- Josh McDowell, Evidence That Demands a Verdict (Evidencia
que Exige un Veredicto - San Bernardino: Here's Life Publishers,1979), 17
- Nelson Glueck, Rivers in the
Desert: A History of the Negev (Ríos en el Desierto: Una Historia
del Neguev - New York: Farrar, Strauss, and Cudahy, 1959), 31.
- William F. Albright, Archaeology and the Religion of Israel (La
Arqueología y la Religión de Israel - Baltimore: John Hopkins, 1953), 176.
- Merrill Unger, Unger's Bible Dictionary (Diccionario
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- John Garstang, The Foundations
of Bible History; Joshua, Judges (Los Fundamentos de la Historia
Bíblica: Josué, Jueces - London: Constable, 1931), 146. Michael
Lemonick, "Score One for the Bible," Time, 5 March
1990, 59.
- Ralph H. Alexander, "Ezekiel,"
in The Expositor's Bible Commentary, ed. Frank E. Gaebelein (Grand Rapids: Zondervan,
1986), 869.
- Unger, 291-292.
- McDowell, 167.
25 jul 2015
La autoridad de la biblia. Patrick Zukeran
Hay muchos libros hoy que dicen ser la
Palabra de Dios. El Corán, el libro sagrado del islam, dice ser la Palabra de
Dios. El Libro de Mormón dice ser la Palabra de Dios. Los hindúes creen que el
Bhagavad Gita es la fuente de verdad eterna. Karl Marx, con su cosmovisión
atea, decía que su escrito, El Manifiesto Comunista, era la verdad
última.
Nosotros, los cristianos, creemos que
la Biblia es la Palabra de Dios y la fuente eterna de verdad por la cual
vivimos. ¿Cómo sabemos que la Biblia es la Palabra de Dios? ¿Podemos realmente
probar que la Biblia es verdaderamente la Palabra de Dios? La respuesta es sí.
Antes que comience esta discusión sobre
la autoridad de la Biblia, déjame primero citar las palabras de Jesús que se
encuentran en Juan 15:18. Jesús les advierte a sus discípulos acerca de la
actitud que tendrá el mundo hacia quienes lo sigan. Jesús dice, "Si el mundo
los odia a ustedes, sepan que a mí me odió primero. Si ustedes fueran del
mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí
a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya
nos son del mundo." 1 Pedro 5:8 dice, "... su enemigo el diablo, como
león rugiente, anda buscando a quien devorar."
Lo que es vital comprender de estos
pasajes es la actitud del mundo hacia Dios. El mundo está en rebelión contra
Dios, y la gente del mundo bajo la influencia de Satanás busca destruir su fe.
A la luz de los tiempos que estamos
viviendo, es importante que los cristianos sepan no sólo qué es
lo que creen sino por qué creen lo que creen.
Una vez oí una estadística asombrosa.
Decía que el 80 por ciento de los estudiantes que iban a la facultad y que
decían ser cristianos volvían a casa sin creer en Cristo. Una de las razones es
ésta: cuando un estudiante está sentado en una clase y oye a un profesor que
desacredita a la Biblia, el estudiante no tiene una defensa y es fácilmente
engañado para que crea que la Biblia ya no es creíble. Esto ocurre demasiado a
menudo porque los cristianos saben qué es lo que creen, pero
no saben por qué lo creen.
En mi experiencia, no hay ningún libro
que sea criticado y atacado más que la Biblia. Muchos eruditos inteligentes han
escrito libros tratando de desacreditar la autoridad de la Biblia. Éste es uno
de los objetivos de Satanás: conseguir que el hombre dude de la Palabra de
Dios.
A fin de contrarrestar este ataque,
estudiaremos algunas evidencias que atestiguan de la autoridad y el origen
divino de la Biblia. Este conocimiento nos permitirá hacer una defensa sólida
de la fe cuando nos veamos atacados.
No ha habido en la historia del hombre
un libro que ha conmovido al mundo tanto como la Biblia. El impacto que ha
causado ha sido fenomenal. Algunos aclaman a la Biblia como la Palabra de Dios;
otros, la critican y la condenan. Con la Biblia enfrentada a una oposición tan
grande hoy, y con muchas otras obras que afirman ser la "palabra de
Dios," ¿cómo sabemos que la Biblia es la verdadera Palabra de Dios?
Echémosle una mirada a las evidencias.
Evidencia Interna
La evidencia a favor de la autoridad de
la Biblia cae en dos categorías principales: evidencia interna y evidencia
externa. Por evidencia interna quiero indicar la evidencia que se encuentra
dentro de la Biblia misma. Por evidencia externa, quiero indicar la evidencia
que se encuentra fuera de la Biblia, como ser en la arqueología, la ciencia, la
filosofía y en los manuscritos antiguos. Consideremos primero la evidencia
interna.
Auto-proclamación
El primer hecho es que la Biblia dice
ser la Palabra de Dios. Los autores sabían que estaban escribiendo las palabras
de Dios, aunque a menudo no entendían completamente lo que estaban escribiendo.
2 Timoteo 3:16 dice, "Toda escritura está inspirada por Dios." 2
Pedro 1:21 dice, "los profetas nunca hablaron por su propia voluntad; al
contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos por el
Espíritu Santo." Jesús mismo veía al Antiguo Testamento como teniendo
autoridad y citaba de él durante su ministerio.
El Espíritu Santo
En segundo lugar, el Espíritu Santo nos
confirma que la Biblia es la Palabra de Dios. Juan 16:13 dice, "Cuando
venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda verdad."
El Espíritu que convence al mundo de
pecado también le asegura al creyente que la Biblia es la Palabra de Dios.
Capacidad
Transformadora
En tercer lugar, tenemos evidencia
acerca de la capacidad transformadora de la Biblia. Hebreos 4:12 dice, "La
palabra de Dios tiene vida y poder. Es más aguda que cualquier espada de dos
filos, y penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu." Romanos
12:2 dice, "No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al
contrario, cambien su manera de pensar." La Palabra de Dios y el Espíritu
de Dios realmente transforman las vidas de las personas. La Biblia ha cambiado
la vida de asesinos, drogadictos, importantes funcionarios de gobierno, hombres
de negocio y estudiantes, para nombrar sólo unas pocas personas de toda
extracción que han sido transformadas por la Biblia. Ningún otro libro puede
decir lo mismo. Esto es porque la Biblia no es un simple libro sobre cómo vivir
bien, sino que está literalmente cargada de poder. Es la Palabra de Dios, con
poder para cambiar vidas.
Estas son sólo tres evidencias internas
que apoyan la autoridad de la Biblia. Por supuesto, estos no son los mejores
argumentos para usar en un debate, pero son evidencias. En la próxima sección
estudiaremos lo que creo que es el mejor argumento interno.
Unidad
Hemos estudiado tres evidencias
internas que apoyan la autoridad y la inspiración divina de la Biblia. En esta
sección, estudiaremos una cuarta evidencia: la unidad de la Biblia.
La Biblia cubre
cientos de temas y, sin embargo, no se contradice a sí misma. Permanece unida
en su tema. "Bueno, ¿y qué tiene de asombroso eso?" podrías
preguntar. Considera los hechos. Primero, la Biblia fue escrita a lo largo de
un período de mil quinientos años. Segundo, fue escrita por más de cuarenta
hombres de todo tipo de extracciones. Por ejemplo, Moisés fue educado en Egipto
y se convirtió en un profeta de Israel. Pedro fue un simple pescador, Salomón
fue un rey, Lucas fue médico, Amós fue pastor y Mateo fue un recolector de
impuestos. Todos los escritores eran de oficios y trasfondos vastamente
diferentes.
Tercero, fue escrita en muchos lugares
diferentes. La Biblia fue escrita en tres continentes diferentes: Asia, África
y Europa. Moisés escribió en el desierto de Sinaí, Pablo escribió en una
prisión en Roma, Daniel escribió en el exilio en Babilonia y Esdras escribió en
la ciudad en ruinas de Jerusalén.
Cuarto, fue escrito en circunstancias
muy diferentes. David escribió durante un tiempo de guerra, Jeremías escribió
durante el tiempo penoso de la caída de Israel, Pedro escribió mientras Israel
estaba bajo el dominio romano y Josué escribió mientras estaba invadiendo la
tierra de Canaán.
Quinto, los escritores tenían
diferentes propósitos al escribir. Isaías escribió para advertirle a Israel del
próximo juicio de Dios por su pecado, Mateo escribió para probarles a los
judíos que Jesús era el Mesías, Zacarías escribió para alentar a un Israel
descorazonado que había vuelto del exilio en Babilonia y Pablo escribió tocando
problemas que existían en diferentes iglesias de Asia y de Europa.
Si juntamos todos estos factores, la
Biblia fue escrita a lo largo de más de mil quinientos años, por cuarenta
autores diferentes, en distintos lugares, bajo diversas circunstancias, y
tocando una multitud de temas. Es asombroso que con tanta diversidad haya tanta
unidad en la Biblia. Esa unidad está organizada alrededor de un tema: la redención
de Dios del hombre y de toda la creación. Se tocan cientos de temas polémicos
y, sin embargo, los escritores no se contradicen entre sí. La Biblia es un
documento increíble.
Déjame ofrecerte una buena ilustración
del apologista Josh McDowell. Toma diez autores contemporáneos y pídeles que
escriban sus puntos de vista sobre un tema polémico. ¿Estarían todos de
acuerdo? No, tendríamos desacuerdos entre un autor y otro. Ahora, considera la
autoría de la Biblia. Todos estos autores, en un período de mil quinientos
años, escribieron sobre muchos temas polémicos y no se contradicen.
Parece
como si un autor guio a estos escritores durante todo el proceso: el Espíritu
Santo. 1 Pedro 2:21 dice, ""los profetas nunca hablaron por su propia
voluntad; al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos
por el Espíritu Santo." La unidad de la Biblia es sólo una prueba
asombrosa más de la inspiración y la autoridad divina de la Biblia.
Evidencia Externa
En nuestro estudio acerca de la
autoridad de la Biblia, hemos estudiado las evidencias internas, que se
encuentran en la Biblia misma. Aparte de la unidad de la Biblia, la mayoría de
estos argumentos son subjetivos en su naturaleza. Ahora estudiaremos las
evidencias externas de la Biblia, es decir, la evidencias que se encuentran
fuera de la Biblia.
La primera evidencia
externa es la indestructibilidad de la Biblia. La Biblia es el libro más
conocido en la historia del mundo, y ningún libro ha sido más atacado que ella.
Los escépticos han traído de destruir la autoridad de la Biblia durante mil
ochocientos años. Ha pasado por todo tipo de escrutinio posible de la
arqueología, la ciencia, la filosofía y las computadoras. Y, sin embargo, a
pesar de todos estos ataques, la Biblia demuestra ser verdadera vez tras vez.
Cada vez, los escépticos se han equivocado, y la Biblia ha demostrado estar en
la verdad. El solo hecho que la Biblia ha permanecido firme en su autoridad
después de dos mil años es otra evidencia que apoya su origen divino.
La Arqueología
La segunda fuente de
evidencia externa proviene de la arqueología. Las investigaciones arqueológicas
del Medio Oriente han demostrado que la Biblia es verdadera y precisa
indefectiblemente en sus descripciones históricas. Nelson Glueck, un afamado
arqueólogo judío, dice, "Ningún descubrimiento arqueológico ha negado
alguna vez una referencia bíblica."
El Dr. William Albright, quien no era
amigo del cristianismo y que fuera probablemente la máxima autoridad en la
arqueología del Medio Oriente de su tiempo, dijo esto acerca de la Biblia:
"No puede haber ninguna duda que la arqueología ha confirmado la historia
sustancial del Antiguo Testamento."
Aquí hay un par de ejemplos de la
precisión histórica de la Biblia. Un buen ejemplo puede encontrarse en Génesis
14. La Biblia habla de la victoria de Abraham sobre Quedorlaomer y cinco reyes
mesopotámicos. Durante años, los críticos dijeron que estos relatos eran
ficticios y muchas personas desacreditaron a la Biblia. En la década de 1960,
sin embargo, se descubrieron las tablas de Ebla, en el norte de Siria. El reino
de Ebla fue un reino poderoso en el siglo veinte a.C. Las tablas de Ebla son
registros de su historia. Se han descubierto miles de tablas. Lo que es
importante es que muchas de estas tablas hacen referencia a cada una de las
cinco ciudades de la llanura, lo cual demuestra la exactitud del relato de
Génesis 14.
Otro ejemplo es la historia de Jericó,
registrada en el libro de Josué. Durante años los escépticos pensaron que la
historia de los muros de Jericó que habían caído era un mito. Sin embargo, en
la década de 1930 el Dr. John Garstang hizo un descubrimiento asombroso. Dice,
"En cuanto al hecho principal, entonces, no queda ninguna duda: los muros
cayeron hacia afuera de forma tal que los atacantes pudieron treparse por sobre
las ruinas de la ciudad." Esto es asombroso porque los muros de las ciudades
caen hacia adentro, no hacia afuera.
La edición del 5 de marzo de 1990 de la
revista Time llevaba un artículo llamado "Score
One For the Bible – Punto Uno Para la
Biblia." En este artículo la arqueóloga Kathleen Kenyon decía que los
muros de Jericó habían caído en forma súbita. Muchos eruditos consideran que
esto fue provocado por un terremoto que podría explicar también el desbordamiento
del rio Jordán. Además, se descubrieron granos, lo cual muestra que la ciudad
fue conquistada rápidamente. Este hallazgo agrega credibilidad al relato
bíblico. Un estudio posterior hecho por Brian Wood encontró que la fecha de la
caída de Jericó coincidía con la fecha de la Biblia.
Estos son sólo dos
ejemplos de la autenticación por parte de la arqueología de la confiabilidad de
la Biblia. No hay ningún libro que sea tan antiguo y, a la vez, preciso en una
forma tan convincente como la Biblia.
La indestructibilidad y la arqueología
son dos evidencias externas a favor de la Biblia.
La Profecía
Hay
muchas más evidencias externas a favor de la Biblia, pero voy a cubrir una sola
más: la evidencia de la profecía. La Biblia contiene cientos de profecías que
se han cumplido. Ningún libro en la historia se ha acercado siquiera a la
Biblia cuando se trata de profecía cumplida.
Las profecías en la Biblia son muy
específicas y precisas. Nostradamus dice haber hecho cientos de profecías que
se han cumplido, pero si lees sus profecías verás que son vagas y poco claras.
Sus símbolos y su lenguaje pueden ser usados para indicar una gran cantidad de
eventos históricos. A diferencia de muchas profecías de ese tipo, la profecía
bíblica es muy específica.
Aquí hay algunos ejemplos. En Ezequiel
26, que fue escrito en 587 a.C., Ezequiel profetiza que la poderosa ciudad de
Tiro sería destruida. Tiro estaba formada por dos partes, una ciudad-puerto en
tierra y una ciudad-isla a unos ochocientos metros de la costa. Ezequiel
predijo que la ciudad terrestre de Tiro sería destruida por Nabucodonosor, que
muchas naciones lucharían contra ella, que los escombros de la ciudad serían
arrojados al mar, que nunca más se podría encontrar la ciudad y que los
pescadores vendrían a ella a colgar sus redes.
En 573 a.C., Nabucodonosor destruyó la
ciudad terrestre de Tiro. Muchos de los refugiados de la ciudad navegaron hacia
la isla, y la ciudad-isla de Tiro siguió siendo una ciudad poderosa. En 333
a.C., sin embargo, Alejandro Magno sitió a Tiro. Usando los escombros de la
Tiro terrestre, construyó un camino hacia la ciudad-isla de Tiro. Luego capturó
y destruyó por completo la ciudad.
Hoy, Tiro es un pequeño pueblo de
pescadores donde vienen a descansar los botes de pesca y donde los pescadores
extienden sus redes. La gran ciudad antigua de Tiro permanece, al día de hoy,
enterrada en ruinas, exactamente como fue profetizado. Si fuéramos a calcular
las probabilidades de que este evento pudiera ocurrir por azar, las figuras
serían astronómicas. No, no fue por casualidad.
Aquí hay otro ejemplo. Hay más de
trescientas profecías hechas de Jesús en el Antiguo Testamento. Profecías como
de Su lugar de nacimiento, sobre cómo iba a morir, sobre Su rechazo por la
nación de Israel, etc. Todas estas profecías fueron hechas muchos cientos de
años antes que Jesús hubiera venido a la tierra. Debido a la precisión de las
profecías, muchos escépticos creyeron que debían haber sido escritas después
del año 70 d.C.—después del nacimiento y la muerte de Jesús, y la destrucción
de Jerusalén. Por lo tanto, han tratado de negar que hayan sido profecías siquiera.
Sin embargo, en 1947, los Rollos del
Mar Muerto fueron descubiertos. Estos rollos contenían el libro de Isaías y
otros libros proféticos. Cuando fueron fechados, se encontró que habían sido
escritos entre 120 y 100 a.C., mucho antes que hubiera nacido Jesús. Hubiera
sido un logro imposible que Jesús hubiera cumplido trescientas profecías.
Algunos dicen que las profecías se cumplieron por casualidad, pero las
probabilidades en contra serían tremendamente grandes. Requeriría más fe creer
en su ocurrencia fortuita que en el hecho que Jesús fuera Dios y que estas
profecías fueron inspiradas divinamente.
Ningún libro puede igualar a la Biblia
cuando se trata de profecía. Entiende que sólo he tocado la punta del témpano.
Hay cientos de pruebas adicionales a favor de la Biblia, pero sólo he
mencionado unas pocas. Espero que este estudio haya despertado tu interés en
estudiar más acerca de la Palabra de Dios.
Notas
Traducción: Alejandro Field
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