Es muy común encontrar cristianos evangélicos que manifiestan su rechazo a utilizar términos como “calvinista”, “reformado”, “bautista, “presbiteriano” "pentecostal", entre otros. Y consideran que estos títulos, identifican a quien los usa, no como verdaderos creyentes, sino como seguidores de doctrinas de hombres y e "instituciones religiosas". Sin embargo el uso adecuado de los términos mencionados, tiene el objetivo de identificar en el cristiano, de forma rápida y segura, su FE PROFESADA, SU CREDO, SUS CREENCIAS, a fin de que no se le identifique equivocadamente.
Para efectos de facilitar la lectura de este mensaje, cuando usemos las palabras "términos", “etiquetas” “rótulos” o “títulos”, nos estaremos refiriendo a estos “apellidos” que los creyentes adicionan a la palabra ”cristiano”.
Sin ninguna duda el término “CRISTIANO” es el que mejor nos identifica como hijos de Dios y seguidores de su hijo Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. ESE ES Y LO SERÁ POR SIEMPRE NUESTRO NOMBRE PRINCIPAL. Las expresiones, “siervos de Dios”, “esclavos de Cristo”, “hijos del rey de reyes”, son igual de importantes y ademas son bíblicas, lo que las coloca por encima de cualquier termino o denominación humana.
Estas características hacen que estas expresiones bíblicas sean IRREEMPLAZABLES.
Es necesario aclarar que no es posible establecer quien es salvo o no, o, quien es regenerado y quien no lo es, con el solo hecho de considerar el término que use para identificarse como cristiano. Por supuesto que esto incluye también a los que solo usan el termino "cristiano". Porque el conocimiento de quienes son salvos, es potestad exclusiva del Creador.
También debemos aclarar que hay sectas con cierta antigüedad que usan sus propios términos y no son de sana doctrina como los testigos de Jehová, mormones, adventistas, etc.
El presente articulo no busca sustituir o demeritar el termino "cristiano" y las expresiones bíblicas antes mencionadas, en favor de los términos "reformado", "calvinista" "Bautista" y "Presbiteriano".
Igualmente las confesiones de fe históricas (Bautista de 1689, Westminster de 1646), deben considerarse como documentos acertados para responder a quienes deseen saber en que creen las denominaciones Bautista y Presbiteriana. Estos documentos como tales, no posee autoridad y son solamente guía normativa para el creyente. No nos debemos a ellos. Estamos atados a Cristo como nuestro Señor y Salvador y a su palabra como nuestra única autoridad.
También es cierto que al estudiar la historia de la fe cristiana, nos encontramos con la creación y existencia durante todas las épocas, inclusive la de la era apostólica, de sectas y falsos evangelios, cuyos miembros se han hecho llamar “cristianos”. Pasa actualmente lo mismo, dentro del evangelismo protestante, en el que un porcentaje, que abarca mayoría, dicen llamarse cristianos sin serlo. Abusando, manipulando, suplantando y ofendiendo el nombre de Cristo.
Ante semejante panorama se hace necesario distinguir los que profesan la sana doctrina de los que no, y el uso de los términos opera, eficientemente, como filtro para decantar a los falsos evangélicos. (Este "filtro" no es sustitutivo de la principal herramienta que tenemos para la denuncia de los falsos profetas como lo son las sagradas escrituras). En tal sentido el uso de los términos cobrar importancia y adquieren el carácter, en muchos casos de necesarios.
Veamos quienes los rechazan o se abstienen de su uso, seguidamente quienes los usan y en la parte final del mensaje, el origen y significado de los términos:
MOTIVOS PARA EL RECHAZO O ABSTENCIÓN AL USO DE LAS ETIQUETAS
El rechazo a usar rótulos está asociado con varios motivos. Unos bien intencionados y otros con mala intención. Dejo a su juicio y capacidad de discernimiento, el establecer a cual corresponde cada uno de los que enumero a continuación:
- Muchos cristianos prefieren el uso solamente del termino "cristiano", pues desconocen el significado y origen de los otros términos, lo que les origina temor al error en el crecimiento personal como cristiano o que su uso sea inapropiado, equivocado, o hasta herético.
- Los líderes de las congregaciones carismáticas, neopentecostales y de prosperidad son uno de los grupos de población que más ataca el uso de términos. Es conveniente para ellos llamarse meramente “cristianos” y facilitar el crearles, a sus asistentes, el prejuicio de que los que usan “etiquetas”, son grupos heréticos. Les dicen, por ejemplo, que los “reformados” son una “secta” nueva, que los calvinistas siguen a Calvino y no a Cristo. O que los “Bautistas” y “Presbiterianos” son denominaciones con doctrinas de hombre y organizaciones eclesiales parecidas a la católica. La gran mayoría de los seguidores de estos falsos profetas no conocen la historia de la Iglesia cristiana. A duras penas han oído hablar de la Reforma Protestante, saben de una manera referencial que Martin Lutero se enfrentó a los católicos. Esta ignorancia histórica y teológica, los hace creer que las sanas doctrinas y el verdadero evangelio lo profesan los carismáticos y el evangelio de la prosperidad y que la doctrina correcta de la salvación es la arminiana.
- Hay, igualmente creyentes que dan fruto y que a pesar de su conocimiento amplio de la teología, desean mantener una posición independiente y en tal sentido no usan términos. Así sea que se congreguen en una iglesia denominacional o no. Y soportan los inconvenientes que genera, el que no conozcan tu confesión de fe. No tienen nada en contra de quienes usan los términos, por lo tanto no manifiestan públicamente rechazo a estos.
- Algunos cristianos no usan términos para no ser piedra de tropiezo para neófitos. Por ejemplo, alguien que habiendo pertenecido a un grupo de cristianos sin conocimiento teológico, de su congregación o en las redes sociales de internet, lo haya adquirido y ahora conozca el significado de los términos y no desee confundir a sus hermanos. Habría que analizar hasta qué punto esta actitud, aunque contenga buenas intenciones, es o no equivocada. Muchos la pueden catalogar equivalente al “maquillado” que le hacen al evangelio en muchas congregaciones para hacer de este algo agradable a los nuevos en la fe.
- Muchos para atacar las doctrinas de los que usan etiquetas, descalifican y rechazan públicamente el uso de títulos para ganar adeptos entre los débiles en la fe.
- Otros no los usan para evitar ser atacados. Por no querer decepcionar a este o a aquel que los considera de su misma línea doctrinal. O por motivos de interés personal como el crecimiento o promoción de una página o sitio web en internet. O simplemente el aumento de sus “me gusta” en sus muros de Facebook.
MOTIVOS DE LOS QUE USAN LAS ETIQUETAS:
- Los que actúan aceleradamente, y se identifican con una línea doctrinal que después abandonan decepcionados y como hojas que lleva el viento, pasan por el uso de varios términos.
- Los que, con intereses propios y personales, no cristianos, se camuflan en determinada línea doctrinal.
- Los que usan el mismo término de la congregación a la que asisten, sea o no denominacional. Porque confían en ella, sin que necesariamente tengan conocimientos históricos y teológicos del nombre de su Iglesia.
- Los creyentes que dan fruto y a los que el conocimiento amplio de la teología y la convicción firme de la línea doctrinal que profesan, les genera el deseo y la necesidad de usar las etiquetas. En un mundo enmarcado por la apostasía, la herejía, los falsos evangelios y las sectas, no desean que haya duda de su fe. No desean ser confundidos o mezclados con ningún de estos grupos heréticos. Son sinceros, abiertos y directos para comunicarles a los demás en que creen. Generan seguridad y credibilidad en lo que predican, publican y comentan.
Este último grupo es el de nuestro interés y el que atañe a nuestra motivación por escribir este mensaje, el cual es en defensa de los que usan correctamente y consecuentemente las etiquetas de “reformado”, “calvinista", "Presbiteriano” o “Bautista".
ORIGEN DE LA EXPRESIÓN “REFORMA PROTESTANTE”
La reforma del Siglo XVI, rescato del paganismo romano el verdadero evangelio, lo que constituyo en esencia el regreso a las sagradas escrituras, a su autoridad, suficiencia e inerrancia. La biblia, ahora en manos del pueblo, generó el despertar a la hermenéutica y el surgimiento de grandes teólogos, que por primera vez en 1000 años, le dieron la exegesis más acertada a la palabra de Dios. Sin embargo, y dado que la imperfección es inherente al ser humano, los eruditos no escaparon de ella y así la interpretación de los temas bíblicos más profundos, produjo diferentes líneas doctrinales que inevitablemente habrían de ser identificadas y a las que fue necesario denominarlas.
Veamos inicialmente el significado y origen de la expresión “Reforma Protestante”. La palabra Reforma hace alusión al movimiento iniciado y liderado en 1517 por Martín Lutero para reformar la iglesia católica romana, regresando a la pureza del cristianismo primitivo, con las sagradas escrituras como única autoridad sobre los creyentes y rescatando el verdadero evangelio, retirando de él, y del culto y la liturgia, todo lo pagano y herético.
La palabra Protestante deriva del latín protestari, (que significa “declaración pública o protesta”), y su uso se inició con posterioridad a la protesta de los 5 príncipes electores y 14 ciudades imperiales alemanas contra la decisión de la Dieta de Espira en 1529, que reafirmaba el edicto de la Dieta de Worms de 1521, en el que se proscribía creer y enseñar las doctrinas del iniciador de la reforma Martin Lutero. El término protestante se empezó a utilizar para agrupar, en un solo nombre, las diferentes vertientes doctrinales que conformaban los reformadores.
La reforma protestante la extendió Martín Lutero por toda Alemania, dando origen al Luteranismo y posteriormente a la Iglesia Luterana.
En 1519 Ulrico Zwinglio, da comienzo a la reforma en Suiza y es Juan Calvino en 1536, el que se
destaca como gran teólogo con la publicación de su obra “Institución de la religión cristiana”. Encuentre la biografía de Juan Calvino en el siguiente enlace: Biografía de Juan Calvino
Para ampliar la importancia y el significado que tiene para la cristiandad, la Reforma protestante, Destacamos el lema de las 5 Solas, que brotó de ella. Son 5 frases en latín (o eslogans) que resumen las creencias teológicas básicas de los reformadores del siglo XVI en contraste con la enseñanza de la Iglesia Católica Romana. Las cinco solas se constituyen en verdades innegociables del evangelio, que nos han servido de ruta durante más de 500 años para no alejarnos de la sana doctrina. Vea el tema completo de las 5 solas en el siguiente enlace:
El término “Reformado” hace alusión al creyente de las doctrinas de la gracia y la soberanía de Dios, generadas a partir de la Reforma protestante del siglo XVI, principalmente emanadas de la exegesis de las escrituras realizada por Juan Calvino. Puede ampliar la información sobre "doctrinas de la gracia", en el siguiente enlace: Doctrinas de la gracia. Sugel Michelen
Como referencia, debemos decir que las denominaciones Bautista y Presbiteriana, tienen una historia que se remonta al siglo XVI, que el origen y raíces de sus creencias son bíblicas y que sus fundadores fueron eruditos teólogos que dejaron sendas obras literarias que han contribuido a la enseñanza de la teología y la exegesis de las escrituras. Desafortunadamente, también hay que agregar, que ambas denominaciones, con orígenes y raíces calvinistas, sufrieron, en el transcurso de los últimos 500 años, el surgimiento de ramificaciones arminianas que existen hoy día. De ahí, la importancia y la necesidad del apellido "reformada" que se le coloca a las Iglesias Bautistas y Presbiterianas de sanas doctrinas de la gracia.
ORIGEN DE LA IGLESIA BAUTISTA REFORMADA
El nombre bautista se originó con intenciones despectivas por parte de sus detractores. Posiblemente se usó este término por primera vez en el idioma alemán (Taufer, 'bautista') en el siglo XVI, para desacreditar al movimiento que se oponía al bautismo infantil (pues los bautistas argumentaban que en la Biblia nunca fue bautizado ningún infante, sino solo aquellos que, después de haber creído el Evangelio de Jesús, profesaban la fe de Cristo). En el siglo XVII este nombre se usó en el idioma inglés en Gran Bretaña. La Bautista fue una de las ramas iniciales generadas por la Reforma y la interpretación de los diferentes Reformadores.
En un principio, en el siglo XVII, los bautistas no llevaban el apellido “reformado” sino que se dividían entre “generales” y “particulares”. Los bautistas generales se identificaban más con la soteriología arminiana, pues, afirmaban que Cristo murió para hacer posible la salvación a todos los hombres; mientras que los bautistas particulares se identificaban con la soteriología reformada o calvinista, es decir, que Cristo murió únicamente por los electos, por el pueblo escogido para salvación.
Siendo en el siglo XVII, más fuerte la rama de los Bautistas particulares, estos produjeron en 1689 La Confesión de fe de Londres (basada en una preliminar hecha en 1644)
La diferencia entre bautistas arminianos (generales) y bautistas calvinistas (particulares) fue desapareciendo poco a poco a finales del siglo XIX; ya en 1891 se habían fusionado en una sola denominación. En aras de mantener la unidad entre la Unión Bautista de Inglaterra, las iglesias fueron perdiendo poco a poco la identidad calvinista, y fueron influenciadas por el racionalismo Alemán que emigró paulatinamente a Inglaterra.
Para esa época, el famoso predicador Carlos Spurgeon fue usado por el Señor para reavivar las doctrinas puras de la fe bíblica y calvinista que había caracterizado a los bautistas particulares de Inglaterra. Sus predicaciones se leían en muchos lugares del mundo, y semanalmente millones de copias eran distribuidas por doquier. En ellas, Spurgeon presentaba las preciosas doctrinas de la gracia e invitaba a los cristianos a regresar a las raíces de la fe evangélica que había caracterizado a los reformadores. Spurgeon consideraba que las iglesias bautistas que adoptaran el sistema soteriológico arminiano entrarían en declive doctrinal y su deterioro no tendría límites. Spurgeon recobró el uso y la enseñanza de las doctrinas bíblicas tal y como estaban resumidas en la Confesión de Londres de 1689; y a través de él se dio un resurgir de la fe bautista reformada.
La Iglesia Bautista Reformada es una iglesia histórica, con una confesión de fe redactada por un selecto grupo de piadosos pastores y teólogos del siglo XVII, en plena época del puritanismo inglés, y con una identidad probada y aprobada a través de los siglos
ORIGEN DE LA IGLESIA PRESBITERIANA REFORMADA
El origen del presbiterianismo se remonta al principio de la Reforma Protestante del siglo XVI, más precisamente en Suiza y Escocia, lideradas por personajes como Juan Calvino, Knox, Ulrico Zuinglio y Heinrich Bullinger.
Las Iglesias Presbiterianas derivan su nombre de la palabra griega presbyteros, que significa literalmente "anciano". La iglesia es administrada a través de "presbíteros", elegidos democráticamente por las comunidades de cristianos locales, gobernadas por un "consistorio" o "consejo" de presbíteros. Estos delegados también integran los concilios de la Iglesia, que son los Presbiterios, Sínodos y la Asamblea General, también llamada Concilio Nacional o Supremo Concilio. Los presbíteros pueden ser regentes (que gobiernan) y docentes (que enseñan, es decir, los pastores).
El gobierno presbiteriano es común a las Iglesias protestantes que siguieron más de cerca el modelo de la Reforma protestante de Suiza. En Inglaterra, Escocia e Irlanda, las iglesias reformadas que adoptaron un gobierno presbiteriano en vez del episcopal pasaron a ser conocidas, como es natural, como la Iglesia Presbiteriana.
Debido a los esfuerzos del gobierno en Escocia e Inglaterra para establecer una sola iglesia en el reino, allá por el año 1661 se logró establecer prelados y liturgia episcopal en la Iglesia Oficial Presbiteriana de Escocia. Luego varios miles de presbiterianos inconformes se lanzaron en revolución para defender su tradicional religión sencilla. Perdiendo la guerra varios miles de ellos fueron liquidados; los sobrevivientes se unieron al fin en una iglesia independiente. La Iglesia Presbiteriana Reformada. Posteriormente millares de ellos emigraron a las colonias americanas.
Su teología. Las iglesias presbiterianas se basan en las enseñanzas de la Biblia y tienen a Juan Calvino como uno de los comentaristas bíblicos más importantes, destacándose su publicación “La Institución de la Religión Cristiana”. Como el resto de los protestantes, los presbiterianos creen que la salvación es sólo por fe, no por obras, y que no se debe establecer como doctrina ninguna enseñanza que no esté recogida, de forma explícita o implícita, en las páginas de la Biblia. Rechazan la veneración de las imágenes, las oraciones por los difuntos, la intercesión de los santos difuntos, así como la autoridad de la tradición eclesiástica y la autoridad del Papado.
Entre sus énfasis están la soberanía de Dios, la elección divina, la importancia central de la Biblia y dos sacramentos (bautismo y santa cena o eucaristía), el concepto del pacto, la validez permanente de la ley moral y la perfecta conciliación de la piedad y el cultivo intelectual. Su fe es recogida en las notables formulaciones confesionales (confesiones de fe y catecismos), elaboradas por los reformadores de los siglos XVI y XVII. De éstas, destaca la Confesión de Fe de Westminster, elaborada por la Asamblea de Westminster reunida en Londres en la década de 1640. Dicho conjunto de convicciones presbiterianas se denomina Teología reformada o calvinista. Las iglesias presbiterianas también suelen aceptar tanto el Credo de los Apóstoles como el Credo Niceno. Para conocer con más amplitud que significa ser Presbiteriano Reformado, puede ir a los siguientes enlaces:
ORIGEN DEL TERMINO CALVINISMO O CALVINISTA
A pesar de ser Lutero, quien inició la reforma, es realmente Juan Calvino el considerado como el “Gran reformador”. Es al movimiento que lleva su nombre al que debemos las doctrinas de la gracia. Se aclara que, No fue nunca la intención de Calvino liderar un movimiento con su nombre que se llevará los méritos y recibiera los honores. El don de la exegesis, la hermenéutica por él empleada y la acertada revelación de las sagradas escrituras, le fueron dados por el Espíritu Santo, y fueron suficientes para que se le conociera y para que se diseminarán por toda Europa sus escritos y obras. El término "Calvinismo" se empezó a usar por todos, partidarios y contradictores, en el ámbito cristiano del viejo continente, para identificar la línea doctrinal de Calvino. Y la expresión "Calvinista", de igual manera, fue de uso general para distinguir a quienes se identificaban con sus postulados. El origen del escrito “Los cinco puntos del calvinismo”, que comprende la esencia de la exegesis bíblica de Calvino, y que contiene en ellos gran parte de las doctrinas de la gracia, se remonta a tiempos posteriores a su muerte y se produce a través de una respuesta que dieron los defensores de su obra interpretativa, a un documento presentado por los seguidores de Jacobo Arminio (a esa fecha fallecido), a la corte holandesa como protesta ante el hecho de que las iglesias de Holanda, en común con la mayoría de las iglesias protestantes de Europa, habían adoptado las Confesiones de Fe de Bélgica y de Heidelberg, las cuales se apegan a las enseñanzas Reformadas (es decir, calvinistas), En este documento consignaron 5 puntos contrarios a los postulados de Calvino. Y la respuesta a este, dada por el Sínodo de Dort (1618-19), se constituyó en el documento central de la corriente interpretativa más acertada hasta el día de hoy, pero igualmente la que más genera polémica. Para ampliación del significado de los "5 puntos calvinistas" puede ir a los siguientes enlaces:
En la época de la reforma y durante varios siglos posteriores los términos "Calvinismo" y "Calvinista", gozaron de aceptación, credibilidad y una representativa popularidad. Y es que la época pos-reforma, la mayoría de los protestantes de Europa eran calvinistas.
Pero hoy día, en que ocurre lo contrario, que la mayoría de los protestantes son arminianos (aunque no sean conscientes de ello) y el calvinismo es minoría, es fácil señalarlo y censurarlo, diciendo simplemente que por llamarse calvinista se sigue a Calvino y no a Cristo.
Una vez el cristiano adquiere conocimiento, tanto del significado y origen de los términos “calvinista” y “reformado”, las expresiones “Bautista Reformado” y “Presbiteriano Reformado” y de las doctrinas de la gracia; comprende que estos títulos tienen una historia, llena de búsqueda de la verdad bíblica, que se generaron de la pureza que constituyó la reforma protestante y del respeto a la autoridad y suficiencia de la escrituras.
Es curioso, los cristianos, regularmente y durante los últimos 500 años, no han tenido problema con el hecho de que se les llame “protestantes” o “evangélicos”. Términos bien aceptados y que tienen su importancia para nosotros, porque nos distingue de los de la iglesia romana.
Sin embargo muchos de ellos se rasgan las vestiduras porque habemos cristianos que nos llamamos “reformados” por seguir las doctrinas de la gracia o usamos el término “calvinista” para identificarnos con la interpretación que hizo Calvino de las escrituras. Entre otras cosas así nos distinguimos de la heréticas doctrinas arminiana, neo-pentecostal, prosperidad, etc.
ME IDENTIFICO CON LA EXÉGESIS CALVINISTA PERO NO IDOLATRO A CALVINO.
Se equivocan los que creen que por identificarme con los postulados de Calvino, lo idolatró.
Cuando oro, le oro a Dios.
Cuando me congrego adoro a Dios.
Cuando peco me duele entristecer al Espíritu Santo.
Deseo imitar a Jesús no a Calvino.
Todo el tiempo tengo a Dios en mi mente. De Calvino me acuerdo solo en algunos de los estudios teológicos. Sus detractores en las redes lo tienen mas presentes que yo.
Deseo el fruto del Espíritu Santo (Galatas 5: 22). No envidio los logros académicos o ministeriales de Calvino.
No sigo a Calvino. Simplemente me identifico con la excelsa interpretación que realizó de doctrinas centrales de la biblia, como la salvación, la soberanía de Dios, la elección, la regeneración, la justificación, entre otras. Y su obra nos ayuda y nos facilita el entendimiento de estas ENSEÑANZAS BÍBLICAS que finalmente nos son iluminadas por el Espíritu Santo.
En las doctrinas de la gracia veo reflejada la soberanía y la gloria de Dios, no la excelente exégesis que Calvino hizo de ellas.
Cuando comparto el evangelio, predico a Cristo y cito la biblia.
Las citas a Calvino y sus postulados, son necesariamente complementarias y no primordiales.
A continuación apartes de la obra del teólogo e historiador Carl Trueman "La importancia de las confesiones de fe para el cristiano":
"A pesar de lo que se dice, el mundo Cristiano no se divide entre aquellos que tienen credos y confesiones y aquellos que solo tienen la Biblia. Realmente está dividido entre aquellos que tienen credos y confesiones, las escriben y las hacen públicas, abiertas al escrutinio público y a la corrección, y aquellos que las tienen pero no las escriben. La razón es simple: cada iglesia (y, en verdad, cada cristiano) cree que la Biblia significa algo, y lo que se cree que la Biblia significa es su credo y confesión, elija escribirlo o no.
Por supuesto, aquellos que argumentan que ellos no tienen ningún credo sino que a Cristo ni ningún libro sino que la Biblia están generalmente tratando de proteger algo importante y bíblico: la suprema autoridad de la Escritura en todos los asuntos de la fe y la práctica Cristiana. Ellos, correctamente, temen permitir que tradiciones o ideas no bíblicas impacten la sustancia de lo que la iglesia cree. Pero a pesar de todas las buenas intenciones que ellos puedan tener, creo que lo que ellos quieren proteger – el estatus único de la Escritura – es mejor protegido por medio de los documentos confesionales explícitos, conectado con una forma de gobierno de iglesia cuidadosamente pensada.
De hecho, irónicamente, son aquellos que no expresan su confesión en un documento escrito los que corren más peligro de elevar sus tradiciones sobre la Escritura de tal forma que ellas nunca pueden ser controladas por la Biblia. Si una iglesia tiene un documento que dice que es dispensacionalista en escatología, todos sabemos dónde esa iglesia se posiciona en el asunto de los últimos tiempos, y nosotros podemos ser los Bereanos que piensan y evalúan la posición de la Escritura para ver si es así. La iglesia que te dice simplemente que esa su posición sobre los últimos tiempos es la misma que se encuentra en la Biblia parece estar diciéndote todo, pero verdaderamente no te dice nada."
Como reflexión final les dejo estas palabras del príncipe de los predicadores:
"Solamente usamos el término 'Calvinismo' por abreviación. La doctrina llamada calvinismo no se originó en Calvino; creemos que se originó en el gran fundador de toda la verdad. Probablemente el mismo Calvino, la derivó de los escritos de Agustín. Agustín sin duda tuvo sus apreciaciones por el Santo Espíritu de Dios, mediante un estudio diligente de las obras de Pablo. Y Pablo las recibió del Espíritu Santo y de Jesucristo, el gran fundador de la iglesia cristiana. Por lo tanto, usamos ese término, no porque le demos una importancia extraordinaria al pensamiento que Calvino tenía a esas doctrinas. Le podríamos haber dado cualquier otro nombre, si pudiéramos encontrar uno que sea mejor entendido, y en el que el todo sea consistente en los hechos.
La verdad antigua que Calvino predicó, que Agustín predicó, es la verdad que yo predico hasta el día de hoy, sino, estoy siendo falso ante mi conciencia, y mi Dios. Yo no puedo moldear la verdad; sé que no hay peor cosa que rebanar las burdas orillas de una doctrina. El evangelio de Juan Knox es mi evangelio. Ese que retumbó por Escocia, debe retumbar por Inglaterra nuevamente” Charles H. Spurgeon.
Cesar Ángel agosto 21 de 2015
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