George Whitefield fue llamado "el principe de los predicadores al aire libre" |
George Whitefield
(1714-70)
Nació el 16 de diciembre de
1714 en Gloucester (Inglaterra). Su padre, un mesonero, murió cuando tenía dos
años de edad. Hasta los doce años ayudó a su madre con el mesón o posada. Desde
entonces pudo asistir a la escuela, donde se hizo famoso por sus dones de
orador y actor y sus puntos de vista nada religiosos. A los 18 años de edad
ingresó en la Universidad de Oxford, donde la lectura de William Law (v.): Un
llamado serio a una vida santa, le hizo reflexionar sobre su vida espiritual.
Entabló amistad con Carlos y Juan Wesley (v.), quienes, junto a otros 12 más,
formaron el Club Santo (Holy Club).
La errónea búsqueda de la
santidad mediante el esfuerzo humano llevó a Whitefield al agotamiento y tuvo
que regresar enfermo a su casa, circunstancia que aprovechó para leer la Biblia
con más intensidad, hasta que llegó a comprender la obra de reconciliación con
Dios por medio de los méritos de Cristo, no por los propios medios humanos. Así
define su transformación espiritual: “El espíritu de lamentación fue arrancado
de mí, y supe de veras lo que era regocijarse en Dios mis Salvador, y, por
algún tiempo, no pude evitar cantar salmos en cualquier lugar donde estuviera”.
Sin embargo, su conversión no tuvo lugar sino hasta siete semanas después, en
la Semana Santa de 1735, unos tres años antes de la de los hermanos Wesley.
Fue ordenado al ministerio de
la Iglesia de Inglaterra en junio de 1736, a los 21 años de edad. Su primer
sermón causó un impacto inmediato, centrado como estaba en la necesidad de
nacer de nuevo. Poco a poco se le fueron cerrando los púlpitos de las iglesias
de Inglaterra. Los Wesley le invitaron a unirse a ellos en la colonia de
Georgia, lo cual hizo en 1737, hasta el año siguiente. Allí, aparte de su labor
evangelizadora, comenzó una casa para huérfanos.
En Gales conoció a un pastor
laico llamado Howell Harris (1714-38), que había comenzado a predicar en el
aire libre. Por entonces se esperaba de los pastores que se mantuvieran dentro
de la estrecha esfera de sus actividades, reducidos al interior de sus templos.
Whitefield, “en espíritu de santa agresión”, se lanzó a la predicación en el
campo abierto, donde había miles de personas que nunca pisaban un lugar
religioso.
Su primer intento tuvo lugar
en el campo minero de Kingswood, cerca de Bristol, donde miles de oyentes
acudieron a escuchar sus fervorosas predicaciones. No tardó en conseguir que
Juna Wesley le imitara en sus labores.
Se calcula que predicó por los
menos a unos 10 millones de personas en sus 34 años de ministerio. No hubo
ciudad, medianamente importante, en Inglaterra, Escocia o Gales, que no le
hubiera tenido como evangelista. Visitó Escocia 14 veces, y 7 cruzo el
Atlántico rumbo a las colonias. Dos veces visitó Irlanda, y en una ocasión
estuvo a punto de ser linchado por una turba de ignorantes católicos-romanos.
También estuvo en Holanda y pasó cuatro meses en Portugal y en las Bermudas,
donde almas fueron ganas para Cristo. Su influencia se dejó sentir en todas las
iglesias protestantes de Inglaterra y las colonias en el Nuevo Mundo, gracias a
los conversos que se unieron a casi todas las denominaciones existentes.
Su último sermón tuvo lugar el
29 de septiembre de 1770 en Exeter (New Hampshire). Por noche tuvo un ataque de
asma y murió desfallecido un domingo por la mañana. Juan Wesley dijo: “¿Hemos
leído o sabido de alguien que haya sido un instrumento de bendición en Sus
manos para conducir a tantos pecadores de las tinieblas a la luz, y del poder
de Satanás a Dios?”
“Fue uno de los primeros que
en el siglo XVIII llamaron la atención sobre las viejas verdades que produjeron
la Reforma Protestante. Su constante defensa de las doctrinas enseñadas por los
reformadores, sus incansables referencias a los Artículos y las homilías de los
mejores teólogos de Inglaterra, obligaron a muchos a pensar y examinar sus
propios principios. Si se pudiera saber toda la verdad, creo que se vería que
el despertar y progreso del ala evangélica de la Iglesia de Inglaterra recibió
su impulso más poderoso de George Whitefield” (J.C. Ryle).
Whitefield era calvinista en
doctrina, y cuando Wesley predicó en contra de este sistema de teología, aquél
se vio obligado a separarse, no sin dolor, en 1740; de lo cual surgió el
Metodismo Calvinista, principalmente en Gales, gracias a la conversión e impulso
de Daniel Rowland (1711-90).
Fuente: Editorial Clie
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