Para el Colegio Americano de Pediatras, la ideología de genero es perjudicial para los niños y que se les instruya en ello se debe considerar como abuso infantil. Así lo hizo saber en un comunicado firmado por su presidenta, la MD Michelle A. Cretella y su vicepresidente Quentin Van Meter, endocrinólogo pediátrico. Ademas el informe insta a educadores y legisladores a rechazar todas las políticas que condiciona a los niños a aceptar como"normal", una vida de suplantación química o quirúrgica de su sexo por el sexo opuesto.
A continuación la traducción completa del comunicado, realizada por el sitio español "Religión en libertad". Se incluyen las referencias científicas de los autores, que respaldan sus afirmaciones.
La ideología de género hace daño a los niños
El Colegio Americano de Pediatras
urge a los educadores y legisladores a rechazar todas las políticas que
condicionen a los niños para aceptar como normal una vida de suplantación
química o quirúrgica de su sexo por el sexo opuesto. Son los hechos, y no
la ideología, quienes determinan la realidad.
1. La sexualidad humana es un rasgo
biológico objetivo binario: XY y XX son marcadores genéticos saludables,
no los marcadores genéticos de un trastorno. La norma del diseño humano es ser
concebido como hombre o como mujer. La sexualidad humana es binaria por
definición, siendo su finalidad obvia la reproducción y crecimiento de nuestra
especie. Este principio es evidente por sí mismo. Los extraordinariamente raros
trastornos del desarrollo sexual, entre ellos la feminización testicular [o
síndrome de insensibilidad de los andrógenos, n.n.] y la hiperplasia
suprarrenal congénita, son desviaciones de la norma sexual binaria, todas ellas
médicamente identificables y directamente admitidas como trastornos del diseño humano.
Los individuos con trastornos del desarrollo sexual no constituyen un tercer sexo
{1}.
2. Nadie nace con un género. Todos
nacemos con un sexo biológico. El género (la conciencia y sentimiento de
uno mismo como hombre o mujer) es un concepto sociológico y psicológico, no un
concepto biológico objetivo. Nadie nace con conciencia de sí mismo como hombre
o mujer; esta conciencia se desarrolla con el tiempo y, como todos los
procesos de desarrollo, puede desviarse a consecuencia de las percepciones
subjetivas del niño, de sus relaciones y de sus experiencias adversas desde la
infancia. Quienes se identifican como "sintiéndose del sexo opuesto"
o como "algo intermedio" no con forman un tercer sexo. Siguen siendo
hombres biológicos o mujeres biológicas {2}, {3}, {4}.
3. La creencia de una persona
de que él o ella es algo que no es constituye, en el mejor de los casos, un
signo de pensamiento confuso. Cuando un niño biológicamente sano cree que es
una niña, o una niña biológicamente sana cree que es un niño, existe un
problema psicológico objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado
como tal.
Estos niños padecen disforia de género. La disforia de género, antes denominada
trastorno de identidad de género, es un trastorno mental así reconocido en la más
reciente edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales
(DSM-V){5}. Las teorías psicodinámicas y de aprendizaje social sobre la
disforia de género o trastorno de identidad de género nunca han sido refutadas
{2}, {4}, {5}.
4. La pubertad no es una
enfermedad, y los bloqueadores hormonales pueden ser peligrosos. Reversibles
o no, los bloqueadores hormonales inducen un estado de enfermedad -la ausencia
de pubertad- e inhiben el crecimiento y la fertilidad en un niño que antes era
biológicamente sano {6}.
5. Según el DSM-V, hasta un 98% de niños con género confuso y hasta un 88% de
niñas con género confuso aceptan finalmente su sexo biológico tras pasar
la pubertad de forma natural {5}.
6. Los niños que utilizan bloqueadores hormonales para reasignación de sexo
necesitarán hormonas cruzadas al final de la adolescencia. Las hormonas
cruzadas (testosterona y estrógenos) se asocian con riesgos para la salud,
entre ellos hipertensión, coágulos de sangre, derrame cerebral y cáncer {7}, {8},
{9}, {10}.
7. Las tasas de suicidio son veinte
veces mayores entre los adultos que utilizan hormonas cruzadas y sufren cirugía
de reasignación de sexo, incluso en Suecia, que se encuentra entre los países
con mayor respaldo LGBT {11}. ¿Qué persona compasiva y razonable condenaría a
ese destino a chicos jóvenes sabiendo que tras la pubertad hasta un 88% de las
chicas y un 98% de los chicos aceptarán la realidad y alcanzarán un estado de
salud física y mental?
8. Condicionar a los niños a creer
que es normal estar toda la vida sustituyendo química y quirúrgicamente su
propio sexo por el opuesto constituye un abuso infantil. Respaldar la
discordancia de género como algo normal a través de la educación pública y de las
políticas legales confundirá a hijos y padres, llevando a muchos niños a acudir
a "clínicas de género" donde les administren fármacos bloqueadores
hormonales. Esto, a su vez, virtualmente asegura que ellos "elegirán"
recibir hormonas cruzadas cancerígenas o de un modo u otro, tóxicas, y
probablemente considerarán, cuando sean adultos jóvenes, la mutilación
quirúrgica innecesaria de sus órganos sanos.
Referencias:
{1} Consortium on the Management of Disorders of Sex Development, Clinical
Guidelines for the Management of Disorders of Sex Development in Childhood,
Intersex Society of North America, 25-3-2006.
{2} Kenneth J. Zucker y Susan J. Bradley, “Gender Identity and Psychosexual Disorders”, en Focus.
The Journal of Lifelong Learning in Psychiatry, vol. III, nº 4, otoño de
2005 (págs. 598-617).
{3} Neil W. Whitehead, “Is Transsexuality biologically determined?”, en Triple
Helix, otoño de 2000, págs. 6-8; véase también Neil W. Whitehead,
“Twin
Studies of Transsexuals” (descubre discordancias).
{4} Sheila Jeffreys, Gender Hurts: A Feminist Analysis of the Politics of
Transgenderism, Routledge, Nueva York, 2014, págs.1-35.
{5} American Psychiatric Association, Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders, 5ª edición, Arlington (Virginia), American
Psychiatric Association, 2013 (págs. 451-459). Véase a partir de la página 455
los índices de persistencia de la disforia de género. [La cita se refiere a la
edición norteamericana. Para la edición española, pincha aquí.]
{7} Michelle Forcier y Johanna Olson-Kennedy, “Overview of the management of gender nonconformity in children
and adolescents”, en UpToDate, 4 de noviembre de 2015.
{8} Eva Moore, Amy Wisniewski y Adrian Dobs, “Endocrine treatment of transsexual people: A review of
treatment regimens, outcomes, and adverse effects”, en The Journal
of Clinical Endocrinology & Metabolism, 2003; 88(9), págs. 3467-3473.
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