Doctrinas de la Gracia

3 jul 2019

COMO DEBEMOS JUZGAR DE MANERA BÍBLICA?


A la luz de La Palabra vemos que NO debemos juzgar de manera hipócrita (Rom.2:1); no debemos juzgar según las apariencias (Jn.7:24); no debemos juzgar al hermano de débil conciencia (Rom.14:1-5); no debemos juzgar el servicio o la obra de otro hermano (1ª.Co.4:1-5) se entiende por obra todo servicio que este apegado a lo que ordena la Biblia, no debemos juzgar su obra en cuanto a cantidad o calidad, será El Señor quien lo juzgue en su venida y cada uno dará cuenta al Señor de cómo administro sus talentos (Mat.25:15-30); y finalmente no debemos juzgar a un hermano hablando mal de él (Stg. 4:11-12), este pasaje se refiere a juzgar emitiendo juicio de condenación, lo cual le corresponde únicamente a Dios. Pero en cuanto a juzgar las falsas doctrinas y los falsos maestros o falsos profetas es un deber y obligación de todo creyente, ejercitar discernimiento en base a La Biblia, para no ser engañado y poder ayudar a otros a salir de su error (Santiago 5:19-20). Mateo 7:1 debe leerse en el contexto de todo el capítulo especialmente con los versos 15 y 16.

ESTÁ BIEN JUZGAR LAS ENSEÑANZAS, PERO ¿ES BÍBLICO SEÑALAR A LOS FALSOS MAESTROS POR NOMBRE?
Es totalmente Bíblico señalarlos por nombre (1ª. Timoteo 1:20; 2ª. Timoteo 2:17; 3ª. Juan verso 9), Cristo lo hizo con Herodes, con los fariseos y los escribas, Juan el Bautista denunció a Herodes y a los líderes religiosos, Pablo a los falsos maestros en Éfeso y Gálacia, Juan el apóstol a Diotrefes. No solo es correcto señalar a los falsos maestros por nombre, es necesario y es nuestro deber. no debemos juzgar solamente la enseñanza sino a quien enseña (Apocalipsis 2:1-2). Dios por medio de Pablo en Efesios 5:11 nos manda “no participar de las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascararlas”. En Ezequiel nos dice que, si vemos venir juicio sobre el pueblo y no avisamos, la sangre de ellos será demandada de nuestra mano, esto significa que, si fallamos en nuestro deber de advertir a las personas, seremos responsables ante Dios por ello (Ezequiel capítulo 33). También en Judas 1:2 nos dice que debemos contener ardientemente por la fe que nos ha sido entregada, esto se refiere a defender las doctrinas Bíblicas y la verdad del Evangelio ante los ataques tanto de fuera como dentro de la Iglesia.

Es importante aclarar que cuando se trata de pecados personales hay un orden a seguir (Mateo 18) y en todo caso es la Iglesia local quien debe juzgar al pecador y no hacer público su pecado (1ª.Corintios 5:1-5). Tampoco debemos caer en el error de condenar, pues solamente Dios conoce las intenciones del corazón y al final será Él quien juzgue para aprobar o condenar a tal o cual persona; una cosa es juzgar la enseñanza y los frutos de alguien que proclama ser ministro de Cristo y otra cosa es condenarlo y asegurar que dicha persona está perdida irremediablemente, el ladrón de la cruz se arrepintió y fue salvo en el último momento. El equilibrio consiste en exponer sus falsas enseñanzas a la luz de La Palabra como advertencia a los demás, pero orar porque ellos mismos lleguen al conocimiento de la verdad y la verdad los haga libres (2ª.Timoteo 2:24-26). Esto no significa tener tanta “bondad” y tanta “misericordia” con los falsos maestros como para cubrir sus herejías y callar ante sus doctrinas erróneas, o para seguirlos escuchando, ellos están dirigiendo millones hacia un falso evangelio cuyo destino es condenación eterna, Dios en Su Palabra los denuncia, los reprueba y los condena, ¿somos más misericordiosos que Dios?. En Hechos 20 Dios por medio de Pablo los llama "lobos rapaces" que no perdonan al rebaño y nos advierte contra ellos en (2a.Pedro 2:1; 1a.Timoteo 1:6-7, 19-20, 4:1-7; 2Ti.1:15, 2:17-18, 3:1-9; Judas 1:4; Ap.2:1-7).

Para poder ejercer verdadero discernimiento no basta sólo tener buenas intenciones, es necesario conocer y entender La Palabra de Dios, antes de apresurarnos a denunciar un falso maestro o una falsa enseñanza es necesario ir a la Biblia y tener bases Bíblicas solidas para defender nuestra posición y poder dar razón de nuestra fe a quien lo demande, con respeto, paciencia y mansedumbre (1a.Pedro 3:15). 

Aunque en algunos casos se hace evidente cuando una persona es amador de ganancias deshonestas o su "cristianismo" se basa en experiencias y practicas místicas totalmente ajenas y/o contrarias a la Biblia, aun así es importante contar con bases para juzgar su "ministerio", sus doctrinas y su persona, puede parecer extraño que muchos que no son cristianos vean claramente la falsedad de estos hombres y millones de personas que se identifican a si mismos como cristianos no lo vean, pero es necesario presentar las bases Bíblicas para que estas personas que los siguen, los escuchan y los defienden, vean claramente que al defenderlos y escoger seguirlos, NO están rechazando una advertencia de hombres sino La Palabra de Dios. Es también importante recordar que en toda discusión debemos mostrar carácter cristiano, el burlarnos, atacar o insultar a quienes siguen a estas personas NO edifica a nadie y sólo aleja más a estas personas de La Verdad (2a.Timoteo 2:24-26). 

Como Creyentes es importante también que obedezcamos el mandato del Señor de NO juzgar por las apariencias sino con justo juicio (Juan 7:24), antes de llamar "falso maestro" a un predicador DEBEMOS tomar el tiempo de escuchar sus predicas, leer sus libros (si ha publicado alguno), leer sus mensajes o sermones en texto y con información de primera mano y que pueda ser verificada, entonces ya puede advertir a los demás para que se abstengan de escucharlo o seguirlo, NO es ético ni mucho menos cristiano colaborar a propagar rumores o noticias tomadas de sitios sensacionalistas, pues aunque realmente pudieran estar señalando a un falso maestro, también podrían estar atacando a alguien que NO lo es. Lea y estudie la Biblia en su debido contexto, pida a Dios en oración la iluminación del Espíritu Santo para poder entenderla y la gracia para poder ponerla por obra, es sólo a través del estudio correcto de La Palabra de Dios que seremos capaces de ejercer verdadero discernimiento.

Fuente: Predica la Palabra

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