Aquila y Priscila |
24 oct 2018
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La Biblia justifica el pastorado femenino?
La Biblia justifica el pastorado femenino?
A todo lo largo de la historia siempre han
surgido diversas controversias dentro de distintas ramas del cristianismo, diferencias
teológicas y diferencias en prácticas en la iglesia local.
En las ultimas décadas, una de las mayores controversias la genera el debate sobre el rol de la mujer en el
ministerio.
¿Puede una mujer ejercer el
rol de un pastor o anciano en una iglesia? ¿La Biblia ofrece algún tipo de base
para este tipo de prácticas? ¿Acaso nuestro contexto moderno no nos permite
redefinir posturas anticuadas del primer siglo?
Estas y otras preguntas han
mantenido este debate fluyendo por la mejor parte de estos últimos años y
lamentablemente ha terminado dividiendo tanto congregaciones, como
denominaciones.
Pero, ¿acaso la Biblia da
lugar para que las mujeres ejerzan el pastorado hoy en día?
Valga aclarar que el hecho
de que la mujer pueda o no pueda ejercer el pastorado en alguna congregación no
significa que las mismas sean menos importantes o que no puedan servir a la causa
de Cristo. Traigo esto porque el argumento común (y sin base) que surge cuando
alguien afirma que una mujer no puede ser pastora/obispa es el insinuar que
estás diciendo que una mujer no puede servir a Dios por eso. Nada puede ser más
lejos de la realidad. El Nuevo Testamento está repleto de menciones de mujeres
que servían en la iglesia y las cuales eran dignas de comendación. De lo que si
esta carente es de ejemplos en donde alguna mujer ejerza autoridad pastoral en
alguna congregación.
Por lo tanto (y contestando
la pregunta que realizamos al principio), la Biblia no da lugar al pastorado
femenino que tan frecuente se ve hoy en día. ¿Porque afirmamos eso? Las razones
son varias.
Por ejemplo, no hay ningún
ejemplo de que alguna mujer haya ejercido el cargo de apóstol, pastor o anciano
en el Nuevo Testamento (que es donde vemos a la iglesia oficialmente
establecida). Como si fuera poco, los dos pasajes más contundentes en relación
a los requisitos de los pastores/obispos/ancianos (1 Timoteo 3:1-7; Tito 1:5-9),
claramente apuntan a que los mismos debían ser varones. Esto lo concluimos no
solo debido a los pronombres masculinos que se encuentran en dichos pasajes,
sino que la palabra para obispo/anciano (πρεσβύτερος/presbíteros) es masculina
en su género. Pero, ¿que sobre las ancianas que se mencionan en Tito 2:3?
¿Acaso Pablo no utiliza la misma palabra? No necesariamente. La palabra que se
utiliza ahí ( πρεσβύτιδας/presbutis) si comparte la misma raíz que la palabra
que se utiliza para anciano u obispo, pero cualquiera que ha estudiado el
griego del Nuevo Testamento sabe que términos pueden significar cosas
diferentes (a pesar de compartir la misma raíz) dependiendo del sufijo/prefijo
en los mismos y del contexto en que se encuentra. Y el contexto de Tito 2 nos
deja ver que tanto el πρεσβύτιδας del versículo 3, como el masculino del
versículo 2 (πρεσβύτας/presbutas) no se refieren al término de anciano/anciana
como uno de un rol ministerial, sino como uno que refleja a una persona de edad
avanzada.
Por supuesto, el pasaje más
contundente en relación al tema del pastorado femenino lo encontramos en 1
Timoteo 2:12 en donde Pablo prohíbe a la mujer “enseñar” y “ejercer dominio”
sobre el hombre en referencia al orden en la congregación y en asuntos espirituales.
Esto choca con el concepto del pastorado femenino debido a que dos de los roles
principales del pastor son precisamente los de enseñar y ejercer autoridad
sobre la congregación (1 Timoteo 3:2; 1 Timoteo 5:17; Tito 1:9), incluyendo
obviamente los varones de la misma. Ahora muchos han tratado de desvirtuar esta
interpretación de este versículo insinuando que Pablo era un machista o que él
se estaba refiriendo a las mujeres paganas que “profetizaban” o ejercían
“autoridad” a su alrededor, pero tales argumentos carecen de base alguna porque
Pablo no está basando su argumento en algún aspecto cultural o alguna
circunstancia que lo rodeaba, sino en el orden de la creación y la caída (1
Timoteo 2:13-14). En otras palabras, la base para su prohibición no es una
circunstancial, sino teológica. A causa de esto (y como la Palabra de Dios no
cambia), la misma no es modificable por la cultura, sociedad o eventos que nos
rodean, y mucho menos por cuanto tiempo haya pasado desde que Pablo escribió la
misma.
Un pasaje similar a este lo
encontramos en 1 Corintios 14:33b-35 en donde Pablo, hablando del orden que
debe haber en la congregación (ya que durante todo el capítulo ha estado
estableciendo como se deben utilizar diversos dones espirituales en la misma),
manda a que las mujeres guarden silencio en la congregación. Esto no
significaba que las mismas debían estar mudas y no cruzar palabras con nadie en
la misma, o que no podían hacer nada en la congregación, pues el mismo apóstol
da instrucciones a las mujeres de cómo debían orar y profetizar en la misma en
aquel contexto (1 Corintios 11:5-6). Sin embargo, las mismas no debían usurpar
el lugar del varón en la exhortación pública en la congregación, ni ejercer
autoridad sobre los mismos.
Por último, el pastorado femenino
puede afectar el orden establecido por Dios en el matrimonio y lo que
representa el mismo. Si la Biblia habla de que la mujer debe estar sujeta a su
marido y que el mismo el líder espiritual de la misma (1 Corintios 11:3;
Efesios 5:22-24), pero al mismo tiempo habla de que como creyentes debemos
sujetarnos a nuestros pastores (Hebreos 13:17), ¿qué sucede en un matrimonio
cuando la esposa es la pastora y la líder espiritual sobre su marido? ¿Acaso se
turnan el “quien se sujeta a quien” dependiendo si están en la casa o en la
iglesia? Este tipo de confusión es innecesaria y claramente se puede evitar si
sigue el orden establecido por Dios para su Iglesia.
ACLARANDO
ARGUMENTOS QUE SOPORTAN EL PASTORADO FEMENINO
Ahora, sería injusto de mi
parte concluir aquí esta entrada sin discutir aquellos argumentos a favor del
pastorado femenino (y argumentar acerca de los mismos). Las razones para
justificar el mismo son diversas y los argumentos cubren desde lo absurdo hasta
algunos que podrían pasar por razonables. Por lo tanto, vamos a concluir esta
entrada enumerando rápidamente varios argumentos que muchos utilizan a favor
del pastorado femenino y si tienen alguna validez o no.
1. “La Biblia
llama a Raquel pastora” – Uno de los argumentos más
absurdos que he escuchado en referencia al pastorado femenino es que como en
Génesis 29:9 dice que Raquel era la pastora de los rebaños de su padre, que eso
evidencia que las mujeres pueden ser pastoras hoy en día. Ciertamente la Biblia
habla de Raquel como pastora…de ovejas (el animal). A menos de que ella
ejerciera liderazgo espiritual y les predicara a los chivos y las ovejas
mientras los llevaba a pastar (cuya respuesta obvia es no), esto no tiene base
alguna en referencia a algún rol ministerial femenino.
2. “Estoy casada
con el pastor, por lo tanto soy pastora” – Lamentablemente se ha
desarrollado una moda hoy en día en la cual si un ministro es casado, su
ministerio automáticamente se le pasa a la esposa. En NINGUN lugar de las
Escrituras podemos encontrar evidencia para este tipo de pensar. El llamado
ministerial es individual y no se transfiere ni por relaciones filiales o por
lazos conyugales.
3. “Dios hizo
tanto al hombre como a la mujer a su imagen y semejanza, por lo tanto no
debería haber diferencia entre los roles en la iglesia para ambos.” Es
completamente cierto que Génesis 1:26-27 hace claro que tanto la mujer como el
hombre ocupan un lugar importante en la creación, siendo los únicos seres
creados a imagen y semejanza de Dios. Sin embargo esto no ninguna relevancia en
relación a determinar el rol de la mujer (o del hombre) en la sociedad, cultura
o ministerio.
4. “Jesús les dio
un lugar mayor a las mujeres durante su ministerio, rompiendo los prejuicios
culturales de la época.” Yo estoy completamente de acuerdo con
esta afirmación. Aun la más simple leída a los evangelios revela el énfasis de
la mujer durante el ministerio de Jesús. Las mismas no eran menos que los
otros discípulos y acompañaban constantemente a Jesús durante su ministerio,
incluso hasta sus últimos momentos en la cruz. No solo eso, fueron las mujeres
las que vieron al Jesús resucitado primero que sus propios discípulos. Sin
embargo, Jesús nunca nombro a una mujer apóstol o la puso con autoridad
espiritual sobre el resto de sus discípulos. El hecho de que Jesús trataba a
las mujeres con respeto no significa que les dio los mismos roles
espirituales/liderazgo espiritual que los otros discípulos/ apóstoles.
5. “Ahora estamos
en tiempos modernos y el rol de la mujer en la sociedad es diferente.” El
hecho de que ahora estamos en el siglo 21 y la mujer (en la mayoría de los
casos) está libre de muchos de los prejuicios y yugos que existían en el primer
siglo, no significa que las Escrituras deban leerse diferente. La Palabra de
Dios no cambia, ni es dependiente de la cultura, sociedad o época para
revelarnos lo que Dios nos ha dicho como iglesia. Si Dios prohibió algo siglos
atrás y las Escrituras no lo han abrogado, lo mismo sigue vigente sin importar
cuanto tiempo haya pasado.
6. “Gálatas 3:28
dice que todos somos uno en Cristo, por lo cual no debería haber distinciones
en los roles en la iglesia.” Este versículo de Gálatas es quizás
uno de los argumentos más citados a favor del ministerio pastoral femenino.
Después de todo, si ya no hay hombre o mujer, judío o gentil ante Dios,
¿Quiénes somos nosotros para hacer distinciones? Por supuesto, lo que estas
personas ignoran (o deliberadamente olvidan) es que este pasaje no está
hablando de roles culturales, sociales o ministeriales, sino de nuestro lugar
ante Dios en Cristo Jesús. En Cristo no hay distinción entre judío o gentil,
esclavo o libre, mujeres hombre, porque todo aquel que ponga su fe en Cristo es
hijo de Dios, sin importar distinción alguna. Aparte que, si ahora no existiera
distinción de roles entre creyentes, Pablo se estaría contradiciendo así mismo
(y estaría perdiendo el tiempo) al dar instrucciones acerca de cómo debemos
ejercer nuestros diversos roles en la sociedad o en la iglesia (Efesios
4:11-12; Efesios 6:1-9; Colosenses 3: Tito 2).
7. “Dios me llamo
a ser pastora.” Este es otro de los argumentos comunes en este
tema, apuntando a una revelación especial o personal de Dios con esa persona
(que es imposible que alguien fuera de esa persona pueda saber si es cierta o
no) para respaldar/evidenciar su llamado. Sin embargo, lo que sí sabemos es que
Dios no se contradice a sí mismo y que su Palabra no cambia. Si la Biblia no
autoriza el ministerio pastoral femenino, no importa cuántos llamados
“especiales” e “individuales” digas tener, el mismo no es un llamado de Dios;
es simplemente una manifestación de un deseo reprimido interno.
8. “La Biblia
reconoce a varias mujeres que laboraron con Pablo en la obra del ministerio.” Es
cierto que en varias partes del Nuevo Testamento el apóstol Pablo menciona a
diversas mujeres como colaboradoras en la causa de Cristo y dignas de ser
comendadas por su servicio a Dios (romanos 16:1-3, 6, 12; Filipenses 4:2-3),
pero el apóstol nunca menciona que alguna fuese pastora de alguna iglesia. Y
como la pregunta no es si las mujeres pueden/ no pueden servir en la causa de
Cristo, sino si pueden/no pueden servir como obispas/pastoras sobre el rebaño
del Señor, el hecho de que Pablo reconozca a diversas mujeres por su servicio
públicamente es un argumento nulo en referencia al tema del pastorado femenino.
9. “Febe era
diaconisa.” Otro argumento común que se utiliza es el hecho
de que una mujer es reconocida como diaconisa por Pablo en el último capítulo
de la epístola a los Romanos. Y mi respuesta al mismo es que el ministerio
diaconal y el ministerio del obispo/pastor/anciano son dos ministerios
completamente diferentes. No solo eso, sino que no hay ninguna prohibición a
que alguna mujer ejerza dicho cargo en todo el Nuevo Testamento (todo lo
contrario, el apóstol Pablo hasta da los requisitos necesarios que una mujer
debe tener para dicho rol en la congregación en 1 Timoteo 3:11). Y debido a que
el enfoque del diaconado es cubrir las necesidades físicas del cuerpo de Cristo
y no ejercer autoridad sobre el mismo o enseñar/predicar la Palabra (como el
pastor o anciano), el ejemplo de Febe no es uno valido para decir que Pablo
auspicia el ministerio pastoral femenino o que lo permite.
10. “Priscila era
pastora junto a su marido.” Dos figuras importantes que
activamente servían en la causa de Cristo y laboraban con Pablo durante su ministerio
fueron el matrimonio de Priscila y Aquila (Romanos 16:3). Ahora, debido a que
comúnmente el nombre de Priscila aparece primero que el de su marido, algunos
(absurdamente) han propuesto que ella era la líder espiritual de la casa y que
era pastora junto a su marido. Esto por supuesto queda sin base alguna al ver
que en Hechos 18:2 y 1 Corintios 16:19 se le da preeminencia al nombre de
Aquila sobre el de Priscilla, haciéndonos ver que el orden en que se
escribieran los nombres no tenía significancia espiritual alguna. Segundo
(porque este es otro argumento a favor del pastorado de Priscila), el hecho de
que una iglesia se congregara en la casa de este matrimonio (1 Corintios 16:19)
no significaba que ninguno de los dos eran pastores (de hecho en el primer
siglo las iglesias se reunían comúnmente en casas, muchas veces de algún
creyente con cierto grado de facilidad económica, para tener sus servicios y
evadir la persecución publica que les asechaba en esa época). Por último, el
hecho de que ambos hubiesen instruido a Apolos debido a su conocimiento
incompleto acerca de Jesús (Hechos 18:24-28) no significa que eran pastores o
que estaban ejerciendo autoridad sobre él; simplemente lo estaban discipulando
(juntos como matrimonio) para que tuviera un conocimiento completo de quien era
Jesús y lo que había sucedido, y pudiese servir a Cristo más efectivamente.
11. “Débora era
una jueza y ejercía autoridad en Israel tanto sobre mujeres, como hombres. “La
figura de Débora (Jueces 4-5) es prácticamente el argumento principal que
muchas que afirman el pastorado utilizan para validar su argumento. Sin
embargo, debido a que el rol del pastor no es igual al rol del juez del Antiguo
Testamento, ese argumento carece de base en referencia a la iglesia moderna. El
rol del juez era el de ser líder nacional y militar de Israel, y preceder
legalmente sobre los asuntos del pueblo (ejerciendo justicia sobre aquellos que
quebrantaban la ley de Dios). El mismo también servía como libertador del
pueblo cuando Israel era entregado a sus enemigos debido a su desobediencia a
Dios. Como si fuera poco, el caso de Débora fue la excepción a la regla en vez
de ser considerado como la norma, debido a que fue la única jueza mujer entre
todos los demás jueces durante ese periodo de tiempo. Ahora, el argumento que
muchos utilizan es que Débora era también una profetiza, lo cual me lleva al
siguiente punto.
12. “En la Biblia
había diversas mujeres que profetizaban en el nombre de Dios.” Siguiendo
la línea del argumento de Débora, otro argumento popular para apoyar el
ministerio pastoral femenino es que a través de la Biblia se muestran diversas
mujeres que profetizaban en el nombre de Dios. Y esto es completamente cierto;
tanto en el Antiguo Testamento (Éxodo 15:20-21; 2 Reyes 22:14-20; Jueces 4:4),
como en el Nuevo Testamento (Hechos 21:9) podemos ver no solo a hombres, sino a
mujeres que eran profetas en el nombre de Dios. Sin embargo, hay que entender
que el rol del profeta y el pastor/anciano en la Biblia no son lo mismo. El
profeta, a pesar de los roles diversos que ejecutaron a través de la historia
de Israel, era prácticamente un oráculo de Dios. El mismo recibía revelación
acerca de que Dios quería decirle al pueblo (ya sea revelación nueva, juicio,
eventos futuros, promesas, etc.) y llevaba las palabras de Dios al pueblo, ya
fuera por iniciativa propia o que alguien venía a consultarle. Fuera de algunos
pocos (como Samuel), la mayoría no ejercían un cargo de autoridad sobre el
pueblo (la autoridad de Débora venia por su rol de juez sobre Israel), ese
cargo siendo ocupado por el rol del rey de Israel que estuviese en ese momento
y en el área espiritual por el sumo sacerdote.
En el Nuevo Testamento las
cosas eran un poco diferentes. Debido a que Juan el Bautista fue el último
profeta y Jesús cumplió la profecía de Deuteronomio 18:15-18 del gran profeta
que había de venir y al que debían escuchar, el oficio de profeta queda
prácticamente anulado en las páginas del Nuevo Testamento. En vez de esto lo
que vemos de vez en cuando es a creyentes (hombres y mujeres) ejerciendo el don
de profecía para la edificación de la iglesia. La razón de esto es clara; no
solo tenían el Antiguo Testamento solamente (de modo que la revelación de Dios
para la iglesia no estaba completada aun), sino que la mayoría de la iglesia
naciente estaba compuesta de gentiles que ni siquiera conocían o tenían acceso
al mismo. Por lo tanto Dios le otorgó a diversos hombres y mujeres el don de
profetizar en su nombre para que pudieran revelar a la iglesia lo que Dios
había hecho en Cristo Jesús y creer en su nombre, mientras su revelación era
completada para su iglesia. Sin embargo, el rol del pastor va un poco más allá
que el del profeta. El mismo no solo proclama lo que Dios ha revelado en su
Palabra (a través de las Escrituras), sino que también tiene que interpretar y
aplicar la misma para edificación y el crecimiento de la congregación. Aparte
de esto, el pastor no solo tiene un rol de autoridad espiritual sobre la
congregación, sino que es responsable por la misma ante de Dios de una manera
que el profeta jamás lo fue con Israel. Esto nos deja ver que aunque ambos
roles tienen ciertas similitudes, los mismos no son idénticos, por lo tanto no
debemos utilizar uno para ver que se permite/no se permite hacer en el otro.
Autor: Arnaldo J. Burgos
FUENTE: sitio web "Bajo la luz de Tu verdad"
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Muchas gracias por la exposición es de mucha bendición, gracias,bendiciones
ResponderBorrarHay muchos detalles fuera de contesto, ademas de usar pasajes de la escritura de forma sezgada y descuidada. Le recomiendo mi hermano, regresar a las aulas, a los libros y sobre todo a la correcta interpretación de las sagradas escrituras.
ResponderBorrarLas mujeres no pueden ser llamadas a evangelizar, pastorear, a dirigir y demás,
ResponderBorrar¿entonces quienes daban las buenas nuevas por toda la nación en Salmos 68:11?
¿quien ungió a Jesus para su muerte y sepultura?
¿a quien usó el Señor para ingresar al mundo?
¿quién activó el ministerio de Jesus en la tierra?
¿Quien dirigia a la gente que estuvo presente en la resurrección de Lázaro?
¡Todas ellas fueron mujeres, lideres y autoridades!
entiende que no!
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