ÚTILES
HISTÓRICAMENTE PERO NO PERTENECEN A LA BIBLIA
La Biblia protestante difiere en los libros añadidos a la Biblia católica
conocidos como los Apócrifos. La pregunta aquí es si estos libros forman parte
o no de la Biblia.
La palabra canon viene de la
palabra griega κανών «kanon» (que a su vez se deriva de la palabra hebrea קנה «kaneh») que quiere decir “vara, regla, o norma de medición.” Con el paso
del tiempo la palabra vino a usarse metafóricamente de los libros que fueron
“medidos” y por tanto reconocidos como Palabra de Dios. Cuando hablamos acerca
del “canon de la Escritura”, nos referimos a todos los libros que
colectivamente constituyen la Palabra de Dios (La Biblia).
Los católicos romanos creen
que los libros apócrifos (7 libros completos y 4 libros parciales, la mayoría
de los cuales se originan en el periodo entre el AT y NT) pertenecen al canon.
Mientras que los Protestantes llaman a estos libros “Los Apócrifos” (que
significa “oculto” pero que vienen siendo prácticamente los libros que no se
incluyen en la Biblia protestante). Los católicos romanos prefieren llamarles
deuterocanonicos (literalmente “segundo canon”). Este llamado “segundo canon”,
sin embargo, no tiene un estatus secundario entre los católicos.
La Iglesia católica romana
decidió que estos libros pertenecen a la Biblia poco tiempo después de la
Reforma Protestante. De hecho, el concilio católico de Trento (1545-1563 d.C.)
canonizó estos libros unos 1500 años después de que fueron escritos, en gran parte
como una reacción a la Reforma Protestante.
Libros Apócrifos
I Esdras
II Esdras
Tobías
Judit
Sabiduría de Salomón
Eclesiástico
Baruc
la Carta a Jeremías
Oración
de Manasés
1 Macabeos
2 Macabeos
Adiciones a los libros bíblicos de Ester
y Daniel
El famoso reformador Martin
Lutero, criticó a la Iglesia católica romana por no tener apoyo bíblico para
las doctrinas tales como la oración por los muertos. Al canonizar los Apócrifos
—lo cuales ofrecen apoyo para orar por los muertos en 2 Macabeos 12:45-46— los
Católicos entonces tenían apoyo “bíblico” para esta y otras doctrinas Católicas
distintivas.
Los católicos típicamente
argumentan que, debido a que la Septuaginta (traducción griega del Antiguo
Testamento Hebreo que precede al tiempo de Cristo) contiene los apócrifos, esto
significa que los Apócrifos pertenecen al canon. Así mismo, los padres de la
iglesia tales como Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría utilizaron los
libros apócrifos en las reuniones públicas de la iglesia y los aceptaron como
Escritura. Incluso el gran teólogo San Agustín vio esto libros como inspirados.
Los católicos también notan
que algunas escenas de catacumbas cristianas retratan episodios de los apócrifos, mostrando que la comunidad cristiana temprana estaba familiarizada
con y utilizaron los Apócrifos. Por otra parte el concilio de Roma (393 d.C.) y
el concilio de Cartago (397 d.C.) aceptaron los apócrifos. Finalmente, algunos
libros apócrifos fueron encontrados en Qumrán (la Comunidad del mar Muerto)
junto con libros canónicos del Antiguo Testamento. (Colectivamente estos
documentos se han vuelto conocidos como los “Rollos del Mar Muerto.”) Estos factores
se dicen que prueban que los libros apócrifos pertenecen al canon.
LOS APÓCRIFOS: LA
PERSPECTIVA CATÓLICA. (PUNTOS CLAVE)
La Septuaginta contiene los apócrifos.
Algunos padres de la iglesia
aceptaron los apócrifos.
Las escenas de las
Catacumbas retratan episodios de los apócrifos.
Algunos concilios de la
iglesia aceptaron los apócrifos.
Algunos libros apócrifos se
encontraron en Qumrán junto con los libros canónicos del Antiguo Testamento
LA EVIDENCIA INDICA QUE LOS
APÓCRIFOS NO PERTENECEN A LA BIBLIA.
La Historia revela que
muchos padres de la iglesia negaron los apócrifos.
La evidencia cristiana
temprana argumenta en contra de los apócrifos
Los judíos de Palestina de
la era cristiana temprana rechazaron los apócrifos
Los apócrifos contienen
errores históricos.
Los apócrifos contienen
doctrinas anti-bíblicas.
Los apócrifos muy
probablemente no estaban en las versiones de la Septuaginta
Escenas de los apócrifos en
las paredes de las catacumbas romanas no prueban la canonicidad de los apócrifos.
Los concilios de las
iglesias eran instituciones humanas cuyas opiniones algunas veces reflejan la
falibilidad humana; y
La presencia de los libros apócrifos en Qumrán (junto a los “Rollos del Mar Muerto”) no prueba su
canonicidad.
LA HISTORIA REVELA QUE
MUCHOS PADRES DE LA IGLESIA NEGARON LOS APÓCRIFOS.
Aunque algunos padres de la
iglesia hablaron con aprobación de los apócrifos, otros notables como Orígenes,
Jerónimo, Atanasio y Cirilo de Jerusalén negaron su inspiración y canonicidad.
Por tanto, simplemente citar a algunos padres de la iglesia a favor de los apócrifos no hace convincente este argumento. La historia revela que algunos
padres de la iglesia utilizaron los libros apócrifos para propósitos
devocionales o de predicación, pero no los consideraron canónicos.
Testificando
A diferencia de los libros
del Nuevo Testamento, los cuales afirman ser inspirados (2 Timoteo 3:16; 2
Pedro 1:21; 1 Timoteo 5:18; 2 Pedro 3:16), ninguno de los libros apócrifos
afirman ser inspirados. Además, ningún libro apócrifo fue escrito por algún
profeta o apóstol de Dios. Y ningún libro apócrifo fue confirmado por milagros
divinos –algo que sucedía a menudo con los profetas del Antiguo testamento y
los apóstoles del Nuevo Testamento (por ejemplo, vea 1 Reyes 18 y Hebreos 2:4).
Finalmente, ningún libro apócrifo contiene profecía predictiva, la cual podría
servir para confirmar la inspiración divina. Asegúrese de señalar estos hechos
a su amigo católico.
LA EVIDENCIA CRISTIANA
TEMPRANA ARGUMENTA EN CONTRA DE LOS APÓCRIFOS.
Aunque es verdad que algunos
líderes de la iglesia temprana citaron algunos de los libros apócrifos como
Escritura (como los católicos prontamente señalan). También es cierto que
muchos de los líderes de la iglesia temprana rechazaron estos libros. Uno de
los listados cristianos más antiguos de los libros es el de Melito, obispo de
Sardis, quien en el 170 d.C. afirmó todos los libros del Antiguo Testamento
(excepto Ester), pero no menciona un solo libro apócrifo.
Además, en el 367 d.C. el
gran campeón ortodoxo, Atanasio (obispo de Alejandría), escribió su “carta
pascual”, en la cual el listó todos los libros del Nuevo Testamento y todos los
libros del Antiguo Testamento excepto Ester. Aunque el solo menciona algunos de
los libros apócrifos, tales como la Sabiduría de Salomón, la Sabiduría de
Dirac, Judith y Tobías, él dijo que estos “ de hecho no se incluían en el Canon
pero señalados por los padres para ser leídos por aquellos que recién se nos
unía, y quien desearan para instrucción en la palabra de piedad.”
Los Judíos Palestinos de Era
Cristiana Temprana Rechazaron los Apócrifos
Los judíos de Palestina
–incluyendo el Concilio Judío de Jamnia, el cual se reunió en el 90 d.C.
–rechazó los Apócrifos como Escrituras. Esto es comprensible, en vista del
hecho de que no había profetas judíos que viviesen durante el periodo de los 40
años entre el Antiguo y Nuevo Testamento. (Fue durante este tiempo que muchos
de los Apócrifos fueron escritos). De acuerdo a esto, el historiador judío
Flavio Josefo excluyó los Apócrifos de la Escritura. Philo, un maestro judío
quien vivió en el primer siglo, citó de casi todos los libros del Antiguo
Testamento, pero nunca cito de los Apócrifos.
Testificando
Ningún escritor del Nuevo
Testamento cito de alguno de los libros apócrifos como Escritura o les dieron
la más mínima autoridad como libros inspirados. Jesús y sus discípulos
prácticamente ignoraron estos libros, algo que no hubiese sido el caso si estos
se hubiesen considerado inspirados. Por contraste, existen muchas citas de
Jesús y los apóstoles de los libros canónicos del Antiguo Testamento. Un buen
ejemplo de esto es el Evangelio de Mateo, el cual contiene cerca de 130 citas y
alusiones del Antiguo Testamento. Cuestione a su amigo católico de la
importancia de esto.
Los Apócrifos Contienen
Errores
Los estudiosos han notado
que, a diferencia de las Escrituras canónicas, las cuales consistentemente han
demostrado ser históricamente precisas, los Apócrifos contienen errores obvios
históricos y geográficos. Por ejemplo, Tobías contiene errores históricos
–incluyendo la idea de que Senaquerib era el hijo de Salmaneser (1:15 –en
realidad era el hijo de Sargon). 2 Macabeos de la misma manera contiene
numerosas discrepancias en cuestiones cronológicas, históricas y numéricas.
La razón de porque esto es
importante es que los estudios históricos y arqueológicos siempre han sido
amigos del canon del Antiguo y Nuevo Testamento, pero no de los libros
apócrifos. Mientras que tales estudios han provisto una comprobación sólida
para numerosas costumbres, lugares, nombres y eventos mencionados en la Biblia,
este no es el caso con los apócrifos.
Esto no significa que los
libros apócrifos no tienen valor. Son valiosos para propósitos históricos y
conocimientos culturales. Pero no son inspirados y no pertenecen al canon.
Claramente son documentos hechos por el hombre.
Los Apócrifos Contienen
Doctrinas Anti-bíblicas.
Entre estas, están las
falsas doctrinas de la Misa (2 Macabeos 12:42-45; en contraste con Hebreos
7:27); la noción de que el mundo fue creado fuera de materia pre-existente
(Sabiduría de Salomón; en contraste con Génesis 1 y Salmo 33:9); la idea de que
dar limosna y otras obras pueden hacer expiación por el pecado (Eclesiástico
3:30, 3:3, 5:5; 20:28; 35:3; 45:16; 45:23; en contraste con Romanos 3:20); la invocación
e intercesión de los santos (2 Macabeos 15:14; Baruc 3:4; en contraste con
Mateo 6:9); la adoración de ángeles (Tobías 12:12; en contraste con Colosenses
2:18); y el purgatorio y la redención de las almas después de la muerte (2
Macabeos 12:42; en contraste con Hebreos 9:27).
Debido a que conocemos que
el Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra de Dios, y debido a que los
apócrifos contienen doctrinas que contradicen al Antiguo y Nuevo Testamento,
debemos concluir que los libros apócrifos no son la Palabra de Dios. ¿Por qué?
Debido a que Dios no se contradice a Si mismo
Los Apócrifos No estaban en
las Versiones Antiguas de la Septuaginta.
Es cierto que las últimas
copias de la Septuaginta incluyen los Apócrifos. Los eruditos han notado, sin
embargo, que aunque la Septuaginta fue traducida varios siglos antes del tiempo
de Cristo, aparentemente no fue sino hasta el cuarto siglo después de Cristo
que los Apócrifos fueron añadidos a esta traducción. Los eruditos no conocen
ningún manuscrito de la Septuaginta de más antigüedad que el cuarto siglo, que
contengan los apócrifos, sugiriendo que los apócrifos no estaban en la
Septuaginta original. Pero aun cuando si un manuscrito del primero siglo de la
Septuaginta fuese encontrado con los apócrifos en ella, esto aún no significa
que los apócrifos pertenecen al canon.
Mencionamos esto porque los
apóstoles citaron de la Septuaginta del primer siglo en sus escritos del Nuevo
Testamento –sin embargo no existe una sola cita de los apócrifos en sus
escritos. Esto puede significar dos cosas: 1) los apócrifos no estaban en la
Septuaginta del primer siglo (lo cual es lo que evidencia histórica parece
sugerir), o 2) si los apócrifos estaban en la Septuaginta del primer siglo,
todos fueron ignorados por los apóstoles porque ellos sabían que no pertenecían
al canon de la Escritura.
Las Escenas de los Apócrifos
en las Paredes de las Catacumbas Romanas No Prueban la Canonicidad de los
Apócrifos.
La existencia de tales
escenas simplemente indica que algunos de los eventos registrados en los libros
apócrifos eran lo suficientemente importantes para algunas personas que
trazaron imágenes de ellas en las paredes. Es notable que haya numerosos
eventos registrados en los libros canónicos del Antiguo y Nuevo Testamento que
no están registrados en ningún lugar de las paredes de las catacumbas, pero
esto no significa que no sean canónicos. Usando la lógica en reversa, el hecho
de que ciertas escenas de los apócrifos están registradas en las paredes de las
catacumbas no significa que estos libros pertenezcan al canon. Esto es
razonamiento defectuoso.
Los Concilios de Iglesias
son Instituciones Humanas Cuyas Opiniones Algunas Veces Reflejan la Falibilidad
Humana.
El hecho de que algunos
concilios de iglesias aceptaron los apócrifos puede parecer un fuerte argumento
a primera vista. Pero el hecho que los diferentes concilios de iglesias
sostenidos durante diferentes lapsos de tiempo han llegado a conclusiones
divergentes sobre ciertos asuntos verdaderamente demuestra una sola cosa –los
concilios de iglesia no son infalibles. Solo Dios y Su Palabra son infalibles.
Los seres humanos y sus concilios cometen errores.
Además, algunos de los
concilios –tales como los concilios locales de Hippo y Cartago en África del
Norte– fueron fuertemente influenciados por Agustín (354-430 d.C.), la voz más
poderosa de los tiempos antiguos entre aquellos que aceptaron los apócrifos.
Agustín creyó que los libros apócrifos pertenecían a la Biblia porque su
mención del “sufrimiento extremos y asombroso de ciertos mártires” –pero esto
difícilmente es un criterio para la canonicidad. Además, Agustín parece haber
aceptado los libros apócrifos como canónicos basados ampliamente sobre el hecho
de que estos libros estaban contenidos en la Septuaginta de sus días. Como se
anotó antes, aunque, existe buena evidencia para sugerir que la Septuaginta
original no contenía los apócrifos.
Puesto que las razones para
la aceptación de Agustín de los apócrifos son erróneas, las conclusiones de los
concilios que llevan muchas de las ideas de él son erróneas también.
La Presencia de los libros
Apócrifos en el Qumrán (entre los “Rollos del Mar Muerto”) No Prueban Su
Canonicidad.
Si la presencia de un libro
en Qumrán aprueba su canonicidad, esto podría significar que todos los libros
descubiertos en Qumrán (había cientos de libros o fragmentos de libros
descubiertos) pertenecen al canon. La realidad es que los miembros de la
comunidad de Qumrán utilizaron muchos de estos libros para propósitos de
adoración sin considerarlos canónicos. Existe evidencia fuerte de que los
libros apócrifos fueron venerados como Escrituras entre los habitantes de Qumrán.
Testificando
Había cinco principales
pruebas que la iglesia primitiva utilizó mientras trataron de reconocer
formalmente que los libros pertenecían al canon: 1) ¿Estaba el libro escrito o
respaldado por el profeta o Apóstol de Dios? (La Palabra de Dios, inspirada por
el Espíritu de Dios para el pueblo de Dios, debe comunicar se a través de un
hombre de Dios.) 2) ¿Es el libro autoritativo? (¿Brilla el libro con el sentido
de “así dice el Señor”? 3) ¿Dice el libro la verdad acerca de Dios y la
doctrina como ya es conocida por la revelación anterior? 4) ¿Provee evidencia
el libro de tener le poder de Dios? 5) ¿Fue el libro aceptado por el pueblo de
Dios?
Midiendo los Apócrifos por
estas pruebas revela que no pertenecen al canon. Los libros no son escritos por
profetas o apóstoles de Dios. Los libros no suenan con el sentido de “así dice
el Señor.” Los libros contradicen las doctrinas reveladas en las páginas del
Antiguo y Nuevo Testamento. Aunque algunos padres de la iglesia utilizaron para
propósitos devocionales, los libros sin embargo, están muy lejos de tener el
efecto transformador del Antiguo y Nuevo Testamento (como incluso muchos padres
de la iglesia admitieron), y por lo tanto no manifiestan el poder de Dios. Y
los libros, en su mayor parte, no fueron aceptados en amplia escala por el
pueblo de Dios –al menos no hasta 1500 años después de haberse escrito, cuando
el Concilio de Trento los denominó canónicos.
Algunos Católicos pueden
señalar a Hebreos 11:35 –“Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la
resurrección; y otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de
obtener una mejor resurrección.” Y afirman que este versículo es una cita de
los apócrifos (2 Macabeos 7:12).
Se alega que esto demuestra
que los apócrifos pertenecen a la Biblia. Tal perspectiva es incorrecta por
varias razones. Primero, aun cuando Hebreos 11:35 puede aludir a un libro
apócrifo, definitivamente no es una cita de él. De hecho, no existe ninguna
sola cita clara en el Nuevo Testamento de un libro apócrifo.
Además, aun cuando fuese una
cita de un libro apócrifo en el Nuevo Testamento, eso por sí solo no probaría
que el libro apócrifo pertenece al canon de la Escritura o que es inspirado por
Dios. (Es notable que el escritor de 2 Macabeos expresamente se exima de
inspiración.) Más aun, debemos tener en mente que la Biblia también hace
alusión a libros pseudo-epígrafos (pseudoepígrapha=“escritos falsos”) como la
Asunción de Moisés (Judas 9), pero incluso los Católicos Romanos rechazan ese
libro como parte del canon. La Biblia también cita de los poetas y filósofos
paganos (Hechos 17:28: Tito 1:12), pero eso no significa que estos escritos
sean inspirados o pertenezcan al canon.
Los Apócrifos No Pertenecen
a la Biblia
Muchos padres de la iglesia
negaron los Apócrifos.
La evidencia cristiana
temprana argumenta en contra de los Apócrifos.
Los judíos de Palestina de
la era cristina temprana rechazaron los Apócrifos.
Los Apócrifos contienen
errores históricos.
Los Apócrifos contienen
doctrinas no bíblicas.
Los Apócrifos muy
probablemente no estaban en las primeras versiones de la Septuaginta.
Escenas de los Apócrifos en
las paredes de las catacumbas romanas no prueba la canonicidad de los
Apócrifos.
Los concilios de iglesia son
instituciones humanas cuyas opiniones algunas veces reflejan la falibilidad
humana.
La presencia de los libros
Apócrifos en Qumrán (entre “Los Rollos del Mar Muerto”) no prueba su canonicidad.
Ron Rhodes
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