Tomado del Programa “Renovando tu mente” de Ministerios Ligonier
Hoy, con un espíritu de temor
y temblor, vamos a adentrarnos en el concepto del milenio, que es uno de los
temas de mayor debate que jamás haya existido con respecto a la
escatología.
De hecho, se ha dicho en
cuanto a mi posición del milenio que es muy parecido al clima en zonas
tropicales- si no te gusta, espera cinco minutos y verás cómo cambiará. Y hay
mucho de verdad en eso porque he patinado a lo largo de casi todas las
posiciones sobre el milenio que he tenido en mi propia peregrinación como
cristiano; y cada vez que aterrizo en una posición sobre el milenio, aterrizo
como mariposa con los pies adoloridos y mi posición tiende a ser de alguna
manera tentativa y tenue, ya que diría, «Creo que aquí es donde estoy ahora». Y
parte de la razón de esto es que es muy difícil – al menos para mí– llegar a
una conclusión dogmática sobre algunas de estas interrogantes debido a la
naturaleza de la literatura y el género de la literatura en el que se proyectan
tantas de estas cosas sobre el futuro.
Permítanme leer, por ejemplo,
el pasaje en el que nos encontramos con el concepto del milenio, el cual se
encuentra en el capítulo 20 del libro del Apocalipsis, donde el capítulo 20
comienza con estas palabras: «Y vi a un ángel que descendía del cielo, con la
llave del abismo y una gran cadena en su mano. Prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años» Esta es nuestra
primera referencia al milenio. El milenio se refiere a ese período de tiempo
que se extiende por mil años, y aquí se menciona con respecto que Satanás será
atado. «Y lo arrojó al abismo, y lo cerró y lo selló sobre él, para que no
engañara. Más a las naciones, hasta que se cumplieran los mil años; después de
esto debe ser desatado por un poco de tiempo».
Luego continúa diciendo:
«También vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y se les concedió autoridad para
juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del
testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su
mano y volvieron a ala vida y reinaron con Cristo por mil años. Los demás
muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años. Esta es la
primera resurrección. Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la
primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre estos, sino que
serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él por mil años. Cuando
los mil años se cumplan, Satanás será soltado de su prisión, y saldrá a engañar
a las naciones que están en los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog…»
y todo lo demás.
Así que, en este capítulo 20
de Apocalipsis, tenemos estas diversas menciones a ese período de mil años que
llamamos el milenio, y ahora los dos puntos básicos que la iglesia enfrenta con
respecto al concepto del milenio, es el tema, en primer lugar, de su naturaleza
real. ¿Qué es eso? Y, en segundo lugar, cuál es su relación cronológica con la
consumación del reino de Dios o con la venida final de Cristo para establecer
ese reino consumado, y entonces, cuando se escucha hablar de posiciones
milenarias, por lo general notamos un prefijo unido a la palabra ‘milenio’. Se
escucha a la gente decir que son premileniales, amileniales o postmileniales o
premileniales dispensacionalistas y demás, y esos prefijos tienen que ver con
su entendimiento del orden en que se produce el milenio y Cristo establece su
reino final.
Ahora, de nuevo, uno de los
problemas que tenemos aquí es, en primera instancia, que el capítulo 20
realmente es el único lugar donde encontramos este concepto en las Escrituras,
y eso no significa que no sea importante, sólo porque esté en un solo lugar,
sino que está en el contexto de un libro que es altamente imaginativo y lleno
de todo tipo de símbolos difíciles de interpretar. El problema inmediato al que
se enfrenta el intérprete es: ¿cuál es el género literario específico o la
forma del libro de Apocalipsis, y por lo tanto qué reglas de interpretación
debemos usar? Y por lo general el debate tiene que ver con el asunto del
literalismo, con respecto a la interpretación profética; y esta palabra en sí
debe ser interpretada ya que de alguna manera puede confundir puesto que en el
tiempo de la Reforma el principio básico de interpretación bíblica establecido
por los Reformadores se llamaba interpretación literal, es decir, usando la
frase de Lutero ‘sensus literalis’, que el intérprete responsable de la
Escritura siempre interpretará la Biblia literalmente, es decir, en el sentido
en que fue escrita.
Ahora, eso es lo que significa
interpretar el libro literalmente, en el sentido en que fue escrito.
Si está escrito en un estilo
poético, lo interpretas de la manera en que interpretas la poesía; si está
escrito en un estilo didáctico, lo interpretas de la manera en que interpretas
la literatura didáctica y así por el estilo. En la Biblia, un verbo sigue
siendo un verbo, un sustantivo es un sustantivo, un símil es un símil, una
metáfora es una metáfora. Ahora, lo que a menudo se entiende por el literalismo
tiene que ver con aplicar lo que llamaríamos una interpretación literal y
rígida a una imagen poética. Por ejemplo, cuando el salmista dice que en ese
día las colinas aplaudirán, obviamente entendemos que esa es una forma
figurativa de hablar, y no esperamos que a las colinas realmente les crezcan
brazos y manos y empiecen a aplaudir. No se nos ocurriría interpretar eso de
una manera dura, rígida y literalista. Pero cuando llegas a estas preguntas de
cumplimiento profético, el milenio y cosas así, entonces la pregunta es,
¿cuánto de eso es figurativo y cuánto de eso es una prosa gramatical, histórica
y simplemente ordinaria? Y ahí es donde hay un desacuerdo generalizado.
Una vez oí a un predicador de
televisión decir que tienes que interpretar las profecías del futuro
literalmente si vas a ser fiel a la Biblia. Y entonces, cuando los profetas del
Antiguo Testamento hablaron sobre el conflicto final de las fuerzas del bien y
del mal, en términos de esas langostas masivas que vendrían y que traerían
destrucción a la tierra, él dijo: «Tenemos que interpretar esto literalmente, y
esto se refiere a helicópteros de ataque que vienen en nuestros días, y yo
dije: Espera un minuto. ¿Qué tiene de malo esta foto? Si este hombre insiste en
que se interprete literalmente, en este sentido de literalismo, ¿qué deberíamos
estar buscando? Langostas, no helicópteros, pero incluso en su insistencia en
ser literal, estaba siendo figurativo en la aplicación de la referencia a las
langostas. Ese es el tipo de cosas de las que tienes que ser muy, muy cuidadoso
cuando abordas con estos pasajes, y por eso tiendo a ser algo cauteloso antes
de inclinarme demasiado a favor de ciertas posiciones.
Ahora, voy a repasar
brevemente con ustedes los puntos principales de las distintas posiciones que
hay sobre el milenio, y si no les importa, aprovecharé lo que he hecho al
respecto en el pasado y me voy a ayudar con las notas que elaboré aquí en mi
libro ‘Los últimos días según Jesús’, donde doy un resumen de las distintas
posiciones sobre el milenio. En primer lugar, en su resumen más breve, el
premilenialismo enseña que habrá un reino milenial futuro, literal y terrenal
que se iniciará, o empezará, cuando Cristo regrese; y el ‘pre’ significa que
Cristo regresará antes de que se establezca el milenio. Ahora, cuando hablamos
de premilenialismo o de la posición premilenial, de nuevo, esta no es una
posición en la que haya un acuerdo monolítico entre todos sus defensores. De
hecho, hay dos formas muy distintas premileniales que compiten entre sí en el
mundo de hoy. Por un lado, está lo que se llama posición histórica o clásica –
histórica y clásica – posición premilenial, y luego está el premilenialismo
dispensacional, que tiene su propia diversidad escatológica.
De hecho, a pesar de que la
teología dispensacional es un sistema completo de doctrina, lo que más se
destaca y aquello por lo que muchos son atraídos es su esquema particular de
entendimiento de las profecías futuras de la Biblia, donde se observa que las
profecías del reino que son dadas a Israel en el Antiguo Testamento se
cumplirán literalmente con el Estado judío que ahora se está organizando o se
ha organizado, y que ahora lucha por sobrevivir en el Medio Oriente. Ellos
esperan una reconstrucción literal del Templo y la re-institución de los
sistemas de sacrificio y, en especial, lo que el dispensacionalismo enseña, que
difiere de toda otra posición, es que Dios tiene dos planes separados de
redención, para Israel y para la iglesia. De tal forma que esa fuerte
distinción entre Israel y la iglesia del Nuevo Testamento es parte de la fibra
y fundamento de la escatología premilenialista dispensacional.
La posición amilenial enseña
que no habrá milenio literal. Cada vez que ponemos una ‘a’, una ‘a’ delante de
una palabra, todo lo que hace es negarla, y al hacerlo, eso es como la
diferencia entre alguien que sea moral o inmoral es decir amoral. Si eres
amoral, eso significa que no tienes moralidad. Entonces, ser amilenial dice que
no crees que haya, o habrá, un período literal de mil años, sino más bien que
el concepto del milenio es un símbolo para algo más. Y en tercer lugar está la
posición postmilenial que dice que Cristo volverá a este mundo después de que
el reino milenial concluya. Entonces, amilenial– no hay milenio; premilenial
dice que Cristo regresa y luego viene el milenio; el postmilenial dice que el
milenio perdura y después de que termina el milenio entonces Cristo
regresa.
Ahora, esas son las
diferencias fundamentales, y les daré algunas otras características más básicas
de estos puntos de vista. Permítanme empezar con un resumen de la diversidad
dispensacional de la posición premilenial y darles ocho puntos que resumen esta
posición. Número uno: que Cristo ofreció a los judíos el reino de David en el
siglo I. Los judíos rechazaron el reino davídico, por lo que la venida de un
reino de David, un reino judío, fue pospuesta hasta algún momento en el futuro.
En segundo lugar, la iglesia tal como la conocemos, se encuentra en lo que se
llama la era de la iglesia. El dispensacionalismo se llama dispensacionalismo
porque en la formulación inicial de este sistema de doctrina, los fundadores de
esta dividieron la historia bíblica y la historia redentora en siete períodos
de tiempo o dispensaciones diferentes, los cuales se distinguían unos de otros
según la forma en que Dios castigaba o recompensaba a las personas o las
probaba, y así vino la era de la inocencia y la era de la ley y la era de la
gracia y la era de la iglesia y la era del reino y todo eso; y la era de la
iglesia es la era actual, y existe como paréntesis entre el advenimiento de
Cristo – su primera venida – y la venida del reino, que es en el futuro.
De nuevo, como ya mencioné,
Dios tiene programas separados para la iglesia y para Israel. En cuarto lugar,
la iglesia finalmente perderá influencia en el mundo y será corrupta o apóstata
hacia el final de la era de la iglesia. Esa es la postura dispensacionalista de
la comunidad cristiana actual, es muy sombría y bastante pesimista –que la
iglesia va a empeorar y empeorar hasta que la gran apostasía venga y no será
restablecida hasta después del regreso de Cristo.
El quinto punto es que Cristo
regresará en secreto para raptar a sus santos antes de la gran tribulación.
Ahora, no todos los que son dispensacionalistas creen en lo que aquí se conoce
como el pretribulacionismo o el rapto pretibulacionista, lo que significa que
antes de que llegue la gran tribulación al final de los tiempos, Cristo vendrá
en la primera de sus dos segundas venidas. Él volverá dos veces. La primera es
secreta donde, antes de la tribulación, Él trasladará a su pueblo a las nubes y
los librará de todo el dolor y la persecución de la tribulación y luego volverá
con ellos después de la tribulación o en medio de la tribulación para
establecer su reino mesiánico.
La pretribulación es muy, muy
popular. Le da a la gente mucha esperanza de que no tendrán que enfrentarse al
Armagedón o a la gran tribulación al final de los tiempos. De nuevo, es una
doctrina muy, muy popular, y probablemente sea el informe mayoritario entre los
evangélicos. Y les aseguro, en mi vida aún no he podido encontrar una pizca de
evidencia que apoye el rapto pretribulacionista. Creo que los fundamentos
teológicos y lógicos para esto históricamente son pobres en verdad, y no le doy
mayor importancia. De todos modos, después de la tribulación, punto seis,
Cristo regresará – a la tierra – para administrar un reino político judío que
tendrá su sede en Jerusalén y ese reino con sede en Jerusalén durará
exactamente mil años. Durante ese tiempo Satanás será atado, el templo
reconstruido y el sistema de sacrificio del Antiguo Testamento será reinstituido.
Punto siete: cerca del final del milenio, Satanás será liberado y Cristo y sus
seguidores serán atacados en Jerusalén, y en ese momento – punto ocho – Cristo
llamará a juicio desde el cielo, destruirá a sus enemigos, ocurrirá la segunda
resurrección, el juicio de los malvados y el orden eterno final será
iniciado.
Miremos, entonces, el
premilenialismo histórico, brevemente, el cual enseñó que la iglesia de la era
del Nuevo Testamento es la fase inicial – la fase del reino de Cristo, como
profetizaron los profetas del Antiguo Testamento Segundo, la iglesia del Nuevo
Testamento obtiene victorias ocasionales en la historia, pero finalmente
fracasa en su misión. Pierde influencia, se corrompe a medida que el mal
mundial aumenta hacia el final de la era de la iglesia. Tercero, la iglesia
pasará por un futuro, mundial, tiempo sin precedentes de tribulación. Esto será
conocido como la gran tribulación que marcará el fin de la historia, tal como
la conocemos. Punto cuatro: al final de la tribulación, Cristo volverá para
raptar a su iglesia, resucitar a los santos fallecidos y conducir el juicio de
los justos en un abrir y cerrar de ojos. Punto cinco: Cristo descenderá a la
tierra con sus santos glorificados, luchará en la batalla del Armagedón, atará
a Satanás, establecerá un reino político mundial, que luego será ministrado
personalmente por Él durante mil años desde la ciudad de Jerusalén. (Verán
algunos de los puntos en común aquí.) Al final del reinado milenial, Satanás
será liberado y una rebelión masiva contra su reino – contra el reino de Cristo
– se producirá y finalmente Dios interviene – perdón, intervendrá con fuego
para rescatar a Jesús y a los santos y entonces vendrá la resurrección y el
juicio de los malvados.
Ahora, con respecto al
postmilenialismo, o tal vez primero debería tomar un poco más de tiempo con el
amilenialismo. La posición amilenial dice que la era de la iglesia es la era
del reino profetizado en el Antiguo Testamento, a medida que la iglesia del
Nuevo Testamento se convierte en el Israel de Dios. El segundo punto es que la
atadura de Satanás tuvo lugar durante el ministerio terrenal de Jesús, y este
fue restringido mientras el Evangelio se predicaba en el mundo. Así que,
en ese sentido, la referencia a la atadura de Satanás en Apocalipsis sería
figurativa. Tres: en la medida en que Cristo gobierna actualmente en el corazón
de los creyentes, tendrán cierta influencia en la cultura en la que viven, pero
no transformarán la cultura. Cuatro: hacia el final, el crecimiento del mal se
acelerará, dando lugar a la gran tribulación y a un anticristo personal, por lo
que se puede ver que hay incluso algunos puntos en común entre la posición
amilenial y ambas posiciones premileniales. Quinto: Cristo volverá a poner fin
a la historia, resucitará y juzgará a todos los hombres, y establecerá el orden
eterno. En el destino eterno, los redimidos pueden estar en el cielo o en una
tierra totalmente nueva y renovada.
Finalmente llegamos al
postmilenialismo, que tiene estas características diversas: la primera es que
el reino mesiánico de Cristo fue fundado en la tierra durante el primer
ministerio de Cristo, en cumplimiento de la profecía del Antiguo Testamento. La
iglesia es Israel. La segunda es que el reino es esencialmente redentor y
espiritual en vez de político y físico, por lo que la posición postmilenial es
que no están buscando un reino político, sino más bien un reino
espiritual. El tercer factor es que el reino ejercerá positivamente una
influencia social o cultural transformadora en la historia. De hecho, algunos
lo han llamado la característica más distintiva de la escatología
postmilenial: la postura optimista de que la influencia de la iglesia de
Jesucristo tendrá una influencia positiva y redentora en la cultura y en el
mundo a lo largo del tiempo. Esto no significa que la iglesia no pasará por
períodos de debilidades y de corrupción y de una aparente pérdida de
influencia, pero el postmilenial no es una persona que está puliendo bronce en
un barco que se hunde. La posición postmilenial realmente cree en el triunfo
inevitable y último de la iglesia sobre la iniquidad de este mundo y en la
influencia del reino de Cristo sobre las naciones del mundo.
La cuarta característica es
que el reino se expandirá gradualmente en el tiempo y en la tierra. Esto se
logrará no sin el poder real de Cristo como rey, sino sin su presencia física
en la tierra.
La quinta característica es
que la gran comisión tendrá éxito. Lo que distingue a los postmileniales de
amileniales y premileniales es la creencia de que la verdadera Escritura enseña
el éxito de la Gran Comisión en la era de la iglesia. Ahora, hay diferencias
entre los postmileniales, así como lo hay entre los premileniales y todos los
demás, y luego sumado a esta mezcla de interpretación milenial está el debate
actual sobre el preterismo, tanto total como parcial, donde el preterismo, en
su dimensión más completa, enseña que todas las profecías futuras sobre la
venida de Cristo, el milenio, el último juicio – todo – ya se ha cumplido, y se
cumplió en el primer siglo. La posición preterista moderada, o preterismo
parcial, del cual escribo en este libro, es esa posición que cree que muchas de
las profecías del Nuevo Testamento del futuro tuvieron lugar en el contexto y
el marco del siglo I y se cumplieron principalmente en los acontecimientos que
rodearon la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., pero no todas las
promesas futuras del Nuevo Testamento se cumplieron.
La mayoría de los preteristas
parciales dirían que todos los primeros 20 capítulos del libro del Apocalipsis
ya se ha llevado a cabo, pero los dos últimos capítulos aún no se han cumplido.
Y los preteristas parciales tienden a ser postmileniales en su pensamiento,
creyendo que el milenio empezó con la primera venida de Cristo, pero no es estrictamente
algo literal de mil años. Pero estas son las diferentes posturas, y obviamente
no puedo analizarlas en gran detalle en este breve panorama general, pero
quiero que sean conscientes de que hay un debate en curso. Acabo de mencionar
seis puntos de vista escatológicos distintos, y no es algo que ustedes
quisieran perderse.
Una de las razones por las que
tenemos dificultades es que una cosa es analizar el pasado. Tenemos una visión
20/20 cuando vemos hacia atrás. Otra cosa es entender cuál es la agenda de Dios
para el futuro, y tenemos que ser humildes al respecto y decir que no sabemos
con certeza si nuestra opinión es la más precisa, pero al mismo tiempo no
queremos descartar esto como irrelevante. Dos tercios de la enseñanza doctrinal
en el Nuevo Testamento tienen que ver con cosas futuras y cómo entendemos que
las promesas de Dios sobre el futuro tienen un impacto dramático en nuestra
confianza personal, nuestra participación personal, ya sea que seamos
pesimistas y digamos: «¿Por qué preocuparnos?» o si vamos a ser enérgicos y
trabajar por el cumplimiento de la agenda que Cristo dio a su iglesia. Eso
tiene una implicación, pero también en el consuelo de nuestras almas, con
respecto a la promesa de que tenemos un futuro como pueblo de Dios.
La presente publicación se hace sin fines comerciales o lucrativos, de acuerdo a las condiciones establecidas por Ministerios Ligonier.
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