Doctrinas de la Gracia

29 oct 2017

Iglesia en casas. John Piper


A continuación la respuesta dada por el pastor John Piper a una pregunta que se le hizo por parte de un oyente de su programa radial “Ask pastor John”.

Pastor John, ¿tiene usted alguna opinión en particular cuando se trata de si la iglesia debe o no reunirse en las casas?

Está bien, sí, tengo algunos puntos de vista. Creo que la Biblia tiene algo que decir al respecto. Voy a resumir mi opinión en seis observaciones. No creo que sean muy controversiales. Creo que son fácilmente sustentables. Entonces aquí vamos, la gente puede juzgar por ellos mismos.

1) En primer lugar, la iglesia del Nuevo Testamento como el Nuevo Testamento enseña acerca de la iglesia es la gente, no lugares. La palabra iglesia en el Nuevo Testamento es una traducción de la palabra ekklesia, que significa “llamados afuera” o “asamblea”. Nunca se refiere a un edificio o lugar. La palabra iglesia en inglés es una palabra interesante. ¿De dónde vino? Vino del antiguo inglés kirch o kirche como en el kirch escocés, y viene del griego kuriokos, que significa “perteneciente al Señor”. Por lo tanto, la palabra iglesia significa “perteneciente al Señor” en su origen etimológico, y podía referirse a un lugar o podía referirse a un grupo de personas. Entonces es allí de donde la palabra en inglés iglesia proviene y no prueba nada acerca de dónde la gente se debe de reunir.

Pero en toda esta discusión, es absolutamente crucial tener en cuenta que en el Nuevo Testamento no se dice nada sobre el lugar de reunión de la iglesia, y se habla mucho de la iglesia como grupo de personas. Y solo para dar algunos ejemplos, en Mateo 16:18, Jesús le dice a Pedro: “sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las Puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. No era un edificio de lo que Jesús estaba hablando. O en Mateo 18:17 en relación a la disciplina de la iglesia, dice, cuando todos las intervenciones privadas fallan, “dilo a la iglesia”. Eso no quiere decir “hablar con ladrillos”. En Hechos 9:31, dice: “Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada”. Y en Hechos 13:1, dice: “En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros”, es decir, entre la gente, esas eran algunas de las personas con talento. Y esa es mi primera observación. La iglesia en el Nuevo Testamento es siempre —sin excepción— la gente, no lugares.

2) La segunda observación es que el Nuevo Testamento retrata a las iglesias locales, es decir, asambleas locales, reuniones de la iglesia universal en un lugar local, y la expresión de la iglesia universal reunida en un lugar local. Retrata también a estas iglesias a menudo como reuniones en los hogares. Entonces, en 1 Corintios 16:19, “Las iglesias de Asia los saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, los saludan muy afectuosamente en el Señor”. Colosenses 4:15, “Saluden a los hermanos que están en Laodicea, también a Ninfas y a la iglesia que está en su casa”. Filemón 2, “[Escribo a] la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de lucha, y a la iglesia que está en tu casa”. Por lo tanto, es evidente que en los primeros días de la iglesia, la iglesia se reunía regularmente en los hogares.

3) No hay que exagerar o idealizar este hecho, porque sabemos que las casas no eran el único lugar en donde la iglesia se reunía. En 1 Corintios 11:17 y 22, Pablo dice: “Pero al darles estas instrucciones, no los alabo, porque no se congregan para lo bueno, sino para lo malo… ¿Qué? ¿No tienen casas para comer y beber? ¿O desprecian la iglesia de Dios y avergüenzan a los que nada tienen?”. En otras palabras, Pablo está diciendo: Ustedes se están reuniendo en algún lugar aparte de sus casas y están comiendo de una manera que avergüenza a los que no tienen mucho que comer, y traen una cesta grande y se la comen. Coman en sus casas, no donde estamos reunidos como iglesia. Por lo tanto me parece bastante claro que la gente salía de sus casas e iban a un lugar común de reunión para el servicio de la iglesia, o lo que fuera.

4) En ninguna parte del Nuevo Testamento es mandado o prohibido que las iglesias locales se reúnan en casas. Es perfectamente aceptable que lo hagan y también es aceptable de que no. Esto no es algo que Dios consideró prudente regular. Sin duda, creo, en parte por la increíble diversidad cultural de situaciones o localidades en las que la iglesia se encontraría en los próximos dos mil años: bajo los árboles, en los garajes, en las tiendas, en las bodegas, en las cuevas, en las catedrales, en los hogares.

5) Por lo tanto, en todas esas diferentes situaciones culturales, los líderes de la iglesia deben pensar diligentemente y orar seriamente pensando en las ventajas y desventajas relativas al lugar y la locación, dada la naturaleza y los objetivos de la iglesia, ya sea que deban limitar sus reuniones en los hogares o alquilar un espacio o comprar un espacio o construir un espacio. Y debemos ser muy lentos para juzgar las decisiones que se toman aquí ya que Dios, me parece, ha tenido a bien traer grandes avivamientos y crecimiento masivo de la iglesia a través de las épocas con y sin los edificios de iglesias. Él no está limitado de esa manera, y ay de la denominación o movimiento que se atreva a decir que la arquitectura, los edificios, la ubicación es la clave para la dinámica de la gran propagación del reino de Dios.

6) Y la última observación es que, independientemente de las limitaciones culturales; es bastante difícil conseguir un espacio en el centro de San Francisco, Vancouver, Manhattan, ya que hay que pagar un millón de dólares por un pequeño lugar. Y, por supuesto, acabo de leer esta mañana mientras estaba orando a través del ministerio Operación Mundo que en Libia hay una ley que prohíbe cualquier tipo de reunión religiosa de más de seis personas. Bueno, eso es bastante limitante, y no tienes que obedecer esa ley ya que no es bíblica, pero quizás deberías someterte a ella y difundir el Evangelio de esa manera.
Por lo tanto, cualesquiera que sean las limitaciones culturales, financieras, legales, es una cosa maravillosa, apropiada y útil cuando las iglesias locales se pueden encontrar tanto en pequeñas expresiones de comunión, edificación mutua, y ministerio común, como en reuniones más grandes para servicios de adoración, de ánimo, y de testimonio público. Y creo que es importante que Hechos 5:42 dice: “Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y proclamar el evangelio de Jesús como el Cristo”, lo que parece dar a entender que había una sensación temprana de la necesidad de que haya ambas —grandes y pequeñas— reuniones.

Vía Vicente Ramón Mercado Santamaría

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