Doctrinas de la Gracia

24 ago 2022

Diferencias entre las ovejas y las cabras en la congregación

 


La gran diferencia entre la cabra y la oveja es su apetito espiritual.

Las cabras buscan a motivadores; las ovejas, a predicadores de la Palabra

La cabra vive obsesionada con el ego. Todo gira en torno a su yo egoísta. Incluso utiliza la iglesia como un mecanismo para lucir. En todo momento, necesita sentirse elogiada, respetada y valorada. Puesto que no busca la gloria de Dios, se prostituye yendo en pos de la gloria decadente de los hombres.

La cabra detesta la predicación fiel de la Palabra porque por medio de ella es confrontada por el Espíritu. Se destapan los ídolos de su corazón. Pero en vez de pedirle perdón al Señor y arrepentirse de su asqueroso egoísmo, huye de esta horrible sensación de desnudez ante la Palabra optando por esconderse detrás de hojas de higuera.

Las hojas de higuera son pretextos inventados por la cabra que justifican su falta de santificación. Algunos ejemplos son: “Este predicador es demasiado duro. En esta iglesia falta amor. No hay que predicar sobre el pecado en pleno siglo XXI porque la gente se va a ofender. No soy culpable por mis pecados; la culpa es de mi mujer, mis padres, mis hijos, mi jefe, el clima, mi salud física, mi salud mental, un demonio, etc.”.

La cabra, en una frase, no soporta la Palabra ni tampoco la corrección. No aguanta ser confrontado por su pecado. Y tarde o temprano se verá obligada a irse de una congregación donde se dicen las cosas claras para tomar refugio bajo el ministerio de profetas “dulces” y motivadores que no manejan los conceptos de pecado, arrepentimiento e ira de Dios.

La oveja, sin embargo, anhela todo lo contrario. No siente la necesidad de destacar. No viene buscando su propia gloria sino la exaltación de Cristo. Su único deseo es oír la voz del Buen Pastor hablando por medio de la exposición de las Sagradas Escrituras.

Y como la amada oveja arde en pasión por la gloria de su Señor, quiere que toda su vida esté en conformidad con la Palabra del Señor. En lugar de enfadarse con “los predicadores duros”, bendice a Dios por sus vidas porque por medio de sus ministerios, es llevada al auto examen y así va creciendo en santificación para la alabanza de su Salvador.

Por esta misma razón, la oveja no puede estar a gusto bajo el ministerio de un profeta “dulce” o un motivador. Siente la necesidad de apartarse de ellos porque no hablan conforme a la Palabra de Dios. La oveja no reconoce su voz.

Tristemente, los profetas dulces –salvo en tiempos de avivamiento- siempre son más populares que los predicadores comisionados por Dios. Pero escrito está: “Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.

Las cabras piensan que son ellas las que toman la decisión de salir de congregaciones bíblicas para florecer bajo ministerios carnales. No obstante, la realidad es que es Dios Todopoderoso el que los entrega a semejantes falsos ministros como un acto de juicio por su menosprecio hacia la Palabra, la corrección y su repugnante obsesión con el ego.

En palabras de Pablo, “Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:11-12). ¡Fuerte! ¿Cierto?

¿Qué eres tú, querido lector? ¿Una cabra de satanás o una oveja de Cristo?

¡Huye de los falsos maestros! ¡Busca una iglesia bíblica!

Autor Will Graham

Pastor de la Iglesia “Palabra de Vida” en Almería, España

Fuente original del mensaje: sitio web del Pastor Will Graham

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Post Top Ad

Your Ad Spot