Doctrinas de la Gracia

28 mar 2019

Ocupaos de vuestra salvación. Explicación de Filipenses 2: 12-13



“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” Filipenses 2: 12-13

Claramente Pablo afirma la responsabilidad del comportamiento humano basado en el antecedente de causalidad divino. Pablo no le está diciendo a los filipenses que deben hacer obras para ganar su salvación. Si leemos la introducción de esta carta, nos damos cuenta rápidamente que el apóstol se dirige a personas que ya son salvas. Toda la Biblia dice que una persona es salva únicamente por la gracia de Dios, no por obras. Por lo tanto, habiendo sido la Biblia escrita por una sola mente (Dios), no puede contradecirse, es por ello que este pasaje no dice que los creyentes deban hacer algo para ser aceptados por Dios y ser salvos.

Lo que Pablo quiere decir con la frase, “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,” es que debemos tener muy claro, nosotros, los que ya hemos obtenido esa salvación por la gracia de Dios, que debemos ser humildes. Qué quiero decir con esto? Sabiendo nuestras debilidades, incapacidades, inhabilidades, y nuestro vacío de todo bien. Debemos saber que nuestra salvación no fue basada en nuestros méritos, ni en que fuimos mejores que otras personas, pero solamente basado en la gracia y misericordia de Dios. Cuando tenemos claro esto, demostramos verdadero temor a Dios, pues sabemos que Él decidió salvar por Su puro placer a criaturas indignas de ser salvas. Ese es el temor y temblor del que habla Pablo.
Juan Calvino escribió lo siguiente,

“A esto él los llama en esta afirmación. Pues de donde viene el orgullo sino de la seguridad  que produce la confianza ciega, cuando nos complacemos en nosotros mismos, y nos inflamos con la confianza en nuestras virtudes, más que descansar sobre la gracia de Dios. En contraste con este vicio es el temor a que él llama.” [1]

Pero ahora, quiero analizar el verso 13, “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer.” En griego koine la frase dice así, “theos gar estin o energon en humin.” Lo primero que vemos es que Dios es puesto primero en el griego para enfatizar Su rol vital en este proceso. Gar (porque)introduce la explicación y en el contexto explica cómo es posible para los creyentes obedecer la orden divina de ocuparse en su salvación.
Este verso, según Wuest, “explica el rol de Dios (la soberanía de Dios) en la santificación del creyente mientras que el verso precedente explica nuestro rol (responsabilidad humana). Debe quedar claro que sin la obra de Dos en el creyente que está ocupándose de su salvación, la santificación genuina sería imposible.”

Para Pablo, Dios nos otorga el deseo y la capacidad o energía para obedecerle. Esta idea del hombre requiriendo un poder divino para obedecerle es ajeno a la literatura pre-cristiana excepto por el Antiguo Testamento.
En el Antiguo Testamento vemos lo siguiente,

“En Judá también estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón para cumplir el mensaje del rey y de los príncipes, conforme a la palabra de Jehová.” 2 Crónicas 30:12

“Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.” Isaías 26: 12

Y el apóstol Pedro escribe en su segunda epístola,

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” 2 Pedro 1:3

Qué cosas pertenecen a la vida y a la piedad? No son la salvación, la fe, el deseo de complacerle y hacer la voluntad de Dios a lo que se refiere Pedro? La verdad es que todas estas cosas nos han sido regaladas por Dios.
El pueblo de Israel reconocía abiertamente la soberanía de Dios en otorgarles el poder para cumplir Su voluntad, así como los apóstoles. Pero siempre hubo, hay y habrá hombres rebelándose contra la palabra de Dios.

Pero, continuando con el análisis, la palabra energon proviene de la raíz energeo que se refiere a un trabajo activo y efectivo. Pero muchos ignoran que esta palabra está relacionada con la palabra theos (Dios), es decir describe algo que Dios hace. Qué es esto que Dios hace? Bueno lo que nos dice el pasaje es que Dios energiza a sus hijos para obedecer y servirle. Su poder permite su santificación.

El tiempo presente del verbo energon implica que Dios está continuamente energizando a sus hijos, no es algo que ocurre en el pasado, sino que ocurre todos los días, a cada momento, en la vida del creyente. Pablo no quería descreditar nuestra fiel obediencia, sino que sabía que detrás de nuestra obediencia y servicio aceptable a Dios está el poder energizante de Dios.
Quién entonces va a recibir la gloria de todas nuestras acciones? De manera bíblica, Dios pues, es el que produce en “nosotros así el querer como el hacer,” pero para muchos, que se alejan de las Escrituras, quizás no conscientemente, es el hombre, pues todo lo que el creyente hace para complacer a Dios proviene de su propio poder. Esto es una blasfemia, especialmente por lo claro que es la Biblia. Pablo enfatizó lo mismo en su epístola a los Corintios,

“No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica” 2 Corintios 3: 5-6

Después de escribir acerca de su deseo de presentar hombres completos en Cristo, Pablo explica como ocurre esto,

“para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.” Colosenses 1:29

William Hendriksen explica lo siguiente,

“El tostador no puede producir tostadas a menos que esté “conectado,” así que su cable de cromo es calentado por la electricidad de la fuente de electricidad de la casa. La plancha es inútil a menos que sea conectada al enchufe. No habrá luz en un cuarto por la noche a menos que la electricidad fluya a partir del cable de tungsteno dentro del bombillo, cada terminal de este cable estando en contacto con los cables de energía que provienen de la fuente de energía. La rosa del jardín no puede alegrar los corazones humanos con su belleza y fragancia a menos que obtenga su energía del sol. Mejor aún, “Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.” entonces aquí también. Sólo entonces pueden y se ocupan los filipenses de su salvación cuando permanecen en contacto con su Dios…Por medio de la obra del Espíritu Santo trabajando en sus corazones, aplicando a sus corazones los medios de gracia y todas las experiencias de la vida, Dios es el constante, el Trabajador efectivo, el Energizador, operando en las vidas de los filipenses, trayendo en ellos tanto el deseo como el trabajo. Noten: no solo el trabajo, pero hasta el deseo.” [2]

Los creyentes escogen comportarse de una cierta manera únicamente porque el Espíritu Santo está trabajando para producir en nosotros el querer hacer la voluntad de Dios. Dios energiza el corazón del creyente para esto. Esta es una increíble verdad. Todos los creyentes experimentan movimientos en su corazón hacia Dios. Estos deseos o movimientos son producidos por el Espíritu Santo. Nuestra parte es la de hacer nuestros estos deseos y no dejarlos pasar. Debemos tomarlos y hacer exactamente lo que estos sentimientos quieren que hagamos. Sólo así estaremos ocupados de nuestra salvación. Gracias a Dios, Él no nos deja a nuestros propios esfuerzos, los cuales son inútiles. La obra de Dios incluye la transformación de nuestra voluntad, así como el de nuestro trabajo. Pero Su obra no es algo pasivo, sino, a la luz del pasaje en estudio, es algo continuo.

Ahora, por lo que dice el pasaje, y contrariando a muchos, no podemos decir que “todo depende de mí.” Esto hace del cristianismo una lista de quehaceres negando el versículo 13. Pero, por otro lado, no podemos quedarnos sentados esperando a que Dios haga algo, desobedeciendo la enseñanza clara de la Biblia (versículo 12).

John Piper dice con respecto a este pasaje,

“La soberanía de Dios en la santificación no remueve nuestra obligación. Sino que la hace posible…El trabajo soberano de Dios en nosotros es nuestra única esperanza de que lucharemos hasta la madurez. La obra de Dios y Su deseo en nosotros no hace de nuestro trabajo algo sin meta, sino que lo hace posible. Nosotros obedecemos y trabajamos. Es nuestro acto y escogencia. Pero detrás de nuestro trabajo y deseo está Dios otorgándonos el deseo y el trabajo. Verdaderamente es nuestra obra y realmente Su regalo. Es verdaderamente nuestro deseo y realmente Su regalo.” [3]

Y C. S. Lewis escribió algo sumamente interesante,

“Las Escrituras resuelven todo el problema de la gracia y el libre albedrío, ” ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” – puro Pelagianismo. Pero por qué? “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” -puro Agustinianismo (él argumentaba que sin gracia no podía haber salvación). Presumiblemente son sólo nuestras presuposiciones que hacen que esto parezca algo sin sentido.”

Entonces, los creyentes hacemos la voluntad de Dios, y deseamos hacerla, no porque tengamos el poder de hacerlo, pues la Biblia es clara en que ningún hombre que no haya nacido de Dios puede hacer algo para complacerle, sino que lo hacemos porque es Dios el que produce ese deseo y nos energiza para que lo podamos hacer. Esta es la verdad establecida por la palabra de Dios, y algo que debemos tomar por verdad para que Dios sea totalmente glorificado en nuestras vidas.

[1] John Calvin. Commentary on Philippians. Philippians 2: 12-16.

[2] Hendriksen, W. New Testament Commentary: Exposition of Philippians. Página 122.

[3] John Piper. Let Us Press On To Maturity.

Fuente: Sujetos a la Roca

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