relatos indican dos o un ciego.
Mt. 20:30-34 30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 31 Y la gente les reprendió para que callasen; pero ellos clamaban más, diciendo: ¡Señor, ¡Hijo de David, ten misericordia de nosotros! 32 Y deteniéndose Jesús, los llamó, y les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 33 Ellos le dijeron: Señor, que sean abiertos nuestros ojos. 34 Entonces Jesús, compadecido, les tocó los ojos, y en seguida recibieron la vista; y le siguieron.
Mr. 10:46-52 46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. 47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. 50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
Lc. 18:35-43 35 Aconteció que, acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado junto al camino mendigando; 36 y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello. 37 Y le dijeron que pasaba Jesús Nazareno. 38 Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 39 Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 40 Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y cuando llegó, le preguntó, 41 diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. 42 Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.43 Y luego vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios. Y donde el incidente parece haber ocurrido en otra parte fuera de Jericó.
Mr. 10:46 46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Lc. 19:1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.
Problemas de esta clase, no obstante, invitan a un paciente estudio y la dificultad puede ser resuelta si todos los hechos nos fuesen conocidos. Por ejemplo, existieron dos ciudades en Jericó: una antigua, la otra moderna. Cristo pudo muy bien haber dejado una para entrar en la otra. Muchos supuestos errores de la Biblia han sido perfectamente aclarados por descubrimientos y hallazgos arqueológicos.
Realmente nadie sabe lo suficiente como para contradecir los hechos registrados y las declaraciones expuestas en la Biblia, tanto si se refieren a la creación del mundo, el origen del hombre o si se extiende en determinados detalles de orden narrativo. Adecuadamente comprendida, la Biblia permanece como el monumento de la propia veracidad de Dios y de la verdad, y puede ser creída como si el propio Dios hubiese hablado directamente al individuo que lee la Escritura. Aunque se han realizado intentos para minar y destruir la Biblia, para aquellos que buscan la verdad respecto a Dios continúa siendo la sola fuente de autoridad inerrable de la revelación divina.

Capitulo 2 del libro: Teología sistemática I y II de Lewis Sperry Chafer


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