Doctrinas de la Gracia

12 nov 2018

La verdadera Unción Bíblica


Hoy día es común escuchar la palabra “unción” en el vocabulario de muchas iglesias cristianas. Se habla de “hombres llenos de la unción de Dios”, se habla de que “el creyente o el ministro debe buscar la unción”, se comenta de cierto predicador que “tiene mucha unción.” Algunos dicen “caer al piso por o bajo el poder de la unción.”

¿Pero qué es exactamente la unción?

La manera en que el término es utilizado hoy en la iglesia es para describir la llenura de la presencia o del poder de Dios en la vida de alguien o de un líder. Pero es importante escudriñar el concepto bíblico de la unción.

Que dice la Biblia sobre la Unción: 

Su Definición:
  • Ungir significa meramente aplicar un ungüento o derramar aceite sobre algo o alguien.
  • La unción en el sentido bíblico consistía en la práctica de un sacerdote o profeta de derramar aceite sobre un hombre u objeto con el fin de consagrarlo para el servicio de  Dios. Era la forma simbólica de mostrar que Dios había apartado a alguien para una tarea específica. Era una manera simbólica de santificar o apartar.
  • Era el acto de derramar aceite sobre algo o alguien para consagrar, santificar, apartar o dedicar a ese objeto o a esa persona para una tarea especial. 
La unción en el Antiguo Testamento: En el Antiguo Testamento se registran la unción en cuatro casos o circunstancias:

1. La unción de objetos sagrados dedicados al culto de Dios en el tabernáculo o el templo.
  • Éxodo 40:9 Y tomarás el aceite de la unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que está en él; y lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo.
  • Levítico 8:10 Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las santificó. 
2. La unción de los sacerdotes (comenzando desde Aarón y sus hijos).
  • Éxodo 29:21 Y con la sangre que estará sobre el altar, y el aceite de la unción, rociarás sobre Aarón, sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos, y las vestiduras de sus hijos con él.
  • Levítico 8:12 Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 
3. La unción de reyes.
Aunque los reyes no eran ungidos para el servicio religioso a Dios, eran apartados para una tarea especial de gobierno. Eran consagrados con la tarea de dirigir y gobernar con justicia al pueblo.
  • 1 Samuel 10:1 Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza (de Saúl), y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel? 
  • 1 Samuel 15:1, 17  “Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.
  • 1 Reyes 1:34: y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre Israel, y tocaréis trompeta, diciendo: ¡Viva el rey Salomón! 
  • 1 Reyes 19:15 Y le dio Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria.
4. La unción de profetas.
1 Reyes 19:16 “…y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar. 
Así la Biblia en el Antiguo Testamento registra la unción de objetos del tabernáculo, la unción de sacerdotes, la unción de reyes y la unción de profetas. La unción era el acto de derramar aceite como una forma de consagrar para una tarea especial de servicio.
El Antiguo Testamento no habla de niveles de unción, ni de tener la unción en el sentido de tener poder de Dios. Se menciona que el Espíritu del Señor venia sobre sus siervos y les daba poder. Esta acción se registra mucho en el libro de los Jueces, en donde el Espíritu del Señor venia sobre Gedeón, o sobre Sansón y los llenaba de fuerza, sabiduría y poder para liberar a Israel en tiempos de guerra y opresión, pero no se le llama unción. En el Antiguo Testamento el Espíritu Santo no moraba de forma permanente en su pueblo como vemos que sucede en el Nuevo Testamento a través de la salvación de Cristo en el creyente (Efesios 1:13).

La Unción en el Nuevo Testamento:

En el Nuevo Testamento no existen más los oficios del sacerdocio, el profeta, ni de los reyes en Judá, lo cual explica el hecho que en todo el Nuevo Testamento se habla de la unción en solo dos versículos dentro de solo un pasaje y esto de forma simbólica dando a entender la presencia del Espíritu Santo en la vida del cristiano.

Jesucristo inauguro el Nuevo Pacto que Dios había prometido en Jeremías 31:31. Jesucristo es el perfecto sacerdote que entró al lugar santísimo una vez y para siempre para presentar la ofrenda de su propio sacrificio a fin de salvarnos y reconciliarnos con Dios (Hebreos 7). Jesucristo es la última revelación de Dios como el profeta perfecto que habría de venir a revelarnos a Dios y su plan (Deuteronomio 18:18; Hebreos 1:1-2; Juan 1:18). Jesucristo es descendiente del rey David de Israel del cual de su simiente se establecería un reino eterno que no tendría fin (Daniel 7:13-14: Mateo 1:1). Los tres oficios de Cristo son rey, sacerdote y profeta. Es por eso que es llamado “el Cristo”, del verbo griego Krio (ungir), traducción del Hebreo ha Mashia, que significa “El Ungido” de Dios. Jesucristo fue consagrado, apartado, para la tarea específica de redimir a la humanidad del pecado. Jesucristo es el “ungido” de Dios por excelencia, el Cristo.

Pero Jesús en los evangelios nada dijo de la unción cuando hablo de que enviaría al Espíritu Santo en Juan 14:13 y 16:23. Ni el apóstol Pablo, ni el apóstol Pedro, ni Santiago, ni Judas, mencionan nada sobre la unción en ninguna de sus Cartas. Tampoco el libro de Hechos, ni Hebreos mencionan nada sobre la unción. El único que hace mención a la unción es el apóstol Juan únicamente en su primera carta dentro de un contexto específico en dos versos del capítulo 2. 

  • 1 Juan 2:20 “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.”
  • 1 Juan 2:27  “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.”
Lo que el pasaje dice en sus dos versos es que:

  • Los creyentes tienen la unción del Santo, que les permite conocer todas las cosas.
  • La unción que recibimos de Dios permanece en nosotros, y no tenemos necesidad de que nadie nos enseñe.
  • La unción misma nos enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira.
  • La unción nos ha enseñado para que no nos dejemos desviar por falsas enseñanzas y para que así permanezcamos en Cristo. 
Como podemos ver nada nos dice este pasaje de que algunos tienen la unción más que otros, nada dice de que existan niveles de unción. Tampoco dice que solo los líderes son ungidos. Ni nos dice que busquemos la unción, solo da por sentado que ya la tenemos.

Ahora exploremos el significado real de este pasaje. Veamos primero su contexto.

1 Juan 2:18-28 18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna. Os he escrito esto sobre los que os engañan. Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.”

El contexto de primera de Juan tiene que ver con falsa doctrina promovida por falsos maestros o anticristos que han penetrado la iglesia.

1ª Juan 4:1-4  1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Este es el contexto de la unción de 1a Juan 2:20 y 27 que enseñaba a los creyentes la verdad para discernir el error de los falsos profetas que niegan la verdad de Cristo.

1 Juan 2:18-20  “ahora han surgido muchos anticristos…” “…Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.”
Juan quiere decir a los lectores que porque ellos tienen “la unción del santo”, ellos están preparados para enfrentar a los anticristos que han salido por el mundo, a aquellos que se oponen a Cristo con falsas enseñanzas que tergiversan la verdad del evangelio. Inclusive algunos de estos han salido aun en medio de ellos mismos, “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros.”
El comentario Bíblico de Roy Zuck  El Conocimiento Bíblico, Un Comentario Expositivo, explica así este pasaje:

“ 2:20-21 Los lectores estaban preparados para enfrentar a los anticristos, ya que tenían la unción del santo (la unción de Dios en ellos). La “unción” es sin duda, el Espíritu Santo, debido a que según el versículo 27, la unción enseña. Esto muestra con claridad que la unción es una persona. Jesucristo mismo fue ungido con el Espíritu Santo (Hechos 10:38).

Como resultado de su “unción”, los lectores (quizás principalmente los líderes de la iglesia), habían recibido la instrucción adecuada en la verdad de Dios. Juan les escribe precisamente porque su comprensión de la verdad era correcta y porque no se debe confundir nunca la mentira con la verdad.

2:22-23 Los Anticristos son mentirosos porque niegan que Jesús sea el Cristo (el hijo de Dios y el salvador suficiente). Esta negación también implica la negación del Padre, “nadie puede tener al padre sin el hijo.”

A los destinatarios de esta carta no les hacía falta la enseñanza de los anticristos ni de cualquier otra persona. La unción que habían recibido de El (de Dios) permanecía en ellos como el maestro por excelencia. Esta afirmación junto con la de los versos 12-14 sugiere que los lectores de esta epístola eran relativamente maduros. Esta afirmación sería muy apropiada si el apóstol se estuviera refiriendo  a los líderes de las iglesias, pero también quedaría perfecta para una congregación con mucho arraigo en la fe. A diferencia de los anticristos, que podrían haber fingido alguna forma de inspiración, la unción de los lectores era verdadera y no era una mentira. La única necesidad que tenían era de permanecer en El y confiar en forma plena en su continua instrucción o dirección.”

Como podemos observar estos versos son en el contexto de falsa doctrina. Muchos han llevado estos pasajes a extremos absurdos.

1 Juan 2:20, y 27 dicen: “Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.”  “..La unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe.”

Si mal interpretamos este pasaje y lo sacamos de su contexto, podríamos llegar a decir que no es necesario aprender de nadie nunca, ni ir a ninguna escuela ni recibir ningún tipo de entrenamiento o ni siquiera estudiar por nosotros mismos, pues el pasaje dice que conocemos ya todas las cosas y no tenemos necesidad que nadie nos enseñe pues dice “todas las cosas”, por lo que no necesitamos estudiar ninguna materia ni siquiera matemáticas,  gramática, ni historia, pues dice que “nos enseñara todas las cosas” y todo es todo. Como ve es muy fácil torcer el sentido de la Escritura y llevarlo a interpretaciones absurdas si se saca de sus contextos.

No puede referirse a que nadie necesita enseñarnos pues Juan mismo les escribe para enseñarles. El libro de Hechos registra en el capítulo 20 que el apóstol Pablo enseño por tres años a la iglesia de Éfeso. De hecho todas las cartas y los libros bíblicos en general son para instruir en la verdad y guiar a las iglesias.  Efesios 4:11-13 dice que Jesucristo mismo estableció maestros tras su resurrección para capacitar a los creyentes para la obra del ministerio. La realidad es que todos necesitamos gente que nos enseñe para crecer.

“Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en él.” Vemos que los mismos creyentes a quienes Juan instruye fueron enseñados en el principio.

Debemos considerar una de las regla hermenéuticas en la interpretación correcta de la Palabra de Dios es el nunca basar una doctrina en un pasaje aislado u obscuro de la Escritura.

El contexto de la declaración de Juan de que la “unción misma nos enseña todo por lo que no necesitamos que nadie más nos enseñe” es tomando en cuenta que la iglesia a la que Juan escribe ya había sido enseñada en la verdad por lo cual al tener en ellos al Espíritu Santo, el Espíritu era suficiente para recordar la verdad aprendida para permanecer en la verdad, sin tener necesidad de las “nuevas” falsas enseñanzas de los falsos profetas que querían confundir a la iglesia. Por eso el pasaje dice “según ella os ha enseñado, permaneced en él.” El asunto es que la iglesia permaneciera en lo que fue enseñada en el principio y no prestara atención a otras enseñanzas falsas. 

Es probable que Juan utilice la unción como una analogía al hecho de haber recibido el Espíritu Santo, el cual según Cristo mismo en el evangelio del mismo Juan nos informa que Jesús en Juan 14:26 y 16:13 dijo que El Espíritu Santo les recordaría lo que Jesús les enseño y los guiaría a toda verdad. Lo cual es probable se utiliza como analogía.

Efesios 1:13 dice que todo cristiano tiene el sello del Espíritu Santo desde el momento de creer, si la unción representa el haber recibido el Espíritu Santo entonces todo creyente tiene la unción.

Efesios 5:15 nos manda que “seamos llenos del Espíritu santo”. Desde ese punto de partida si es posible ser más lleno que otros. Pero el sentido es llenarnos de la presencia de Dios en el sentido de vivir en más obediencia y apego al Señor.

En conclusión: 
  • La unción no se da por medida
  • La unción no es símbolo de espiritualidad o autoridad espiritual.
  • Si lo que se quiere decir con “buscar la unción” es buscar ser llenos del Espíritu Santo, en entonces es un concepto bíblico pero la palabra es confusa pues nunca se usa así en la Escritura. Es preferible usar el lenguaje bíblico de ser llenos del Espíritu Santo y explicar a la gente lo que esto significa.


Tres Abusos de la Unción en el Cristianismo Actual

1. Hombres Súper Ungidos portadores de la unción: Se habla de apóstoles o profetas actuales que supuestamente tienen mucha unción o más unción que el resto de creyentes, de tal grado que la gente va a verlos porque son ungidos especiales. Algunos tumban a la gente en el espíritu pues supuestamente tienen el poder del Espíritu Santo para hacerlo porque están llenos de la unción.

Como explicamos anteriormente, este concepto no es bíblico. ¿En dónde encontramos en la Biblia personas siendo tumbadas en el Espíritu? Ni Cristo mismo lo hizo, ni ningún apóstol de Jesucristo tampoco.

El único mediador entre Dios y los hombres es Jesucristo (1 Timoteo 2:5), todos tenemos un mismo acceso al trono de la gracia, al lugar santísimo por medio de Jesucristo (Hebreos 4:16). En cuanto a niveles de unción y hombres ungidos el Nuevo Testamento nada dice de esto.

2. El pecado contra el Espíritu Santo.
Existen muchos creyentes que sospechan que algo no está bien en la doctrina o la vida de algún líder, pero se quedan cayados pensando que cuestionar al líder, o su doctrina, el cuestionar alguna enseñanza del líder seria blasfemar al Espíritu Santo pues es supuestamente un hombre ungido.

Vivimos tiempos de terrible falsa doctrina en la iglesia de Cristo. Existen supuestos movimientos espirituales del Espíritu de Dios en la iglesia en donde atribuyen al Espíritu Santo el hablar todos en lengua al mismo tiempo en frenesí, en donde supuestamente algunos se emborrachan en el Espíritu Santo, caen inconscientes, otros se atacan de la risa por largo tiempo simultáneamente atribuyéndolo al Espíritu Santo. Cuando un cristiano maduro en la Palabra de Dios y con celo de Dios intenta corregir, algunos le reprenden diciendo que no puede cuestionar pues estaría blasfemando contra El Espíritu Santo.

En Mateo 12:22-32 Cristo dijo que la blasfemia contra el Espíritu Santo es el único pecado que no será perdonado. ¿Pero que es blasfemia contra el Espíritu Santo?

En el contexto del verso 22-24 Cristo echo fuera un demonio de un hombre ciego y mudo. “Toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? Más los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por el príncipe de los demonios.”

En el verso 30 al 31 Jesús reprende a estos Fariseos “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama. Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.”

Como observamos el asunto era que la multitud misma veía las obras de Jesús y reconocía que quizás él era el hijo de David, el Mesías, el salvador del mundo, pero los fariseos tenían un corazón duro, y aun ante semejantes milagros atribuían a Satanás, las obras que Cristo como Mesías hacía en el poder del Espíritu.  Por eso no sería perdonado ese pecado pues les mantenía alejados de la salvación y el perdón que solo Cristo provee.

Nada tiene que ver este pasaje en dudar de hombres que quizás no son de Dios aunque se proclamen ungidos, ni tampoco de cuestionar prácticas atribuidas al Espíritu Santo, pero que no vemos en la Escritura.

La Biblia misma nos invita a analizarlo todo. El apóstol Juan nos pide que no creamos a todo el que dice hablar por Dios sin ejercitar discernimiento. La Biblia elogia o muestra que la actitud de los judíos de la sinagoga de Berea de Hechos 17:11 era noble en escudriñar las Escrituras cada día para ver si lo que Pablo les enseñaba era verdad. Pablo a los Corintios les pide que juzguen si el mensaje de los profetas es de Dios o es falso. 

  • 1 Corintios 14:29 “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.”
  • 1ª Tesalonicenses 5:20-21 “No menosprecien las profecías. Examinadlo todo.”
  • 1 Juan 4:1 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.”
  • Hechos 17:11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así.
3. No tocar al ungido de Jehová,

Finalmente un pasaje que ha sido mucho sacado de contexto o mal utilizado es Salmos 105:15 “No toquéis, a mis ungidos.” De tal manera que cuando supuestos apóstoles, profetas, o pastores abusan de su poder, o cometen fraude, robo, engaño, abuso sexual, algunos llegan al grado de citar este pasaje para no hacer nada y dejarles impunes pastoreando.

Algunos también citan Mateo 7:1 “no juzguéis para que no seáis juzgados”, ellos dicen, “nosotros no somos nadie para juzgar, solo Dios puede juzgar.”
En primer lugar cuando Jesucristo advirtió que no juzguemos es en el contexto de aquel que tiene una viga en su ojo y juzga al que tiene una paja. Cristo está reprendiendo una actitud crítica sin amor de ver las fallas en todo el mundo menos en nosotros mismos. Pero este pasaje nada tiene que ver con la orden en la Biblia de quitar a falsos pastores u obreros que practican pecado deliberado.

En segundo lugar la Biblia si nos manda juzgar el pecado en múltiples versículos.  En Hechos 8:18 Simón el Mago quería comprar el poder del Espíritu Santo para usarlo para lucrar con dinero.  Simón fue reprendido duramente por Pedro, ¿Cuántos simones hay hoy en las iglesias que nadie les reprende por no tocar al ungido de Dios?, falsos maestros que toman la piedad como fuente de ganancia (1 Timoteo 6:5) y hacen por avaricia mercadería del pueblo de Dios (2 Pedro 2:3). 
Repetidos pasajes que nos hablan de evaluar las enseñanzas, de confrontar la falsa doctrina y de confrontar el pecado.

Los Líderes no Están Exentos de Corrección y Disciplina:

Los líderes no deben estar exentos o excluidos de ser disciplinados en caso de pecado. Mientras mayor el liderazgo mayor daño puede causar a la obra de Dios.

El Ejemplo de David. Peco, pero llego a extremos increíbles, hasta el asesinato, para ocultar su pecado y cubrir su falta.

La autoridad puede llevar a la soberbia, es precisamente lo que dice 1ª Timoteo 3 sobre no nombrar a un Neófito o nuevo creyente como pastor, para que no se envanezca. Se ha dicho que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Todo sistema de gobierno debe tener un sistema de balance y supervisión de poder para evitar su abuso y perpetuación de injusticia u opresión. Es por eso que en los países democráticos existe la división de tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial.

Es necesario confrontar el pecado de los líderes, aun de aquellos que son mayores en rango, aunque no se debe hacer a la ligera:

Pedro anduvo con el Señor Jesús en su ministerio terrenal y tuvo un rol de liderazgo entre los discípulos. Sin embargo a pesar de que Pablo tenía menos tiempo de seguir a Cristo y servirle, confrontó a Pedro por no andar conforme a la verdad del evangelio en Gálatas 2:11-14.

Gálatas 2:11-14: 11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?

La Biblia nos manda a juzgar la inmoralidad y los pecados graves de miembros y hasta a practicar la expulsión en casos graves.

1ª Corintios 5:9-13 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;  10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo.11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.

La Medida Disciplinaria Depende de La Gravedad del Pecado y La Actitud de la Persona:

Gálatas 6:1-2  1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.

La disciplina y corrección debe ser con espíritu de mansedumbre y con el propósito de restauración no necesariamente el castigo, ni la humillación, ni la venganza. Sin embargo si no existe disposición a la corrección o humildad en la persona que se intenta corregir, según la gravedad del pecado y la gravedad de la actitud debe haber privación de privilegios y hasta expulsión.

Perdonar no significa que No Hay Consecuencias:

Perdonar significa dejar ir el recuerdo de rencor hacia la persona perdonada, no necesariamente pasar por alto medidas necesarias de protección a la obra de Dios. Por ejemplo, un diacono o maestro de escuela dominical que abusa de un niño debe ser removido inmediatamente y no debe ser restaurado jamás a su puesto de enseñanza. Un líder o pastor que comete adulterio no puede seguir pastoreando como si nada hubiese sucedido. Debe inmediatamente renunciar o ser removido del pastorado. Si hay arrepentimiento genuino necesitara tiempo, consejería personal y matrimonial para restaurar su vida y ministerio. Necesitará tomar por lo menos un año restaurándose antes de siquiera considerar volver a pastorear. La razón es que queda descalificado según la autoridad de la Palabra misma de Dios violando por lo menos siete requisitos que Dios exige de un siervo en 1ª Timoteo 3: 

  • Irreprensible, alguien a quien no se le pueda acusar de nada malo
  • Marido de una sola mujer, Debe tener una sola esposa y mostrar fidelidad
  • Sobrio, controlar todos sus deseos y
  • Prudente, pensar dos veces lo que va a hacer, actuar inteligentemente.
  • Decoroso, Debe comportarse correctamente
  • Que gobierne bien su casa,
  • Es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera.
El perdón y restauración que la iglesia extiende al hermano o al líder, debe ser dependiendo de la gravedad del pecado y siempre y cuando la persona se haya arrepentido, y su arrepentimiento sea sincero y muestre frutos reales. Hay gente y líderes que “se arrepienten” solo cuando los cachan. Este es un arrepentimiento de consecuencias pero no de sus acciones.

El mismo Señor dice en Proverbios 29:1 de “El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.”

Jesús mismo nos dice en Mateo 18:15-17 que hay un momento en que al creyente no arrepentido o no sincero debemos tenerlo en consideración como un no cristiano: 15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

Deberes de los Pastores

1ª Pedro 5:2-3  2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.

La Biblia Menciona Deberes de la iglesia hacia sus líderes:

  • Tenerlos por dignos de doble honor o Son dignos de su salario. Eso no significa que deban llevarse todo el dinero.
  • 1 Pedro 5, dignos de ser tenidos en amor y respeto a su ejemplo, labor y posición.
  • También no debemos acusarles a la ligera si son meras falsas acusaciones
  • 1 Timoteo 5:19 Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. Una prevención para no creer a la ligera falsos, sin embargo no es una excusa para no averiguar e investigar la acusación.
Lo que no es un deber:

  • Solapar el pecado: sexual, de deshonestidad financiera, o de abuso de poder.
  • Solapar que se enseñoree de la grey, que practique la manipulación, la mentira, o el abuso de poder
El Significado de No Tocar a Los Ungidos

Salmos 105:15 “No toquéis, dijo, a mis ungidos,  Ni hagáis mal a mis profetas. (También en 1ª Crónicas 16:22)

Aclarando “no toquéis a mis ungidos”. Este pasaje es un pasaje del Antiguo Testamento y aclararemos su contexto, ni una sola vez es mencionado en el contexto del Nuevo Testamento para referirse a los ministros. Se refiere a los profetas y el asesinarlos es el contexto, y vidas limpias y rectas debe ser la expectativa de aquellos ungidos a quienes los injustos querían tocar para callar su boca. Este pasaje nada dice de no pedir cuentas o disciplinar a obreros fraudulentos.

En 1ª Samuel 24:6 y 26:9 y 11, la situación con David que no quería tocar al ungido de Dios, se trataba de no asesinar a Saúl. David deseaba dejarlo en las manos de Dios para que Saúl fuese quitado por Dios hasta que Dios quisiera darle a David el reinado. Saúl era el gobernador de la nación, a diferencia de los pastores y siervos en la iglesia, que son líderes espirituales de los que Dios mismo exige requisitos de santidad e integridad, y a quienes no se les puede tolerar pecados graves que destruyen la obra de Dios, hacen caer al débil en la fe, y por ellos la Palabra de Dios es blasfemada.

Nunca nos dice ni implica que no les pidamos cuentas, o que no les corrijamos o disciplinemos cuando están en pecado, falsa doctrina, o desobediencia a la Escritura.

Imagínese que hubiese pasado si esta iglesia no hubiese puesto a prueba a obreros fraudulentos:

Apocalipsis 2:2 “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos.”

Note que Jesús mismo se alegra de que la iglesia probó que son falsos y no se dejó engañar.

2 Corintios 11:13-15 “Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”

 2ª Pedro 2 describe a los falsos maestros engañadores.  Imagínese que nadie hiciera nada porque son supuestamente los “ungidos del Señor.”

La iglesia de Cristo debe estar alerta, no debe tocar a la ligera a los siervos de Dios, debe respetarlos, pero tampoco debe quedarse sin hacer nada cuando llega un engañador. La iglesia debe actuar y amar más la Palabra de Dios que a su líder. Lo triste es que estos falsos líderes son expertos en mentir, manipular y hacerse de un grupo que les cree, haciendo ver a los que han descubierto la verdad como falsos hermanos maliciosos. Por ello se necesita oración, valentía, una actitud bajo control, reunir evidencia y confrontar el pecado con testigos y con la Palabra de Dios.

Autor: Carlos Andres Rodriguez
Fuente: Sitio web "Firmes en la Verdad"


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