Pablo dice en 1 Timoteo
2:11-14, 11 Que la mujer aprenda en silencio y con toda
sujeción, 12 pues no permito que la mujer enseñe ni
ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde silencio.13 Porque
primero fue formado Adán, y después Eva; 14 y el engañado
no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión.
¡Ay, Pablo! ¡Van a pensar
que eres machista! Mucha gente acusa a Pablo de ser enemigo de las mujeres. Lo
critican por sus instrucciones acerca de las viudas y las vírgenes, y por
silenciar a las mujeres en la Iglesia de Corintios. ¡Las feministas se quejan
de sus instrucciones acerca de la iglesia local!
Estos versículos no tienen
nada que ver con machismo. La pelea de las feministas no es con Pablo, sino con
Dios. Las instrucciones, inspiradas por el Espíritu Santo, son parte de
la Palabra de Dios. Pablo es simplemente EL MAESTRO, el portador de
la Palabra.
La Verdad de la Palabra
viene de Dios. Pablo simplemente escribe, bajo la inspiración directa e
infalible del Espíritu Santo, lo que Dios quería que dijera acerca de las
mujeres.
A decir verdad, Pablo les
tenía mucho cariño a las mujeres de la iglesia, y menciona a muchas de
ellas, afectuosamente, en sus epístolas.
Solo los ignorantes pueden
acusar a Pablo de odiar a las mujeres. Debo de admitir que las declaraciones de
Pablo, con respecto al papel de la mujer en la iglesia, son
bastante firmes. Pero si tenemos algún problema, con lo que la Biblia dice
acerca de las mujeres en la iglesia, el problema no es con Pablo... NI
CON PEDRO, sino con Dios que nos dio Su Palabra.
11a Que
la mujer aprenda en silencio. La palabra “silencio” irrita a muchas mujeres...
Algunas se quejan “¿Por qué las mujeres tienen que estar en silencio en la
iglesia?
Silencio es una traducción
desafortunada porque da la impresión que una creyente nunca puede abrir la boca
en la asamblea.
Esta es la misma palabra
griega que significa “apacible” o “serena.” Algunas mujeres abusarían de su
nueva libertad en Cristo, y crearían alboroto en la iglesia,
interrumpiendo constantemente el culto.
Como la Biblia es la Palabra
de Dios -- y es divinamente inspirada, absoluta e infalible -- las
instrucciones que contiene deben de ser aceptadas INCONDICIONALMENTE porque son
infalibles y verdaderas, y precisas para todos.
11b Con
toda sujeción. La palabra sujeción significa: “sometimiento” o “someterse”
Someterse significa literalmente “alinear por rango.” Las que están
familiarizadas con las fuerzas armadas saben que “RANGO” tiene que ver con
orden y autoridad, y no con valor o habilidad.
El rango del coronel puede
ser más alto que el del soldado raso, pero eso no significa que el coronel
sea necesariamente mejor hombre que el soldado.
PAUSA
Si compramos un artefacto
eléctrico, ¿no creen que sería buena idea seguir las instrucciones del manual
para no electrocutarnos o quemar el aparato? De la misma forma, la Biblia es el
manual de nuestro Creador para Su iglesia. El orden de Dios debe de ser
cumplido para que la Iglesia funcione adecuadamente.
Obviamente, la iglesia es
mucho más compleja que un simple artefacto eléctrico, pero este ejemplo nos
da una lección objetiva DE LA IMPORTANCIA DE SEGUIR LAS
INSTRUCCIONES DEL FABRICANTE O DEL CREADOR.
La Iglesia es un organismo.
Fue sembrada desde la eternidad; y está compuesta de gente diversa... de gente
con diferentes estilos de vida, y de gente de todas partes del mundo. La
Iglesia viene con sus propias instrucciones que se encuentran en la
Biblia, principalmente, en las epístolas del Nuevo Testamento.
12 No
permito que la mujer enseñe ni ejerza dominio sobre el hombre, sino que guarde
silencio.
A las mujeres SI se les
permite enseñar…
Tito 2:3-4 dice 3 Las
ancianas deben ser reverentes en su porte y maestras del bien, no calumniadoras
ni esclavas del vino; 4 deben de enseñar a las
mujeres más jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos. La mamá y la
abuela de Timoteo le enseñaron las escrituras desde niño en su casa.
No tiene nada de malo que
una mujer piadosa le enseñe a un hombre en privado, pero ella no debe de asumir
autoridad en la Iglesia ni tratar de tomar el lugar del hombre. Ella debe de
tener una actitud serena y prudente, y ayudar a evitar el desorden en la
Iglesia. ¡Y NO DE CREARLO!
14 Porque
primero fue formado Adán, y después Eva; 14 y el engañado
no fue Adán, sino que la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión.
Adán fue formado primero, y
después Eva. Pero recuerden que prioridad no significa superioridad. Ambos el
hombre y la mujer fueron creados por Dios... a la imagen de Dios. La cuestión
aquí es autoridad: El hombre fue creado primero. A Él le corresponde la
autoridad. ¡No hay vuelta que darle!
Además, Satanás engañó a la
mujer a que pecara. Sin embargo, el hombre pecó con los ojos bien abiertos. Él
sabía lo que estaba haciendo. Adán hizo caso omiso del orden que
Dios quería para la humanidad.
En vez, él escuchó a su
esposa en algo que él sabía que estaba mal; desobedeciendo a
Dios, y trayendo pecado y muerte al mundo. En una ocasión, Abrahán escuchó el
consejo de su esposa Sara, y ambos se metieron en tremendo lío. (Gen. 16) Pero
luego, Sara le dio otro consejo, y Dios le dijo a Abrahán que le hiciera caso a
su esposa...
Las mujeres pueden dar apoyo
y consejería, pero eso no quiere decir que tengan que usurpar la autoridad del
hombre en el hogar o en la Iglesia. La sumisión de la esposa a su esposo es
parte del plan original de la Creación. El desorden, que tenemos hoy en
día en nuestra sociedad, es el resultado de la violación del orden
establecido por Dios.
Personalmente, no conozco a
ninguna mujer de Dios, que quiera dirigir, realmente, las cosas en la Iglesia.
Sin embargo, a nosotras nos encanta ser parte del ministerio de mujeres de la
iglesia… de compartir la Palabra de Dios, de orar juntas… de exhortarnos las
unas a las otras, y de poder gozar de bellos momentos de comunión y
compañerismo.
Jesús y Pablo alentaban a
las mujeres a trascender los roles tradicionales de servir en la casa y la
familia, pero nunca menospreciando esos roles. Cuando los profetas falsos
empezaron a prohibir el matrimonio, y todo lo que ello conlleva,
Pablo afirmó el matrimonio, afirmó la maternidad, y afirmó el trabajo casero.
Ser madre es parte de la obra, que Dios ha planeado, para la mujer.
La Biblia nunca dice que las
mujeres se deben de quedar en casa, preñadas y sin zapatos. Nunca apoya que las
mujeres se queden encerradas y enclaustradas... algo que antiguamente era muy
común. La Biblia le da a la mujer la libertad de trabajar, pero también afirma
su papel tradicional de esposa y madre.
Mi cuñada, viuda de mi
hermano, enviudó muy joven. Sin embargo, ella sacó adelante a sus tres hijos.
Ella trabajó desde su casa para asegurarse de que nada les
faltara económicamente. Y para poderse ocupar personalmente de la crianza de
sus hijos y del manejo de su hogar.
Hoy en día, todos sus hijos
son profesionales. Ella fue fiel... siguió el papel femenino que Dios le había
dado, y Él la bendijo grandemente. Y a muchas de ustedes, fieles mamás,
las ha bendecido también. ¡Así qué!¡Sigan adelante, mujeres de Dios!
Fuente original:
La mujer en la Iglesia
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