Hoy día es común escuchar la
palabra “unción” en el vocabulario de muchas iglesias cristianas. Se habla de
“hombres llenos de la unción de Dios”, se habla de que “el creyente o el
ministro debe buscar la unción”, se comenta de cierto predicador que “tiene
mucha unción.” Algunos dicen “caer al piso por o bajo el poder de la unción.”
¿Pero qué es exactamente la
unción?
La manera en que el término
es utilizado hoy en la iglesia es para describir la llenura de la presencia o
del poder de Dios en la vida de alguien o de un líder. Pero es importante
escudriñar el concepto bíblico de la unción.
Que dice la Biblia sobre la
Unción:
Su Definición:
- Ungir significa meramente aplicar un
ungüento o derramar aceite sobre algo o alguien.
- La unción en el sentido bíblico
consistía en la práctica de un sacerdote o profeta de derramar aceite
sobre un hombre u objeto con el fin de consagrarlo para el servicio
de Dios. Era la forma simbólica de mostrar que Dios había apartado a
alguien para una tarea específica. Era una manera simbólica de santificar
o apartar.
- Era el acto de derramar aceite sobre
algo o alguien para consagrar, santificar, apartar o dedicar a ese objeto
o a esa persona para una tarea especial.
La unción en el
Antiguo Testamento: En el Antiguo Testamento se registran la unción en
cuatro casos o circunstancias:
1. La unción de objetos
sagrados dedicados al culto de Dios en el tabernáculo o el templo.
- Éxodo 40:9 Y
tomarás el aceite de la unción y ungirás el tabernáculo, y todo lo que
está en él; y lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo.
- Levítico 8:10 Y
tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las
cosas que estaban en él, y las santificó.
2. La unción de los
sacerdotes (comenzando desde Aarón y sus hijos).
- Éxodo 29:21 Y
con la sangre que estará sobre el altar, y el aceite de la unción,
rociarás sobre Aarón, sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las
vestiduras de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos,
y las vestiduras de sus hijos con él.
- Levítico 8:12 Y
derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para
santificarlo.
3. La unción de reyes.
Aunque los reyes no eran
ungidos para el servicio religioso a Dios, eran apartados para una tarea
especial de gobierno. Eran consagrados con la tarea de dirigir y gobernar con
justicia al pueblo.
- 1 Samuel 10:1 Tomando
entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza (de
Saúl), y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su
pueblo Israel?
- 1 Samuel 15:1, 17 “Después
Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su
pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.
- 1 Reyes 1:34: y
allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre
Israel, y tocaréis trompeta, diciendo: ¡Viva el rey Salomón!
- 1 Reyes 19:15 Y
le dio Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y
llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria.
4. La unción de profetas.
1 Reyes 19:16 “…y
a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu
lugar.
Así la Biblia en el Antiguo
Testamento registra la unción de objetos del tabernáculo, la unción de
sacerdotes, la unción de reyes y la unción de profetas. La unción era el acto
de derramar aceite como una forma de consagrar para una tarea especial de
servicio.
El Antiguo Testamento no
habla de niveles de unción, ni de tener la unción en el sentido de tener poder
de Dios. Se menciona que el Espíritu del Señor venia sobre sus siervos y les
daba poder. Esta acción se registra mucho en el libro de los Jueces, en donde
el Espíritu del Señor venia sobre Gedeón, o sobre Sansón y los llenaba de
fuerza, sabiduría y poder para liberar a Israel en tiempos de guerra y
opresión, pero no se le llama unción. En el Antiguo Testamento el Espíritu
Santo no moraba de forma permanente en su pueblo como vemos que sucede en el
Nuevo Testamento a través de la salvación de Cristo en el creyente (Efesios
1:13).
La Unción en el Nuevo
Testamento:
En el Nuevo Testamento no
existen más los oficios del sacerdocio, el profeta, ni de los reyes en Judá, lo
cual explica el hecho que en todo el Nuevo Testamento se habla de la unción en
solo dos versículos dentro de solo un pasaje y esto de forma simbólica dando a
entender la presencia del Espíritu Santo en la vida del cristiano.
Jesucristo inauguro el Nuevo
Pacto que Dios había prometido en Jeremías 31:31. Jesucristo es el perfecto
sacerdote que entró al lugar santísimo una vez y para siempre para presentar la
ofrenda de su propio sacrificio a fin de salvarnos y reconciliarnos con Dios
(Hebreos 7). Jesucristo es la última revelación de Dios como el profeta
perfecto que habría de venir a revelarnos a Dios y su plan (Deuteronomio 18:18;
Hebreos 1:1-2; Juan 1:18). Jesucristo es descendiente del rey David de Israel
del cual de su simiente se establecería un reino eterno que no tendría fin
(Daniel 7:13-14: Mateo 1:1). Los tres oficios de Cristo son rey, sacerdote y
profeta. Es por eso que es llamado “el Cristo”, del verbo griego Krio (ungir),
traducción del Hebreo ha Mashia, que significa “El Ungido” de Dios.
Jesucristo fue consagrado, apartado, para la tarea específica de redimir a la
humanidad del pecado. Jesucristo es el “ungido” de Dios por excelencia, el
Cristo.
Pero Jesús en los evangelios
nada dijo de la unción cuando hablo de que enviaría al Espíritu Santo en Juan
14:13 y 16:23. Ni el apóstol Pablo, ni el apóstol Pedro, ni Santiago, ni Judas,
mencionan nada sobre la unción en ninguna de sus Cartas. Tampoco el libro de
Hechos, ni Hebreos mencionan nada sobre la unción. El único que hace mención a
la unción es el apóstol Juan únicamente en su primera carta dentro de un
contexto específico en dos versos del capítulo 2.
- 1 Juan 2:20 “Pero
vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.”
- 1 Juan 2:27 “Pero
la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no
tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os
enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha
enseñado, permaneced en él.”
Lo que el pasaje dice en sus
dos versos es que:
- Los creyentes tienen la unción del
Santo, que les permite conocer todas las cosas.
- La unción que recibimos de Dios
permanece en nosotros, y no tenemos necesidad de que nadie nos enseñe.
- La unción misma nos enseña todas las
cosas, y es verdadera, y no es mentira.
- La unción nos ha enseñado para que no
nos dejemos desviar por falsas enseñanzas y para que así permanezcamos en
Cristo.
Como podemos ver nada nos
dice este pasaje de que algunos tienen la unción más que otros, nada dice de
que existan niveles de unción. Tampoco dice que solo los líderes son ungidos.
Ni nos dice que busquemos la unción, solo da por sentado que ya la tenemos.
Ahora exploremos el
significado real de este pasaje. Veamos primero su contexto.
1 Juan 2:18-28 18 Hijitos,
ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así
ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último
tiempo. Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido
de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se
manifestase que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis la unción del
Santo, y conocéis todas las cosas. No os he escrito como si ignoraseis la
verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la
verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo?
Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al
Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al
Padre. Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si
lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros
permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él nos hizo,
la vida eterna. Os he escrito esto sobre los que os engañan. Pero la unción que
vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que
nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es
verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él. Y
ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos
confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados.”
El contexto de primera de
Juan tiene que ver con falsa doctrina promovida por falsos maestros o
anticristos que han penetrado la iglesia.
1ª Juan 4:1-4 1 Amados,
no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque
muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto
conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha
venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa
que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del
anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el
mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido;
porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Este es el contexto de la
unción de 1a Juan 2:20 y 27 que enseñaba a los creyentes la verdad para
discernir el error de los falsos profetas que niegan la verdad de Cristo.
1 Juan 2:18-20 “ahora
han surgido muchos anticristos…” “…Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y
conocéis todas las cosas.”
Juan quiere decir a los
lectores que porque ellos tienen “la unción del santo”, ellos están preparados
para enfrentar a los anticristos que han salido por el mundo, a aquellos que se
oponen a Cristo con falsas enseñanzas que tergiversan la verdad del evangelio.
Inclusive algunos de estos han salido aun en medio de ellos mismos, “Salieron
de nosotros, pero no eran de nosotros.”
El comentario Bíblico de Roy
Zuck El Conocimiento Bíblico, Un Comentario Expositivo,
explica así este pasaje:
“ 2:20-21 Los lectores
estaban preparados para enfrentar a los anticristos, ya que tenían la unción
del santo (la unción de Dios en ellos). La “unción” es sin duda, el Espíritu
Santo, debido a que según el versículo 27, la unción enseña. Esto muestra con
claridad que la unción es una persona. Jesucristo mismo fue ungido con el
Espíritu Santo (Hechos 10:38).
Como resultado de su
“unción”, los lectores (quizás principalmente los líderes de la iglesia),
habían recibido la instrucción adecuada en la verdad de Dios. Juan les escribe
precisamente porque su comprensión de la verdad era correcta y porque no se
debe confundir nunca la mentira con la verdad.
2:22-23 Los Anticristos son
mentirosos porque niegan que Jesús sea el Cristo (el hijo de Dios y el salvador
suficiente). Esta negación también implica la negación del Padre, “nadie puede
tener al padre sin el hijo.”
A los destinatarios de esta
carta no les hacía falta la enseñanza de los anticristos ni de cualquier otra
persona. La unción que habían recibido de El (de Dios) permanecía en ellos como
el maestro por excelencia. Esta afirmación junto con la de los versos 12-14
sugiere que los lectores de esta epístola eran relativamente maduros. Esta
afirmación sería muy apropiada si el apóstol se estuviera refiriendo a
los líderes de las iglesias, pero también quedaría perfecta para una
congregación con mucho arraigo en la fe. A diferencia de los anticristos, que
podrían haber fingido alguna forma de inspiración, la unción de los lectores
era verdadera y no era una mentira. La única necesidad que tenían era de
permanecer en El y confiar en forma plena en su continua instrucción o
dirección.”
Como podemos observar estos
versos son en el contexto de falsa doctrina. Muchos han llevado estos pasajes a
extremos absurdos.
1 Juan 2:20, y 27 dicen:
“Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.”
“..La unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis
necesidad de que nadie os enseñe.”
Si mal interpretamos este
pasaje y lo sacamos de su contexto, podríamos llegar a decir que no es
necesario aprender de nadie nunca, ni ir a ninguna escuela ni recibir ningún
tipo de entrenamiento o ni siquiera estudiar por nosotros mismos, pues el
pasaje dice que conocemos ya todas las cosas y no tenemos necesidad que nadie
nos enseñe pues dice “todas las cosas”, por lo que no necesitamos estudiar
ninguna materia ni siquiera matemáticas, gramática, ni historia, pues
dice que “nos enseñara todas las cosas” y todo es todo. Como ve es muy fácil torcer
el sentido de la Escritura y llevarlo a interpretaciones absurdas si se saca de
sus contextos.
No puede referirse a que
nadie necesita enseñarnos pues Juan mismo les escribe para enseñarles. El libro
de Hechos registra en el capítulo 20 que el apóstol Pablo enseño por tres años
a la iglesia de Éfeso. De hecho todas las cartas y los libros bíblicos en
general son para instruir en la verdad y guiar a las iglesias. Efesios
4:11-13 dice que Jesucristo mismo estableció maestros tras su resurrección para
capacitar a los creyentes para la obra del ministerio. La realidad es que todos
necesitamos gente que nos enseñe para crecer.
“Lo que habéis oído desde el
principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio
permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en él.” Vemos que los
mismos creyentes a quienes Juan instruye fueron enseñados en el principio.
Debemos considerar una de
las regla hermenéuticas en la interpretación correcta de la Palabra de Dios es
el nunca basar una doctrina en un pasaje aislado u obscuro de la Escritura.
El contexto de la
declaración de Juan de que la “unción misma nos enseña todo por lo que no
necesitamos que nadie más nos enseñe” es tomando en cuenta que la iglesia a la
que Juan escribe ya había sido enseñada en la verdad por lo cual al tener en
ellos al Espíritu Santo, el Espíritu era suficiente para recordar la verdad
aprendida para permanecer en la verdad, sin tener necesidad de las “nuevas”
falsas enseñanzas de los falsos profetas que querían confundir a la iglesia.
Por eso el pasaje dice “según ella os ha enseñado, permaneced en él.” El asunto
es que la iglesia permaneciera en lo que fue enseñada en el principio y no
prestara atención a otras enseñanzas falsas.
Es probable que Juan utilice
la unción como una analogía al hecho de haber recibido el Espíritu Santo, el
cual según Cristo mismo en el evangelio del mismo Juan nos informa que Jesús en
Juan 14:26 y 16:13 dijo que El Espíritu Santo les recordaría lo que Jesús les
enseño y los guiaría a toda verdad. Lo cual es probable se utiliza como
analogía.
Efesios 1:13 dice que todo
cristiano tiene el sello del Espíritu Santo desde el momento de creer, si la
unción representa el haber recibido el Espíritu Santo entonces todo creyente
tiene la unción.
Efesios 5:15 nos manda que
“seamos llenos del Espíritu santo”. Desde ese punto de partida si es posible
ser más lleno que otros. Pero el sentido es llenarnos de la presencia de Dios
en el sentido de vivir en más obediencia y apego al Señor.
En conclusión:
- La unción no se da por medida
- La unción no es símbolo de
espiritualidad o autoridad espiritual.
- Si lo que se quiere decir con “buscar la
unción” es buscar ser llenos del Espíritu Santo, en entonces es un
concepto bíblico pero la palabra es confusa pues nunca se usa así en la
Escritura. Es preferible usar el lenguaje bíblico de ser llenos del
Espíritu Santo y explicar a la gente lo que esto significa.
Tres Abusos de la Unción en
el Cristianismo Actual
1. Hombres Súper Ungidos
portadores de la unción: Se habla de apóstoles o
profetas actuales que supuestamente tienen mucha unción o más unción que el
resto de creyentes, de tal grado que la gente va a verlos porque son ungidos
especiales. Algunos tumban a la gente en el espíritu pues supuestamente tienen
el poder del Espíritu Santo para hacerlo porque están llenos de la unción.
Como explicamos
anteriormente, este concepto no es bíblico. ¿En dónde encontramos en la Biblia
personas siendo tumbadas en el Espíritu? Ni Cristo mismo lo hizo, ni ningún
apóstol de Jesucristo tampoco.
El único mediador entre Dios
y los hombres es Jesucristo (1 Timoteo 2:5), todos tenemos un mismo acceso al
trono de la gracia, al lugar santísimo por medio de Jesucristo (Hebreos 4:16).
En cuanto a niveles de unción y hombres ungidos el Nuevo Testamento nada dice
de esto.
2. El pecado contra el
Espíritu Santo.
Existen muchos creyentes que
sospechan que algo no está bien en la doctrina o la vida de algún líder, pero
se quedan cayados pensando que cuestionar al líder, o su doctrina, el
cuestionar alguna enseñanza del líder seria blasfemar al Espíritu Santo pues es
supuestamente un hombre ungido.
Vivimos tiempos de terrible
falsa doctrina en la iglesia de Cristo. Existen supuestos movimientos
espirituales del Espíritu de Dios en la iglesia en donde atribuyen al Espíritu
Santo el hablar todos en lengua al mismo tiempo en frenesí, en donde
supuestamente algunos se emborrachan en el Espíritu Santo, caen inconscientes,
otros se atacan de la risa por largo tiempo simultáneamente atribuyéndolo al
Espíritu Santo. Cuando un cristiano maduro en la Palabra de Dios y con celo de
Dios intenta corregir, algunos le reprenden diciendo que no puede cuestionar
pues estaría blasfemando contra El Espíritu Santo.
En Mateo 12:22-32 Cristo
dijo que la blasfemia contra el Espíritu Santo es el único pecado que no será
perdonado. ¿Pero que es blasfemia contra el Espíritu Santo?
En el contexto del verso
22-24 Cristo echo fuera un demonio de un hombre ciego y mudo. “Toda la gente
estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? Más los
fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por el
príncipe de los demonios.”
En el verso 30 al 31 Jesús
reprende a estos Fariseos “El que no es conmigo, contra mí es; y el que
conmigo no recoge, desparrama. Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será
perdonado a los hombres; más la blasfemia contra el Espíritu no les será
perdonada.”
Como observamos el asunto
era que la multitud misma veía las obras de Jesús y reconocía que quizás él era
el hijo de David, el Mesías, el salvador del mundo, pero los fariseos tenían un
corazón duro, y aun ante semejantes milagros atribuían a Satanás, las obras que
Cristo como Mesías hacía en el poder del Espíritu. Por eso no sería
perdonado ese pecado pues les mantenía alejados de la salvación y el perdón que
solo Cristo provee.
Nada tiene que ver este pasaje
en dudar de hombres que quizás no son de Dios aunque se proclamen ungidos, ni
tampoco de cuestionar prácticas atribuidas al Espíritu Santo, pero que no vemos
en la Escritura.
La Biblia misma nos invita a
analizarlo todo. El apóstol Juan nos pide que no creamos a todo el que dice
hablar por Dios sin ejercitar discernimiento. La Biblia elogia o muestra que la
actitud de los judíos de la sinagoga de Berea de Hechos 17:11 era noble en
escudriñar las Escrituras cada día para ver si lo que Pablo les enseñaba era
verdad. Pablo a los Corintios les pide que juzguen si el mensaje de los
profetas es de Dios o es falso.
- 1 Corintios 14:29 “Asimismo,
los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.”
- 1ª Tesalonicenses 5:20-21 “No
menosprecien las profecías. Examinadlo todo.”
- 1 Juan 4:1 “Amados,
no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios;
porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.”
- Hechos 17:11 Y
éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron
la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para
ver si estas cosas eran así.
3. No tocar al ungido de
Jehová,
Finalmente un pasaje que ha
sido mucho sacado de contexto o mal utilizado es Salmos 105:15 “No
toquéis, a mis ungidos.” De tal manera que cuando supuestos apóstoles,
profetas, o pastores abusan de su poder, o cometen fraude, robo, engaño, abuso
sexual, algunos llegan al grado de citar este pasaje para no hacer nada y
dejarles impunes pastoreando.
Algunos también citan Mateo
7:1 “no juzguéis para que no seáis juzgados”, ellos dicen, “nosotros no somos
nadie para juzgar, solo Dios puede juzgar.”
En primer lugar cuando
Jesucristo advirtió que no juzguemos es en el contexto de aquel que tiene una
viga en su ojo y juzga al que tiene una paja. Cristo está reprendiendo una
actitud crítica sin amor de ver las fallas en todo el mundo menos en nosotros
mismos. Pero este pasaje nada tiene que ver con la orden en la Biblia de quitar
a falsos pastores u obreros que practican pecado deliberado.
En segundo lugar la Biblia
si nos manda juzgar el pecado en múltiples versículos. En Hechos 8:18
Simón el Mago quería comprar el poder del Espíritu Santo para usarlo para
lucrar con dinero. Simón fue reprendido duramente por Pedro, ¿Cuántos
simones hay hoy en las iglesias que nadie les reprende por no tocar al ungido
de Dios?, falsos maestros que toman la piedad como fuente de ganancia (1
Timoteo 6:5) y hacen por avaricia mercadería del pueblo de Dios (2 Pedro
2:3).
Repetidos pasajes que nos
hablan de evaluar las enseñanzas, de confrontar la falsa doctrina y de
confrontar el pecado.
Los Líderes no Están Exentos
de Corrección y Disciplina:
Los líderes no deben estar
exentos o excluidos de ser disciplinados en caso de pecado. Mientras mayor el
liderazgo mayor daño puede causar a la obra de Dios.
El Ejemplo de David. Peco,
pero llego a extremos increíbles, hasta el asesinato, para ocultar su pecado y
cubrir su falta.
La autoridad puede llevar a
la soberbia, es precisamente lo que dice 1ª Timoteo 3 sobre no nombrar a un
Neófito o nuevo creyente como pastor, para que no se envanezca. Se ha dicho que
el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.
Todo sistema de gobierno
debe tener un sistema de balance y supervisión de poder para evitar su abuso y
perpetuación de injusticia u opresión. Es por eso que en los países
democráticos existe la división de tres poderes, ejecutivo, legislativo y
judicial.
Es necesario confrontar el
pecado de los líderes, aun de aquellos que son mayores en rango, aunque no se
debe hacer a la ligera:
Pedro anduvo con el Señor
Jesús en su ministerio terrenal y tuvo un rol de liderazgo entre los
discípulos. Sin embargo a pesar de que Pablo tenía menos tiempo de seguir a
Cristo y servirle, confrontó a Pedro por no andar conforme a la verdad del
evangelio en Gálatas 2:11-14.
Gálatas 2:11-14: 11 Pero
cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de
condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de
Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se
apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y
en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun
Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero
cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a
Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como
judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
La Biblia nos manda a juzgar
la inmoralidad y los pecados graves de miembros y hasta a practicar la expulsión
en casos graves.
1ª Corintios 5:9-13 9 Os
he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10 no
absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los
ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del
mundo.11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose
hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o
ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para
juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 Porque
a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre
vosotros.
La Medida Disciplinaria
Depende de La Gravedad del Pecado y La Actitud de la Persona:
Gálatas 6:1-2 1 Hermanos,
si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales,
restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que
tú también seas tentado.2 Sobrellevad los unos las cargas de los
otros, y cumplid así la ley de Cristo.
La disciplina y corrección
debe ser con espíritu de mansedumbre y con el propósito de restauración no
necesariamente el castigo, ni la humillación, ni la venganza. Sin embargo si no
existe disposición a la corrección o humildad en la persona que se intenta
corregir, según la gravedad del pecado y la gravedad de la actitud debe haber
privación de privilegios y hasta expulsión.
Perdonar no significa que No
Hay Consecuencias:
Perdonar significa dejar ir
el recuerdo de rencor hacia la persona perdonada, no necesariamente pasar por
alto medidas necesarias de protección a la obra de Dios. Por ejemplo, un
diacono o maestro de escuela dominical que abusa de un niño debe ser removido
inmediatamente y no debe ser restaurado jamás a su puesto de enseñanza. Un líder
o pastor que comete adulterio no puede seguir pastoreando como si nada hubiese
sucedido. Debe inmediatamente renunciar o ser removido del pastorado. Si hay
arrepentimiento genuino necesitara tiempo, consejería personal y matrimonial
para restaurar su vida y ministerio. Necesitará tomar por lo menos un año
restaurándose antes de siquiera considerar volver a pastorear. La razón es que
queda descalificado según la autoridad de la Palabra misma de Dios violando por
lo menos siete requisitos que Dios exige de un siervo en 1ª Timoteo 3:
- Irreprensible, alguien a quien no se le
pueda acusar de nada malo
- Marido de una sola mujer, Debe tener una
sola esposa y mostrar fidelidad
- Sobrio, controlar todos sus deseos y
- Prudente, pensar dos veces lo que va a
hacer, actuar inteligentemente.
- Decoroso, Debe comportarse correctamente
- Que gobierne bien su casa,
- Es necesario que tenga buen testimonio
de los de afuera.
El perdón y restauración que
la iglesia extiende al hermano o al líder, debe ser dependiendo de la gravedad del
pecado y siempre y cuando la persona se haya arrepentido, y su arrepentimiento
sea sincero y muestre frutos reales. Hay gente y líderes que “se arrepienten”
solo cuando los cachan. Este es un arrepentimiento de consecuencias pero no de
sus acciones.
El mismo Señor dice en
Proverbios 29:1 de “El hombre que reprendido endurece la cerviz, De
repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.”
Jesús mismo nos dice en
Mateo 18:15-17 que hay un momento en que al creyente no arrepentido o no
sincero debemos tenerlo en consideración como un no cristiano: 15 Por
tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si
te oyere, has ganado a tu hermano.16 Mas si no te oyere, toma aún
contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda
palabra.17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no
oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.
Deberes de los Pastores
1ª Pedro 5:2-3 2 Apacentad
la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;3 no
como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo
ejemplos de la grey.
La Biblia Menciona Deberes
de la iglesia hacia sus líderes:
- Tenerlos por dignos de doble honor o Son
dignos de su salario. Eso no significa que deban llevarse todo el dinero.
- 1 Pedro 5, dignos de ser tenidos en amor
y respeto a su ejemplo, labor y posición.
- También no debemos acusarles a la ligera
si son meras falsas acusaciones
- 1 Timoteo 5:19 Contra un anciano no
admitas acusación sino con dos o tres testigos. Una prevención para no
creer a la ligera falsos, sin embargo no es una excusa para no averiguar e
investigar la acusación.
Lo que no es un deber:
- Solapar el pecado: sexual, de
deshonestidad financiera, o de abuso de poder.
- Solapar que se enseñoree de la grey, que
practique la manipulación, la mentira, o el abuso de poder
El Significado de No Tocar a
Los Ungidos
Salmos 105:15 “No
toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas. (También
en 1ª Crónicas 16:22)
Aclarando “no toquéis a mis
ungidos”. Este pasaje es un pasaje del Antiguo Testamento y aclararemos su
contexto, ni una sola vez es mencionado en el contexto del Nuevo Testamento
para referirse a los ministros. Se refiere a los profetas y el asesinarlos es
el contexto, y vidas limpias y rectas debe ser la expectativa de aquellos
ungidos a quienes los injustos querían tocar para callar su boca. Este pasaje
nada dice de no pedir cuentas o disciplinar a obreros fraudulentos.
En 1ª Samuel 24:6 y 26:9 y
11, la situación con David que no quería tocar al ungido de Dios, se trataba de
no asesinar a Saúl. David deseaba dejarlo en las manos de Dios para que Saúl
fuese quitado por Dios hasta que Dios quisiera darle a David el reinado. Saúl
era el gobernador de la nación, a diferencia de los pastores y siervos en la
iglesia, que son líderes espirituales de los que Dios mismo exige requisitos de
santidad e integridad, y a quienes no se les puede tolerar pecados graves que
destruyen la obra de Dios, hacen caer al débil en la fe, y por ellos la Palabra
de Dios es blasfemada.
Nunca nos dice ni implica
que no les pidamos cuentas, o que no les corrijamos o disciplinemos cuando
están en pecado, falsa doctrina, o desobediencia a la Escritura.
Imagínese que hubiese pasado
si esta iglesia no hubiese puesto a prueba a obreros fraudulentos:
Apocalipsis 2:2 “Yo
conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a
los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los
has hallado mentirosos.”
Note que Jesús mismo se
alegra de que la iglesia probó que son falsos y no se dejó engañar.
2 Corintios 11:13-15 “Porque
éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como
apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza
como ángel de luz.15 Así que, no es extraño si también sus ministros se
disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”
2ª Pedro 2 describe a
los falsos maestros engañadores. Imagínese que nadie hiciera nada porque
son supuestamente los “ungidos del Señor.”
La iglesia de Cristo debe
estar alerta, no debe tocar a la ligera a los siervos de Dios, debe
respetarlos, pero tampoco debe quedarse sin hacer nada cuando llega un
engañador. La iglesia debe actuar y amar más la Palabra de Dios que a su líder.
Lo triste es que estos falsos líderes son expertos en mentir, manipular y
hacerse de un grupo que les cree, haciendo ver a los que han descubierto la
verdad como falsos hermanos maliciosos. Por ello se necesita oración, valentía,
una actitud bajo control, reunir evidencia y confrontar el pecado con testigos
y con la Palabra de Dios.
Autor: Carlos Andres Rodriguez
Fuente: Sitio web "Firmes en la Verdad"
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