Doctrinas de la Gracia

2 jul 2015

De qué manera se salvaban las personas en el Antiguo Testamento?


Una de las preguntas más comunes al momento de hablar del tema de la salvación en la Biblia es el cómo los creyentes en el Antiguo Testamento encontraban salvación. Si decimos que solo hay un mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5), solo hay un camino para llegar a Dios (Juan 14:6), y que ambos se encuentran en la persona de Jesucristo, entonces ¿cómo se salvaba la gente antes de que Cristo viniera? Esta es una pregunta sumamente válida, especialmente para aquellos que están tratando de hacer sentido de la historia de redención que se revela en las Escrituras y quieren entender la continuidad entre ambas partes de la Biblia. Sin embargo, también es una de las preguntas que es más propensa a recibir respuestas incorrectas.
Por ejemplo, una de las respuestas más comunes, y equivocada, a esta pregunta es que Dios obraba de manera diferente en el Antiguo Testamento que la manera en que obraba en el Nuevo Testamento. Mientras que en el Nuevo Testamento tenemos el evangelio de Jesucristo y salvación por gracia, en el Antiguo Testamento la gente se salvaba por sus obras; por su obediencia a la ley de Dios. La razón por la que cambia en el Nuevo Testamento, según se responden estas personas, es que Dios vio que la manera en la que él había determinado salvar a su pueblo no era la mejor, por lo tanto, tuvo que dispensar una nueva forma en la que los mismos pudiesen ser salvos, la misma siendo por medio de la fe en Cristo Jesús. Ahora, aun si ignoramos el hecho de que esto no solo obvia la presencia del evangelio en el Antiguo Testamento, sino que presenta a un Dios cuyo “plan A” no funciono, de modo que tuvo que utilizar un “plan B” para redimir a los suyos, la premisa en si es defectuosa en varias partes. Primero que nada, la ley no podía salvar a nadie, puesto que nadie podía cumplirla con la perfección que Dios requiere. Por eso es que la Biblia enfatiza que la ley vino a ser maldición a los que dependían de la misma, puesto que aun la más mínima falla te hace culpable de que haberla quebrantado en su totalidad y te condena ante Dios (Gálatas 3:10). No solo eso, sino que el propósito de la ley nunca fue salvar a nadie, sino de servirnos como un guía para llevarnos a Cristo, a fin de que halláramos salvación en El (Gálatas 3:24). Fuera de todo esto, la Biblia hace claro de que la sangre de toros y machos cabríos no tenía poder para salvar a nadie o perdonar pecados (hebreos 10:4), sino que el propósito de los sacrificios en el Antiguo Testamento era para servir como sombra o imagen de la realidad que Cristo iba a llevar a cabo con su sacrificio en la cruz (Hebreos 9: 9-14, 23-28; 10:1). Entonces, si los creyentes en el Antiguo Testamento no se salvaban por las obras de la ley o sacrificios que pudiesen hacer, ¿cómo se salvaban?
El apóstol Pablo nos da la respuesta a esta pregunta, utilizando como ejemplo una de las figuras más importantes del Antiguo Testamento, el patriarca Abraham. En Romanos 4:3 nos dice: “Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia.” ¿Cómo encontró salvación Abraham en el Antiguo Testamento? ¿Acaso fue por sus obras y obediencia? No. La Palabra nos dice que Abraham le creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Él puso su fe en las promesas de Dios y fue declarado justo delante de Él. Abraham evidencio lo que la Biblia constantemente repite, que el justo por su fe vivirá (Habacuc 2:4; Romanos 1:17; Gálatas 3:11; hebreos 10:38, etc.). Ahora, alguien podría decir que, aunque Abraham fue justificado por su fe en las promesas de Dios, no fue hecho justo por creer en Jesucristo como nosotros, por lo tanto, en el Antiguo Testamento se salvaban de una manera diferente. La razón por la cual esto es falso y no es diferente es que en la persona de Jesucristo era que Dios iba a llevar a cabo las promesas que le había hecho a Abraham (Efesios 2:11-22; Gálatas 3:13-16), por lo tanto, indirectamente Abraham estaba poniendo su fe en Cristo. Abraham no tenía toda la información detallada de como Dios iba a llevar a cabo lo que le prometió, y ciertamente no vio el cumplimiento de esas promesas en vida, sin embargo, le creyó a Dios y siguió adelante, con la confianza y expectativa de lo que había de venir (hebreos 11:13). Es por eso que Jesús podía decir en Juan 8:56:” Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó,” aun cuando físicamente Jesús no estaba allí y Abraham murió siglos antes de su venida. De modo que, ya sea indirectamente o directamente, la Biblia nos muestra que solo hay un medio en la que somos salvos y es por medio de Cristo Jesús. Mientras que nosotros como creyentes miramos hacia el pasado, hacia el cumplimiento de las promesas de Dios en la persona de Jesucristo y su obra salvífica en la cruz del calvario, Abraham y los creyentes del Antiguo Testamento miraban hacia el futuro, depositando su esperanza en el hecho de que Dios iba cumplir lo que les había prometido, a pesar de no tener todos los detalles de cómo Dios lo iba a llevar a cabo, pero confiando que si Dios lo prometió, él lo hará.

Publicado por Arnaldo Burgos el 30 de octubre de 2014

Permitida su reproducción. Por favor de créditos al autor y a la pagina. Gracias


1 comentario:

  1. Hola, entiendo que era el Espiritu santo quien convencia de pecado y quien daba la fe, pero me surge una pregunta, las personas en el antiguo testamento tambien nacian de nuevo?

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