Doctrinas de la Gracia

18 mar 2018

El dios de Spinoza desenmascarado



Circula en las redes, desde hace un tiempo, el video de un hombre entrado en años, de barba blanca, de convincente voz y apariencia de “viejo sabio”, que inspira lo que un monje tibetano. Video en el que este hombre llamado Javier Jiménez, le da lectura al famoso escrito de Baruch Spinoza, “dios te hubiera dicho”.


Baruch Spinoza, filósofo holandés, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.

Si desea ampliar la información sobre Baruch Spinoza, le dejó el enlace de su biografía en Wikipedia AQUÍ.

Si deseas ver el video de Javier Jiménez, haz clic AQUÍ.

Veamos el famoso escrito de Baruch Spinoza al que daremos aquí la respuesta que  se merece.


"DIOS HUBIERA DICHO:"

“Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho!
Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida.
Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.
Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito…
¡No me encontrarás en ningún libro!
Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío
¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice?
¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad?
¿Qué clase de dios puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti.

Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.

Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro.
Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo:
Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?
Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido?
Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí.

Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.

¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás”.

Baruch Spinoza

NUESTRA RESPUESTA AL "DIOS" DE SPINOZA RESUMIDO EN ESTE ESCRITO 

Lo he titulado:

EL dios DE SPINOZA DESENMASCARADO

Yo NO creo en el dios de Spinoza. No creo en un dios concebido en la mente de un filósofo. Que no es el mismo dios creado en las mentes de otros cientos de miles de filósofos que ha tenido la humanidad a través de su historia. Cada uno con un dios propio, hecho a la medida de sus deseos, o de sus aberraciones, o de sus necesidades, o de sus caprichosos análisis, o de su mente ociosa y vagante. En otras palabras, estos filósofos, fabrican su dios para que se acomode a su filosofía, la soporte y la justifique. Creen en dios a su manera.

Es acaso posible que DIOS TODOPODEROSO, creador del universo, dador de la vida, perfecto, Dios de orden, permitiera que la criatura creada impusiese la “manera” de relacionarse con ÉL?.

Yo creo en DIOS, en el único que existe, el que es el mismo para todos, el Creador, inmutable, eterno, infinito, omnisciente, omnipotente, misericordioso y que se reveló, se dio a conocer al ser humano a través de su palabra: Las Escrituras.

Y es allí, en su propia palabra donde encontramos lo que Dios quiere de nosotros. Por supuesto no necesito que Spinoza me diga en pablaras fingidas lo que Dios quiere de mí.

Como hijo adoptivo de Dios, creo que mi destino está escrito. Y Dios tiene el control sobre mi pasado, mi presente y mi futuro. Siendo así, no podría considerar mi vida miserable, aun con las fallas, errores y frustraciones del pasado. Aun con el dolor y el sufrimiento vivido. No puede ser miserable el saberme su hijo. No puede ser mi vida miserable, cuando tengo la seguridad de la salvación que Dios en su misericordia, me otorgo inmerecidamente.

Que Dios, a través de su revelación especial, la biblia, me haya mostrado lo pecador que soy y el origen de esa condición, no es otra cosa que mi Padre mostrándome una verdad innegable, comprobada, desde adentro, por mis propias aberraciones y concupiscencias, y desde afuera, por la maldad presentada por el hombre a lo largo de la historia. Por ejemplo el sexo, creado por Dios, pero degenerado por el hombre. No hay pecado en él?

Que la biblia nada tiene que ver con Dios? Dice Baruch?

Quien en este mundo encuentra un libro con las características, divinas y celestiales que tiene la biblia? Divinas y celestiales porque ningún libro humano, sin inspiración divina, reúne dichas características. Fue escrito durante aproximadamente 1600 años, por 40 autores, de diferente nacionalidad. Nacidos en diferentes épocas y lugares. De diversas profesiones y ocupaciones, desde reyes hasta pescadores, desde eruditos, hasta campesinos. Sin embargo, a pesar de la diversidad de sus autores, no hay contradicción en ella, al contrario, su total coherencia es tan sorprendente y maravillosa que es inexplicable a la ciencia humana. Es el libro más leído, el más traducido y también el más atacado. No logró el imperio más grande y poderoso de la antigüedad acabar con él. Y cuando la iglesia de Roma, quiso tergiversarla y acomodar sus escritos, para beneficio de sus propios intereses, ya la biblia era propiedad de la humanidad, que en manos de valientes apologistas de mano del mismo Dios, la preservaron. La última acción de dicha preservación, la constituyen los rollos del mar muerto, encontrados en las cuevas de Qunram.

Fue Nostradamus un simple visionario que tuvo fallas en sus predicciones. Solo un libro escrito por el mismo Dios, puede tener tantas y CUMPLIDAS profecías. Ninguna fallida. Hoy día somos testigos del cumplimiento de sus escrituras con todo lo que pasa en el mundo y que está descrito de forma sorprendente en la biblia.

Que la biblia nada tiene que ver con Dios? El señor Spinoza fue objeto, cuando leyó las escrituras, si acaso las leyó, de algo que le pasa a todo sabio que Dios quiere humillar.

1 Corintios 2: 14

“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.

1 Corintios 1: 18-21

18 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
19 Pues está escrito:
   Destruiré la sabiduría de los sabios,
   Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
21 Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

1 Corintios 1: 27-29

27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;
28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
29 a fin de que nadie se jacte en su presencia.

No encontró Spinoza relación entre Dios y su palabra, porque Dios no lo quiso, porque a Dios no le plació. Porque Dios no le develó sus palabra como ha hecho con sus elegidos.
“YO SOY PURO AMOR”, según Spinoza, es lo que su dios dice que es.  

Que Padre responsable le permite todo a su hijo sin corregirlo? Es amor de Padre, darle gusto al hijo en todo lo que pida, aun en lo que le haga daño?

Dios Padre no actúa así. Por supuesto Dios es un Padre responsable, que nos da armas para protegernos del mal, nos da recursos y medios para nuestra subsistencia, pero nos corrige y nos castiga para disciplinarnos y moldearnos a la imagen de su hijo.

Que no hay nada que perdonar en nuestro comportamiento? Palabras necias de este Baruch.

Pecamos de continuo. Pecamos contra nuestro prójimo, contra nosotros mismos y contra Dios. A eso nos lleva nuestra naturaleza pecaminosa a diario. No hay nada que perdonar? Pasa Spinoza por alto, “pequeños” detalles como las guerras, como la autodestrucción del planeta, como el ansia del poder fama y dinero, y la obtención de ello a costa de pisotear seres humanos. La maldad del hombre manifiesta en homicidio, fornicación, alcoholismo, mentira, brujería, lascivia, homosexualismo, adulterio, robo, idolatría, blasfemia, ateísmo, etc.

De todas estas cosas es responsable el hombre y no Dios.

Es acaso el hombre un semidiós al que no se puede castigar? Se considera el hombre una obra perfecta de Dios, que hasta el mismo, su creador, debe respetar tanto que no pueda destruirlo?

Este mismo pensamiento HUMANISTA, es el que se ha apoderado de la cristiandad el día de hoy, pero no para argumentar que el infierno no existe, como argumenta Spinoza, sino que el evangelio de la prosperidad enseña que el hombre es la creación perfecta de Dios, en tal grado que Dios tiene que satisfacer todos sus caprichos materiales. Y que Dios debe concederle todo lo que se le pida con solo sea “decretado” o “declarado”, porque la palabra del hombre tiene más poder que la palabra de Dios. Esto es una teología antropocéntrica (egocéntrica) y desde luego falsa.

Que la ley es para hacerte sentir culpable?

Si hay algo de orden en la sociedad, es por la ley de Dios, que está escrita en los corazones de todo ser humano y que le permite distinguir entre el bien y el mal. La culpa es inherente al ser humano y no es producto de la ley de Dios. Es producto de su propia naturaleza pecaminosa y su conciencia de ello.  

Romanos 2: 12-16

12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados;
13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados.
14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,
15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Dice el dios de Spinoza, que no hay nada después de la muerte.

Decir eso es la manera más fácil de escabullirse ante la imposibilidad de responder a la inquietud del hombre sobre lo que hay después de la muerte. Es la posición más cómoda cuando has pasado por esta vida sin obtener respuestas a las preguntas que todos los hombres nos hacemos: “Para que estamos aquí?”, cual es el motivo de nuestra existencia? “Que hay después de la muerte?”. Tus estudios, los conocimientos adquiridos, tus “profundos” análisis”, no lograron darte las respuestas a estas preguntas, entonces respóndete con sencillez y pragmatismo: “Esto que vemos y tocamos es todo lo que hay”.

No pudo Spinoza, ni pudieron sus antecesores filósofos, ni los postreros tampoco, gozar de la dicha infinita que significa tener las respuestas certeras y verídicas a estas inquietudes y que reposan con total claridad en las mentes y corazones de un cristiano que tiene el Espíritu de Dios en él. El gozo de saber sobre la seguridad de nuestra salvación y nuestra vida eterna. El saber que la GLORIA DE DIOS es el motivo de nuestra existencia. Tener el pleno conocimiento de que DIOS es el creador del universo y de todo cuanto hay en él.  

“Diviértete en esta vida porque es todo, no hay más”. Este, del dios de Baruch, si es un miserable destino que le traza a sus adoradores.

Que apocado pensamiento para alguien que presume de tenerlo amplio. Qué manera más mezquina de darle explicación a la vida post mortem, o mejor a la ausencia de vida.

Spinoza supone que si hay vida eterna, su dios no le preguntará a ningún ser humano, después de muerto, sobre si se portó bien o mal.  Lo dicho, realmente el dios de Spinoza, no es el ser supremo, es el mismo hombre. El hombre que puede vivir en total libertad, hacer lo que desee sin ser corregido, solo vivir para divertirse, pasarla bien. Este dios está tan sumiso a su creador, Spinoza, que cuando él muera, no puede atreverse si quiera a preguntarle sobre sus faltas. Este dios no juzgo a Hitler, ni a Judas, ni a los judíos que mataron a Jesús.

Porque actúa así el dios de Spinoza? Porque el dios de Spinoza es el mismo hombre.

Un hombre que en sus propias palabras, es un hombre sin Dios, sin ley, sin principios, ni moral ni ética. Entregado a la anarquía, el desorden y  la inmoralidad.

Por supuesto Spinoza dice que no creamos en Dios, que lo sintamos en nosotros mismos. Así corrobora su tesis de que el hombre es dios para el hombre y para sí mismo.

El dios de Spinoza, un dios con d minúscula, porque no es el Creador.

Un dios creado a su manera, un dios que lo ama, pero no lo corrige. Un dios permisivo, alcahueta, sin autoridad. Un dios creado para satisfacer sus bajos instintos y sus pasiones desenfrenadas, las cuales el verdadero Dios, frenaría y corregiría.

Un dios salido del relativismo y la liberalidad de Spinoza. Un hombre que no desea ser catalogado como ateo, pero no quiere reconocer al verdadero Dios que limitaría su desenfrenada existencia.

Spinoza representa a todo el que dice. “Creo en Dios a mi manera”. El dios de Spinoza es el dios de los que creen que el Creador es solo amor y no fuego consumidor. De los que creen que no existe el infierno y que este es una fábula creada para atemorizar al ser humano y que crea en Dios por miedo.

Al dios de Spinoza no se le tiene temor. Y es que Spinoza no conoce el temor a Dios y tergiversa lo que es. El verdadero temor de Dios no es miedo a un Dios que nos enviará al infierno si nos portamos mal. El temor de Dios es reverenca, respeto, obediencia al Creador. A sus atributos que trascienden sobre toda cosa creada, sobre tdo pensamiento y acción, sobre toda concepción e imagen que se tenga de Él.


Es un dios creado por la mente de un hombre que desea ser su propio dios. Y que en la realidad termina viviendo sin Dios y sin ley.

No le cabe a Spinoza en su minúsculo cerebro, la concepción real de quien es Dios y que significa Dios. No tiene idea de su GRANDEZA, su SOBERANÍA, su TRASCENDENCIA, SU MAJESTUOSIDAD.

Solo a quienes Dios se revela en todo su esplendor, no podemos menos y más que ALABARLO, ADORARLO, HONRARLO Y GLORIFICARLO POR SIEMPRE.   
  
Todo lo ha hecho Dios para su propia GLORIA.

Cesar Augusto Ángel
marzo 18 de 2018

Puede usar el contenido sin animo de lucro y citando al autor y la pagina Evangelio primitivo.

1 comentario:

  1. si se tratara de creer lo que dice alguien, en quien seria, en uno de los mas grandes cientificos de todos los tiempos (einstein presuntamente refiere al dios de spinoza) o en alguien cuyas obras son poco conocidas ??? Pues yo diria que en ninguno pero ayudaria mucho empezar con alguien referido por Einstein !!!!!!

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