27 nov 2019
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aclarando doctrinas erróneas
Marcelo Velez
pasajes difíciles
prosperidad bíblica
verdadera prosperidad
"NO HE SIDO PROSPERADO. SERÁ QUE ESTOY EN MALDICIÓN?”
"NO HE SIDO PROSPERADO. SERÁ QUE ESTOY EN MALDICIÓN?”
SERÁ
QUE NO ESTOY DIEZMANDO LO SUFICIENTE? QUE ESTOY HACIENDO MAL?”
Me he encontrado con muchos
cristianos que piensan de la siguiente manera.
“Algo estoy haciendo mal, me
esfuerzo y me esfuerzo y obedezco la palabra, pero aun así sufro, no tengo
dinero y no he sido prosperado”
Gente que ha estado ocupada,
obedeciendo a Dios, haciendo buenas obras y su tan anhelada “prosperidad” nunca
llega. ¿Qué pasa?, ¿Por qué tantos cristianos miran la supuesta prosperidad de
los demás como señal de que Dios está con ellos?, ¿Por qué utilizan la
prosperidad como medida de que tan bien o mal se haya alguien frente al Señor?,
¿Por qué tomamos inclusive, la prosperidad de una iglesia o ministerio, como
señal de que “Dios los está usando”?, ¿Por qué hacemos esto?, ¿Por qué tomamos
la manera del mundo de medir las cosas y la aplicamos al cristianismo?
No hay escritura que
garantice riqueza para el creyente. No hay escritura que diga que la
prosperidad económica es evidencia de que tan cerca estamos de Dios. No hay
escritura que prometa al creyente ninguna de estas cosas, en contraste, Dios
nos pide y/o promete que:
·
-Debemos despojarnos de nosotros mismos.
(Lucas 9:23)
·
-Debemos renunciar a nuestras posesiones
(Lucas 14:33)
·
-Tendremos aflicciones (Juan 16:33)
·
-Atravesaremos muchas tribulaciones (Hechos
14:22)
·
-Serás azotado y disciplinado por Dios
(Hebreos 12:6)
¿Cómo puede esto convivir en
el contexto de “Dios te quiere prosperar económicamente”? No puede.
Un punto importante que
aclarar es el siguiente, La prosperidad y la abundancia, bíblicamente hablando,
NO significan dinero, ni riquezas, ni bendición financiera, ni grandes
negocios, de ser así, ni Cristo, ni los apóstoles fueron prósperos, ni vivieron
vidas en abundancia. Jesús jamás predicó en una próspera MEGA-Iglesia frente a
decenas de miles de personas, esta no es la medida de prosperidad, ni de la
abundancia.
Y es con este marco general,
que debemos de interpretar la palabra. Sabes tú, ¿Dónde está tu recompensa?
Miremos los siguientes versículos.
Mateo 5:12 Regocijaos y
alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.
Lucas 6:23 Alegraos en ese
día y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa es grande en el cielo,
pues sus padres trataban de la misma manera a los profetas.
Isaías 49:4 Y yo dije: En
vano he trabajado, en vanidad y en nada he gastado mis fuerzas; pero mi derecho
está en el SEÑOR, y mi recompensa con mi Dios.
Colosenses 3:24 sabiendo que
del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien
servís.
Gálatas 6:8 Porque el que
siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 Y no nos cansemos
de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.
Tu galardón, tu recompensa,
tu premio, tu herencia, NO ESTA EN ESTA VIDA. Si la has estado buscando en esta
vida a manera de prosperidad, de riqueza, de éxito y superación es porque, en
efecto, no has estado haciendo lo que Dios quiere que hagas…….
Mateo 6: 21 porque donde
esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Lucas 6:45 El hombre bueno,
del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal
tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.
Lo que nos enseñan estos
versículos es lo que hay en el corazón, ciertamente la boca habla de lo que
pensamos y pensamos de lo que hay en nuestro corazón, ¿dónde está tu corazón?,
cansado de buscar la “recompensa” en este mundo, mirando la “prosperidad” de
los demás, preguntándote, ¿Qué estoy haciendo mal?, ¿Por qué Dios no me ha
prosperado?, en efecto lo has estado haciendo mal, porque deberías estar
buscando “el reino y su justicia”
Mateo 6:33 Pero buscad
primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Y si lo haces bien, la
prosperidad no es tu recompensa, sino simplemente el hacer las cosas, “Para la
Gloria de Dios!” gozoso, porque SABES que tu recompensa NO ESTA EN ESTA VIDA.
Miremos este siguiente
texto……
…
Mateo 6:1 Cuidad de no
practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de
otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.2
Por eso, cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres.
En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
¿Qué podemos entender de él?
Hay dos opciones (para efectos de la explicación) 1) Tu recompensa es en el
ahora y en esta vida o 2) Tu recompensa es en el cielo. Dos opciones, que
hablan mucho acerca de nosotros.
Los que quieren su
recompensa en esta vida, “practican la justicia”, es decir, hacen buenas obras,
ofrendan, ayudan a los hermanos, apoyan en ministerios, etc., etc., en público,
para que los demás los vean, para ser aplaudidos, para ser reconocidos. Esto
habla claramente de un amor propio y no de despojarse de uno mismo, esto habla
de que la motivación para servir y hacer cosas no es para la gloria de Dios,
sino para vana gloria propia, el final, por muy disfrazado que se encuentre,
estas personas hacen las cosas, para sí mismos. Por poner un ejemplo. Salomón
pidió a Dios sabiduría y Dios le dio todo, Sabiduría, riqueza, poder, reino,
etc., si unimos este pasaje con lo que la biblia dice acerca de las riquezas,
podemos concluir lo siguiente:
¿Quién encontrará riquezas?
Respuesta: Aquellos que no las estén buscando.
Pero este tipo de personas,
son las que navegan con bandera de piedad, buscando “sabiduría”, pero en el
fondo, sólo quieren la sabiduría para obtener las riquezas, las riquezas y la
prosperidad siguen siendo el fin, la meta a alcanzar, por lo que su corazón
sigue en el lugar equivocado. Dios no puede ser engañado.
La opción dos, son aquellos
que saben que su recompensa no está en este mundo, sino en el cielo, ellos
buscan el reino de Dios y su justicia y hacen sus buenas obras, para la gloria
de Dios, ellos buscan la sabiduría como Salomón la buscó, para la gloria de
Dios, para poder seguir en los caminos de Dios, para servirlo, si las riquezas
vienen, “Gloria a Dios!”, ¿pero si no vienen las riquezas?, “Gloria a Dios!”, a
fin de cuentas, “no estaban buscando las riquezas, sino la gloria de Dios”.
Quiero tomarme un tiempo
para aclarar, Quienes son los que SÍ reciben su recompensa totalmente en esta
vida, prosperidad, suerte, riquezas, etc.., la respuesta, puede impactar.
Salmos 73: 1 Ciertamente
Dios es bueno para con Israel, para con los puros de corazón. 2 En cuanto a mí,
mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos. 3 Porque
tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos. 4 Porque
no hay dolores en su muerte, y su cuerpo es robusto. 5 No sufren penalidades
como los mortales, ni son azotados como los demás hombres. 6 Por tanto, el
orgullo es su collar; el manto de la violencia los cubre. 7 Los ojos se les
saltan de gordura; se desborda su corazón con sus antojos. 8 Se mofan, y con
maldad hablan de opresión; hablan desde su encumbrada posición.
Job 21: 7 ¿Por qué siguen
viviendo los impíos, envejecen, también se hacen muy poderosos? 8 En su
presencia se afirman con ellos sus descendientes, y sus vástagos delante de sus
ojos; 9 sus casas están libres de temor, y no está la vara de Dios sobre ellos.
10 Su toro engendra sin fallar, su vaca pare y no aborta. 11 Envían fuera a sus
pequeños cual rebaño, y sus niños andan saltando. 12 Cantan con pandero y arpa,
y al son de la flauta se regocijan. 13 Pasan sus días en prosperidad, y de
repente descienden al Seol. 14 Y dicen a Dios: `` ¡Apártate de nosotros! No
deseamos el conocimiento de tus caminos.
Salmos 17: 13 Levántate,
SEÑOR, sal a su encuentro, derríbalo; con tu espada libra mi alma del impío, 14
de los hombres, con tu mano, oh SEÑOR, de los hombres del mundo, cuya porción
está en esta vida, y cuyo vientre llenas de tu tesoro; se llenan de hijos, y
dejan lo que les sobra a sus pequeños. 15 En cuanto a mí, en justicia contemplaré
tu rostro; al despertar, me saciaré cuando contemple tu imagen.
Los que reciben su
recompensa en esta vida, son los incrédulos, los no creyentes, para ellos, ésta
realmente será su “Mejor Vida Ahora”. “Su porción (recompensa) está en esta
vida”, pero al final, después de pasar sus días en prosperidad, descenderán al
Seol y no tendrán ninguna recompensa eterna. Llámalo “misericordia” de Dios,
pero Dios permite que ellos sean prosperados, enriquecidos, que pasen por el
lazo y la tentación de las riquezas, que los llevará a mayor perdición, Dios no
los disciplinará como lo hace con un hijo, Dios no los cuidará, dejará que
sigan su curso, en verdad, ellos reciben su recompensa en esta vida solamente.
¿Acaso no puede un cristiano
ser próspero? Claro que sí, pero el error está en pensar que Dios
definitivamente prosperará económicamente al “buen” cristiano, o pensar que esa
prosperidad es “evidencia” de salvación o del poder de Dios manifestado en
nuestras vidas, eso no es bíblico. ¿Acaso no has visto las iglesias
Cristianas?, ¿Acaso no la mayoría de esas iglesias son de escasos recursos?,
Iglesias sencillas y humildes, pero ricas en amor, prósperas y abundantes en
conocimiento de Dios, sabiduría, santidad, presencia de Dios, adoración y
alabanza!
Si eres de los que piensan,
o han pensado “Algo estoy haciendo mal”, “Hay un pecado en mí que aún no es
limpiado y por eso no he sido bendecido”, si eres de este tipo de persona, te
tengo el siguiente versículo:
1 Timoteo 6: 8 Y si tenemos
qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos.
Hebreos 13:5 Sea vuestro
carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque El mismo ha dicho:
NUNCA TE DEJARE NI TE DESAMPARARE,
“No te dejaré ni te
desampararé”, no dice, “Te prosperaré y te enriqueceré”, sino que como un
Padre, se ocupará de nosotros, nada nos faltará, siempre estaremos protegidos
por Él y todo lo que nos suceda, será, al final, para bien.
Salmos 37:25 Yo fui joven, y
ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia
mendigando pan.
Nuestro galardón y
recompensa tiene un nombre, se llama Jesucristo, en él debe estar nuestra
esperanza, nuestro tesoro, nuestra paz, nuestro gozo y nuestros anhelos, como
dijo Pablo: “todo lo considero pérdida en vista del INCOMPARABLE valor de conocer
a Cristo” (Filipenses 3:8)
El problema viene, cuando
conocer a Cristo ya no es suficiente……
Gracia y Paz
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