Doctrinas de la Gracia

13 jun 2022

PORQUE SOY BAUTISTA Y TAMBIÉN REFORMADO

 


Lo que sucedió en la Reforma del siglo XVI y que está plasmado con tanta explicitud en "Las 5 solas", fue obra del mismo DIOS. Fue nuestro Creador quien decidió, a través de unos hombres iluminados (pero no inspirados), a quienes conocemos como "Reformadores", que ya era hora de devolverle al mundo la suficiencia y autoridad de las Escrituras. Que el mundo volviera a saber, como lo tuvo claro en los 3 primeros siglos de nuestra era, que somos salvos solo por Gracia a través de la Fe en Jesucristo y que Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres. Que solo Dios se lleva la Gloria en la salvación del hombre y que este no contribuye en nada diferente a su salvación, que con su pecado.

¡¡Estas verdades innegociables del evangelio son las que me hacen gritarle al mundo soy reformado!!

Y lo que me hace reformado no es una denominación que reclame y se auto adjudique el termino y la etiqueta. No me hace reformado Juan Calvino y sus escritos, ni la confesión de Westminster.

Soy reformado porque fue Dios el que permitió el milagro de la REFORMA y las cosas maravillosas que vinieron a través de este cisma doctrinal.

Y la Reforma nació para quedarse. La Iglesia siempre debe estar atenta a reformar (volver al diseño original) los errores doctrinales que intenten llevarnos de nuevo al oscurantismo. Por ello rápidamente, unos hombres a los que se les llamó Bautistas particulares, y que salieron del puritanismo ingles perseguido por la corona, corrigieron los garrafales errores de Calvino y el presbiterianismo, en cuanto al bautismo de infantes (paidobautismo), en cuanto al gobierno de la Iglesia (presbiterios), en cuanto a la relación de la Iglesia y el estado, entre otros. Y en este sentido y siendo consecuente con estos hechos, soy REFORMADO, por lo que hizo Dios plasmado en las 5 solas, y soy BAUTISTA, porque me identifico con el único CREDO que se atrevió a corregir al Presbiterianismo, para acercarse aún más a la sana doctrina.

Por supuesto creemos y predicamos las Doctrinas de la Gracia, plasmadas en los cánones de Dort y emanadas del sínodo que en la misma ciudad sirvió para contestar los 5 puntos de los remonstrantes (seguidores arminianos), quienes finalmente fueron declarados herejes por dicha Asamblea holandesa.

Sabemos de la excelsa exegesis que Juan Calvino hizo para extraer de la biblia y de forma magistral, las doctrinas de la salvación, la justificación solo por la Fe, la soberanía de Dios, la depravación total del hombre, la expiación sin condiciones, la particularidad de la redención, la eficacia del llamado personal y la perseverancia de los santos. Exegesis y postulados que fueron la base para que sus seguidores, representados en los delegados calvinistas en el Sínodo de Dort, redactaran los 5 puntos que se conocen como los cánones de Dort, los 5 puntos del calvinismo o las Doctrinas de la Gracia.

Lo que sucede es que tenemos claro que los Reformadores (incluyendo a Juan Calvino) fueron iluminados por el Espíritu Santo, mas no inspirados como lo fueron los apóstoles y discípulos de Cristo que escribieron el Nuevo testamento. Por esto ellos, los reformadores, no fueron infalibles. Lutero limitó sus postulados y conservo algunas prácticas catolicoromanas como la eucaristía. Y Calvino conservo de estos el paidobautismo (bautismo de infantes) y lo soportó con una teología pactual equivocada. Además, implantó en Ginebra una Teocracia basado en sus postulados sobre la relación entre la Iglesia y el estado, con las nefastas consecuencias que la historia consignó de dicho experimento de gobierno. El problema del presbiterianismo Reformado es que consideró infalible a Calvino.

Cesar Angel

Siervo de Cristo

Puede hacer uso de este escrito, para uso pedagogico y sin fines de lucro, citando al autor y a la pagina Evangelio Primitivo

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