Si hiciéramos una encuesta acerca
del propósito por el cual cada persona vive, nos vamos a encontrar tantas
encuestas como personas encuestadas. El propósito de algunos es tener una
familia, el de otros es ser ingenieros, médicos arquitectos. El propósito de
otros es poder tener un doctorado; el de otros es que mientras dure su vida van
a querer experimentar el mayor placer posible. El propósito de otros es hacer y
tener dinero. El propósito de otros es vivir en una casa en el campo sin que
nadie les perturbe; el de otros es viajar por todo el mundo, y así podríamos seguir
y seguir y encontrar tantas respuestas como personas encuestadas. Sin embargo,
si pudiéramos encerrar todas estas respuestas en una sola, diríamos que el propósito
del hombre es ser feliz. Esto es lo
que él busca: ser feliz. Y aunque las
respuestas varían en forma, no en el contenido, el cual es el mismo. ¿Que está
buscando el hombre para que vive él? Bueno, él vive para ser feliz. Esto es lo
que él quiere o que ser humano quiere estar experimentando dolor. No. Ahora el
problema es que cuando la persona alcanza esa meta particular que ha alcanzado
se encuentra con una mala noticia. Aquello que le prometía felicidad y por lo
cual tanto ha luchado y que creyó que era la felicidad, se da cuenta que esta
se desvanece en sus manos. Lo alcanzado después de tanta lucha no logra
saciarle. Le deja sediento en lo más profundo de su ser.
El mundo vende familias unidas.
El mundo vende prosperidad económica, títulos y renombre como el clímax de la
felicidad. Y el ser humano las compra para al final darse cuenta que ha sido
engañado. Sin embargo, el problema no es que el mundo venda estas cosas como el
clímax de la felicidad. El problema es que la iglesia se las compre al mundo y
se las venda a sus miembros como si fuera el evangelio. Y así, Jesús viene a
convertirse en un peldaño más que el hombre pisa para lograr alcanzar la
felicidad. “Ven a Jesús y tu matrimonio se restaurará”, “ven a Jesús y tu hijo
saldrá de las drogas”, “ven a Jesús y tus deudas serán canceladas”, “ven a Jesús
y tu negocio prosperará”, “ven a Jesús y te ascenderán en tu trabajo”, “ven a
Jesús y obtendrás la casa y el carro con el que tanto sueñas”, “ven a Jesús y
bla bla bla” mentiras y más mentiras. Jesús no es un tiquete para que el hombre
alcance felicidad. Jesús es la felicidad del creyente. Solo en Cristo el hombre es
feliz y dichoso, aunque no tenga absolutamente nada. Por qué cristo lo es todo
para él creyente. La escritura nos habla de los hombres dichosos o felices, la
escritura les llama “bienaventurados”.
Introducción al Sermón “Las
bienaventuranzas” por el pastor Julián Carvajal. Domingo 13 de diciembre de
2015. Iglesia Bautista Reformada “Decisión Jesús”. Cali Colombia.
Si desea ver el sermón completo vaya al siguiente enlace:
Mateo 5: 1-4 "las bienaventuranzas"
Cual es la Dirección de esta Iglesia
ResponderBorrarCual es la Dirección de esta Iglesia
ResponderBorrarSaludos amigo Jesús Dario. El Pastor Julian Carvajal junto a los pastores Gabriel y Pablo Prieto son los predicadores en la Iglesia Bautista Reformada "Decisión Jesús". Ubicada en la carrera 73 No. 11-35. Barrio Capri. Ciudad Cali. País Colombia. Sue enlace de facebook es el siguiente: https://www.facebook.com/DecisionJesusIglesiaBautistaReformada
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